viernes, 31 de diciembre de 2021

Confirman el hallazgo de restos de tres gliptodontes en Santiago del Estero.




En los últimos días y con la colaboración de vecinos e instituciones del departamento Pellegrini, se pudieron rescatar y proteger al menos tres sitios paleontológicos relacionados con especies de gliptodontes cerca de Nueva Esperanza, en barrancas y márgenes del río Horcones.

Respondiendo al simultáneo pedido de vecinos y del diputado provincial Alberto Casasola, un equipo de la Dirección General de Patrimonio Cultural se dirigió al lugar junto al Dr. Pablo Gaudioso, paleontólogo investigador del Conicet autorizado por la Subsecretaría de Cultura provincial.

La comitiva fue acompañada por el intendente Hugo Guerrero y el presidente del Concejo Deliberante, Prof. Ariel Corvalán, así como también por el comisario César Díaz, jefe de la Departamental, que recorrieron senderos bajo la lluvia para realizar las primeras observaciones.

El Dr. Gaudioso explicó "En primera instancia, una idea muy general es que la edad que podrían tener esos sedimentos serían de 100.000 años, pero hay que hacer estudios geológicos y paleontológicos para corroborarlos"

El especialista también confirmó que los restos encontrados "pertenecen al género neosclerotalyptus. Estos gliptodontes son los más ´pequeños´ del grupo, de unos 2 metros de largo y pesan aproximadamente 300 kilos".

El Dr. Gaudioso destacó el trabajo en conjunto, en donde resaltó a Alejandro Yocca, director de Patrimonio Cultural, Dr. Raúl Ignacio Vezzosi (paleontólogo, director del proyecto), Dr. Diego Catriel León, Lic. Juan Cruz Tasso (lidera el proyecto denominado "Vertebrados del Cuaternario del Chaco Austral de Argentina" (Santiago del Estero: Bioestatigrafía y Paleoambiente)). También la colaboración de Guillermina Krieger y especialmente a don Quiroga, quien fue quien los guió al lugar de los sedimentos.

Dr. Gaudioso: “El proceso de extracción puede llevar de una semana a 15 días o más”

El Dr. Pablo Gaudioso, paleontólogo investigador del Conicet autorizado por la Subsecretaría de Cultura provincial, indicó a EL LIBERAL que el proceso de extracción de los restos de gliptodonte "puede llevar, dentro de la cantidad de personas que haya, de una semana a 15 días. En este caso puede llevar un poquito más".

"El crecimiento del río nos limita, es una variable que retrasa el estudio, el Horcones está subiendo y no es seguro la extracción o el rescate de los dos gliptodontes, porque están en la barranca donde hay agua. Primero nos daba en la rodilla y ahora en la cadera", explicó.

Recordó que se encontraron restos en tres sitios, dos de ellos son corazas más completas y otro son tres fragmentos del caparazón en un kilómetro y medio.

En ese contexto, recomendó a los pobladores que ante un registro o hallazgo de este carácter, contactarse con las autoridades para hacer los rescates y los estudios correspondientes, sin ninguna intervención en los restos.  Fuente El Liberal.

Mas info en www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm

Un lestodonte con contundentes marcas de mordidas en el Pleistoceno de San Pedro.




 

En el partido de San Pedro, a 170 kilómetros de Buenos Aires, se descubrieron restos fosilizados de un enorme perezoso terrestre, con tremendas mordidas en su brazo izquierdo.

El hallazgo fue realizado por el Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo del Museo Paleontológico de San Pedro, en Campo Spósito, un prolífico yacimiento de fósiles ubicado en una zona conocida como Bajo del Tala.

El fósil recuperado proviene de sedimentos depositados hace más de 200.000 años, en el lecho de un antiguo río. El equipo del Museo Paleontológico de San Pedro excava ese lugar desde 2001 y ya han recuperado decenas de piezas de diversas especies de mamíferos fósiles.

Hace unos días, un equipo conformado por Simonini, Aguilar, Parra, Chiodini, Martínez, Saucedo y Swistun, dejaron al descubierto un sector donde apareció el húmero completo de un Lestodonte (Lestodon armatus) que fue cuidadosamente preparado y trasladado al laboratorio del museo, como se hace habitualmente.

Una vez allí, al efectuar la limpieza de rutina y para sorpresa de los investigadores, notaron dos zonas en el hueso donde se observan quebraduras producidas por una gran presión externa. El hueso, de unos 65 cm de largo y unos 25 cm de ancho, está fracturado hacia adentro como si alguien o algo, hubiera aplicado una enorme fuerza en dos puntos muy precisos ubicados en ambas caras del hueso.

José Luis Aguilar, Director del Museo Paleontológico de San Pedro, comenta que “al ver la primera quebradura con hundimiento, se pensó que podía ser producto del pisoteo de animales. Algún animal con pezuñas podría haber pisado el hueso, después de haber muerto el perezoso. Pero eso se desestimó cuando se observó que en la cara opuesta, había otra herida idéntica.

De inmediato comprendimos que estábamos ante una enorme mordida; de una boca tan grande como para atrapar, apretar y quebrar el brazo de un lestodonte, ya que esos animales eran bestias de casi 4 metros de largo y unos 3.000 kilogramos de peso.

Luego de descartar posibles atacantes, ya fuera por tamaño o por ausencia en la prehistoria de la zona, comenzó a tomar fuerza la idea un posible candidato: un Arctotherium, un género de osos prehistóricos gigantes que, parados, habrían superado los 4 metros de altura”.

El equipo del museo trabajó en la confirmación de esta hipótesis analizándola desde diferentes ángulos; tarea que incluso los llevó a simular la mordida colocando al fósil en la boca abierta de un Arctotherium, ya que el museo posee un cráneo muy completo de uno de estos osos gigantes. La mordida coincide perfectamente.

“Las características de la mordida nos llevaron a evaluar dos posibles situaciones. La primera es que el oso haya encontrado al perezoso ya muerto y se haya alimentado como un simple carroñero. La otra escena, que consideramos la más probable por la fuerza que se aplicó sobre el hueso, es que el oso haya atacado directamente a un lestodonte adulto, quizás de avanzada edad, produciendo esa feroz mordida en su brazo izquierdo.

La ausencia de cicatrización en las fracturas del hueso nos lleva a inferir que la mordida se produjo en un momento muy cercano a la muerte del perezoso. Inmediatamente antes, en un ataque, o poco tiempo después, siendo carroña. Es fantástico imaginar esa escena donde dos grandes mamíferos luchan a muerte en los pastizales de la llanura pampeana que hoy habitamos¨, comentan desde el Museo de San Pedro.

De esta investigación participa el Dr. Leopoldo Soibelzon, paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, investigador de Conicet y el mayor especialista en osos fósiles de nuestro país.

Al respecto, el investigador comenta que “desde hace varios años trabajamos sobre distintas hipótesis vinculadas a la dieta de estos enormes y feroces osos que habitaron América del Sur durante el Pleistoceno. Hemos realizado múltiples análisis empleando diferentes técnicas como la morfometría geométrica, la paleopatología, biomecánica y análisis de isótopos estables. Las evidencias que hemos recogido confirman la capacidad de estos osos gigantes para quebrar huesos y consumir carne de otros mamíferos de gran porte. En este sentido, el hallazgo realizado en San Pedro es sumamente relevante, pues proporciona una de las primeras evidencias directas de interacción entre la megafauna herbívora y los osos del género Arctotherium.

En los próximos meses pondremos nuestro esfuerzo en el estudio de los restos de este Lestodonte con inequívocos signos de haber sido mordido por uno de estos osos. Trataremos de determinar la especie responsable de las marcas halladas sobre el húmero descubierto”. Fuente; Museo Paleontológico de San Pedro.

 Mas info en www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm