martes, 31 de octubre de 2023

Inawentu oslatus, una nueva especie de dinosaurio sauropodo del Cretácico de Neuquén.

 



Este nuevo dinosaurio, fue presentado por merdio de una publicación científica en Cretaceous Research advance online, consta de un esqueleto parcial de un individuo, incluido un cráneo casi completo, la mayor parte de la columna excepto la cola y partes de las caderas.es excepcionalmente conocido por ser un titanosaurio, con la preservación de un cráneo casi completo. El cráneo no sólo está bien conservado, sino que también presenta una anatomía inusual al ser muy bajo y ancho, con dientes restringidos a la punta de un hocico cuadrado. 

Esto, junto con el cuello relativamente corto (para un saurópodo), fue probablemente una adaptación para alimentarse de la vegetación cercana al suelo. Los descriptores de Inawentu encuentran que pudo haber estado estrechamente relacionado con varios otros titanosaurios sudamericanos, como Antarctosaurus y Bonitasauria. 

Los cráneos de estos géneros no se conocen por completo, pero lo que se ha encontrado sugiere que probablemente también tenían hocicos igualmente cuadrados. Este tipo de cráneo guarda un sorprendente parecido con los de los rebaquisáuridos , un grupo diferente de saurópodos que no estaban estrechamente relacionados con los titanosaurios. 

Los rebaquisáuridos parecen haberse extinguido cuando la mayoría de estos titanosaurios de mandíbula cuadrada existían, por lo que puede haber sido que este grupo de titanosaurios se haya adaptado específicamente a los nichos ecológicos que quedaron abiertos tras la desaparición de los rebaquisáuridos. Ilustracion de Gabriel Lio. 

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm

 

Encuentran restos de aves del Holoceno.

 




Fueron localizados por el Museo Paleontológico de San Pedro a unos 10 kilómetros de la ciudad; eran aves asociadas a sectores de humedales o cercanos a cuerpos de agua.

Dos pequeños huesillos correspondientes a dos géneros de aves que habitaron la zona hace unos 1.000 años atrás, fueron hallados por el equipo del Museo Paleontológico de San Pedro. Se trata de un húmero derecho de una gallareta (género Fulica) y el extremo distal de un tarsometatarso de una cuervillo de cañada (género Plegadis) que se extrajeron de una capa sedimentaria de color negro, cuya antigüedad para la zona norte de la provincia de Buenos Aires está estimada entre los 900 y 1200 años, aproximadamente. El hallazgo se produjo en Campo Spósito, un área fosilífera ubicada a unos 10 km de la ciudad bonaerense.

Desde el Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo fundador del Museo Paleontológico de San Pedro, comentan que “Estas aves, que habitan la región en la actualidad, prefieren ambientes acuáticos o sectores cercanos a cuerpos de agua donde nidifican y se desarrollan con normalidad.

La capa donde fueron halladas es muy rica en materia orgánica, con muchos restos de vegetación en descomposición que le da un color oscuro, casi negro. Fueron barros con poca oxigenación donde se preservaron tanto restos de animales y plantas, como rastros de alfarería de antiguos grupos humanos que poblaron la zona.

Debido a que sólo existe un ejemplar fósil de cuervillos de cañada (una de las aves halladas) para el Pleistoceno de Argentina, la pieza recuperada en San Pedro, con sus 1.000 años de antigüedad, se convierte en el primer registro para el Holoceno de nuestro país; completando un vacío existente hasta ahora en la secuencia del género Plegadis”.

A criterio del Dr. Jorge Noriega especialista del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica a la Producción (CICYTTP - CONICET) “Las gallaretas o pollas son aves acuáticas, principalmente palustres, que cuentan con una amplia distribución mundial y con una gran diversidad de especies en Sudamérica. Pertenecen a la familia Rallidae y al género Fulica; con seis especies que actualmente habitan en la Argentina. Sus hábitats preferidos son los cuerpos de agua con vegetación palustre; juncales o cañaverales. En nuestro país, sus formas fósiles se conocen desde el Pleistoceno tardío de la provincia de Buenos Aires.

Tienen un plumaje predominantemente negro, aunque generalmente presentan escudetes o decoraciones frontales y maxilas muy coloreadas. Sus alas son relativamente cortas y redondeadas y su capacidad de vuelo no las ubica entre las mejores voladoras, a pesar de la destacada longitud del húmero”.

El Dr. Federico Agnolin (LACEV-MACN-CONICET), otro destacado investigador de aves fósiles con quien interactuó el Museo de San Pedro en este hallazgo, comenta que “Los cuervillos forman parte de un grupo de aves que incluyen a los ibis y espátulas. Si bien se los encuentra en cualquier laguna a lo largo de casi todo el mundo, sus restos fósiles son muy escasos. Y para Argentina se desconocen totalmente. 

Es por eso que todo hallazgo de estas aves, es de especial importancia. Los cuervillos se distinguen fácilmente por sus patas largas y delgadas y especialmente por su pico largo y curvo que utiliza para capturar los pequeños invertebrados que forman parte de su dieta. Este hallazgo de restos de cuervillos nos señala la existencia de ambientes posiblemente lagunares, en la zona de San Pedro, hace unos 1000 años de antigüedad”. Fuente: Museo Paleontologico de San Pedro.