jueves, 30 de abril de 2020

Encuentran huellas de un antecesor del Tero en el Cretácico de General Roca.




El hallazgo de pisadas similares a la de los teros -que quedaron fosilizadas en una barda de General Roca- sirve como un nuevo aporte para interpretar cómo era la paleogeografía de la región hace 70 millones de años, cuando el mar ingresó desde el Atlántico y formó un gran delta. 

En un triángulo más amplio  de la zona que hoy ocupa la confluencia de los ríos Limay y el Neuquén, convivieron dinosaurios, aves, cocodrilos y criaturas marinas, en medio de un clima semihúmedo y con copiosas lluvias. 

A diferencia de los dinos, son pocos los registros de huellas de aves prehistóricas en el país. Las pisadas tenues, sin peso, no dejan huellas profundas y es muy difícil que se preserven. En la región hubo un gran hallazgo en 2003, en Sierra Barrosa, pero sin precisar especies. 

Las lajas donde quedaron registradas las huellas de los teros pertenecieron a un fondo de laguna. Las descubrió en Paso Córdoba el técnico en paleontología Raúl Ortiz. Ahora forman parte de una colección registrada en el Museo Patagónico de Ciencias Naturales de General Roca.

En ellas se ven las pisadas. Tres dedos abiertos en forma de letra V y pequeños agujeritos que marcan los picotazos en el fango. Son las señales características del momento en que se alimentaban. La placa fina, de color marrón muy claro y aspecto quebradizo, también muestra ondulitas - surcos lineales que dejó el paso de la corriente suave del agua- y rastros de moluscos. 

El hallazgo de pisadas similares a la de los teros -que quedaron fosilizadas en una barda de General Roca- sirve como un nuevo aporte para interpretar cómo era la paleogeografía de la región hace 70 millones de años, cuando el mar ingresó desde el Atlántico y formó un gran delta. 

En un triángulo más amplio  de la zona que hoy ocupa la confluencia de los ríos Limay y el Neuquén, convivieron dinosaurios, aves, cocodrilos y criaturas marinas, en medio de un clima semihúmedo y con copiosas lluvias. 

A diferencia de los dinos, son pocos los registros de huellas de aves prehistóricas en el país. Las pisadas tenues, sin peso, no dejan huellas profundas y es muy difícil que se preserven. En la región hubo un gran hallazgo en 2003, en Sierra Barrosa, pero sin precisar especies. Fuente Diario Rio Negro.

lunes, 27 de abril de 2020

Proceso de fosilización de un mamífero cenozoico.

Utilizamos como ejemplo, un mamífero marsupial extinto, llamado Thylacosmilys atrox, o marsupial dientes de sable.
Unas de las condiciones imprescindibles  para que el proceso de fosilización pueda tener lugar, es que el organismo muerto sea sepultado con rapidez bajo una cantidad importante de sedimento blando (arena, lodo, limo..), o otra “cavidad”, lo cual lo mantendrá físicamente (pero provisionalmente) a salvo de agentes externos.
Posteriormente, la suerte de fosilizar depende esencialmente de dos disparadores: El biotopo donde se encuentra el organismo y su estructura íntima. Para que el fósil se vaya formando, se tiene que instaurar un equilibrio químico entre las materias orgánicas y el estrato de sedimento que lo aprisiona en el largo transcurso de la diagénesis, proceso muy contado que necesita la conjunción excepcional de múltiples parámetros, porque cuando un organismo muere, lo más habitual, es que las sustancias  que lo componen sean casi inmediatamente reutilizadas en las cadenas alimenticias, devoradas por depredadores, insectos, descompuestas por bacterias, alteradas por el oxígeno …
Las condiciones climáticas participan a la destrucción del cadáver (lluvias, calor, heladas….), sin embargo, ciertas condiciones climáticas pueden conducir a una preservación excepcional del animal o vegetal.
Por último, en el transcurso de la diagénesis, es necesario que los sedimentos que encierran los fósiles no sean sometidos a fenómenos algo brutales orquestados por ejemplo por los movimientos de la corteza terrestre y sean demasiado comprimidos, o plegados… , y que también no sean expuestos a agentes físicos muy erosivos (corrientes, olas, viento… aunque la erosión resulta necesaria para sacar el fósil a la superficie) o temperaturas elevadas, lo que produciría  su alteración o destrucción. Son tantos factores negativos que reducen las posibilidades de fosilizar.
Aunque en algunos biotopos terrestres el volumen de sedimento desplazado puede ser también importante, éste no llega forzosamente a captar y sepultar con “suavidad” cantidad de organismos como ocurre en el fondo marino. Hay  focos de fosilización continentales excepcionales pero son muy puntuales.

Escarabajos peloteros en el Plioceno bonaerense..





El personal del Museo de Ciencias Naturales de Miramar ha recolectado en algunas ocasiones evidencia de actividad de insectos, por medio de icnofosiles. En este caso, la presencia de escarabajos peloteros, por el hallazgo de  nidos o pupas realizadas con bosta de mamíferos gigantes extintos del Plioceno.

Las ichnoespecies conocidas del género Coprinisphaera se han relacionado generalmente con escarabajos peloteros de hábitos necrófagos que viven en ambientes dominados por pastizales habitados por grandes herbívoros, que proporcionan el estiércol para construir bolas de cría. 

En el Plioceno y Pleistoceno bonaerense se han recuperados evidencia de la existencia de estos, por el hallazgo de nidos fósiles en los sedimentos fosilíferos. Muy rara vez, son divisados por los especialistas, por su característica forma “circular”. En el año 2014, el personal del Museo de Miramar, recupero en sedimentos del Plioceno tardío, un nido, el cual, contenía el molde de la larva de un escarabajo.

os coleópteros presentan una enorme diversidad morfológica y ocupan virtualmente cualquier hábitat, incluidos los de agua dulce, aunque su presencia en ambientes marinos es mínima. Los coleópteros son insectos holometábolos o endopterigotos, ya que sufren una metamorfosis completa con estados de larva, pupa e imago (adulto) netamente diferenciados.

domingo, 26 de abril de 2020

Descubren fósiles de rana Calyptocephalellidae en el Eoceno de la Antártida.





El descubrimiento de los primeros anfibios modernos conocidos en la Antártida proporciona más evidencia de un clima cálido y templado en la Península Antártica antes de su separación del supercontinente del sur, Gondwana.

Los fósiles, que pertenecen a la familia de las ranas con casco, se describen en una publicación de la revista Scientific Reports en la que participa el Instituto Antártico Argentino.

Thomas Mörs y sus colegas descubrieron los restos fosilizados de un hueso de la cadera y de un cráneo adornado durante las expediciones a la Isla Seymour, Península Antártica, entre 2011 y 2013. Los especímenes tienen aproximadamente 40 millones de años y son del período Eoceno, y ambos pertenecen a familia Calyptocephalellidae , también conocida como ranas con casco. Hasta la fecha no se han encontrado rastros de anfibios de sangre fría o reptiles de familias que aún existen en la Antártida.

La evidencia previa sugiere que las capas de hielo se formaron en la Península Antártica antes de la ruptura final del supercontinente meridional Gondwana en los continentes del hemisferio sur actual, incluidas América del Sur y la Antártida.

El nuevo descubrimiento sugiere que las condiciones climáticas de la Península Antártica durante el Eoceno medio tardío pueden haber sido comparables con el clima húmedo y templado en los bosques de América del Sur en la actualidad, donde se encuentran exclusivamente las cinco especies vivas de rana con casco.

sábado, 25 de abril de 2020

Hallan los restos fósiles de una Tortuga en el Pleistoceno de Entre Ríos.





Las tortugas son un grupo muy particular de reptiles, porque poseen la cabeza, patas y cola incluidas en un caparazón dorsal y plastrón ventral. 

Hace poco tiempo atrás, fueron hallados restos de una tortuga terrestre que vivió durante el Pleistoceno, hace unos 30 mil años antes del presente.

La misma fue hallada por César Travieso y Raúl Kemer, en los barrancos que afloran en las márgenes del arroyo Barrenechea, próximo a la localidad entrerriana de Diamante, correspondientes a la Formación Geológica Salto Ander Egg.
El hallazgo se produjo en febrero último, siendo extraída y preparada para su preservación. Aunque aún no fue debidamente estudiada, reguarda muchas semejanzas con Chelonoidis denticulata, actualmente representada por la tortuga de “patas amarillas”, y se lo notifico al reconocido investigador regional Jorge Noriega.
Chelonoidis denticulata es mucho mayor que su pariente, Geochelone carbonaria, y es la mayor tortuga terrestre continental de toda América del Sur. Su caparazón mide de 50 a 65 cm en los machos y entre 65 cm y 75 cm en las hembras.
El posible hábitat  de estas tortugas debido ser muy semejante a las de la actualidad, por lo cual son referentes paleoambientales y paleoclimaticos. Algunos expertos consideran que su hábitat son los pastos y los bosques secos tropicales y subtropicales, y que el hábitat de la selva tropical es marginal.
Esta tortuga se alimentaria de hierbas, hojas y frutas tropicales. Además comerían caracoles, gusanos e insectos.

Megaterios vs Lestodontes. Enfrentamiento de titanes cuaternarios.





La naturaleza tiene siempre la última palabra. No es como las ciencias exactas. Megatherium es considerado como el  mamífero continental fósil más grande del Cuaternario de América (últimos 2 millones de años aprox). Pero un reciente hallazgo en Miramar, muy cerca del muelle de pescadores podría reescribir la  historia de estos gigantes extintos.

Personal del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, recupero el fémur de un Lestodonte, y que desafía el tamaño de un fémur adulto de un Megaterio. Con casi 80 centímetros, el nuevo rival desea destronar al gigante americano de la edad de hielo.

En las fotos, se observa el nuevo fósil de color negro, junto al fémur de Megaterio de color marrón. El fémur de Lestodon durante la extracción y el trabajo de laboratorio.

Lestodon era muy grande, pero menor que el Megatherium americanum, o al menos eso creiamos. Median aproximadamente unos 4 metros de longitud. Su cráneo tenía una región rostral muy ensanchada. Los huesos de sus miembros eran grandes y gruesos. Su dentición era simple, pero resaltaban hacia afuera de la boca unos caniformes muy grandes, lo que se convertía en una defensa contra los posibles depredadores.

Su masa estimada es de 2,5 toneladas. Después de Scelidotherium, Lestodon es uno de los mamíferos fósiles del Cuaternario más comunes en el territorio pampeano. Las especies de Lestodon, junto a las de Megatherium, son los Tardigrada de mayor tamaño corporal de ese momento. 

martes, 21 de abril de 2020

Chlamyphractus dimartinoi, una nueva especie de pichiciego fósil, del Mioceno de Chasico.




Es uno de los animales más misteriosos que habitan en Sudamérica y, por sus esquivos hábitos, muchas de sus características son aún desconocidas. Investigadores del CONICET identificaron restos de 9 millones de años que permitirán entender cómo fue su evolución.

Un grupo de investigadores del CONICET identificó por primera vez restos fósiles de un pichiciego, un armadillo que es considerado el más pequeño del mundo y que habita únicamente en Argentina y otros países del sur de Sudamérica. Es considerado uno de los animales más extraños de la región ya que, por sus esquivos hábitos, muchas de sus características biológicas son aún desconocidas.

La descripción de este inusual mamífero representa el primer registro fósil del género y de la especie y fue publicada recientemente en el Journal of Vertebrate Paleontology, con el nombre de Chlamyphractus dimartinoi. Los restos tienen entre 9 y 10 millones de años de antigüedad y fueron hallados en la provincia de Buenos Aires hace más de 30 años, pero recién en 2019 los paleontólogos lograron determinar a qué animal pertenecían.

Este descubrimiento permitirá conocer cómo fue la evolución de este minúsculo armadillo, cuyos ejemplares actuales miden apenas unos 10 centímetros, pesan menos de 100 gramos y tienen un fascinante caparazón de color rosa que cubre sus pelos blancos. “Haber encontrado este fósil equivale a hallar una aguja en un pajar”, señala el becario doctoral del CONICET en el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE), Daniel Barasoain, primer autor del trabajo y responsable del descubrimiento.

Mientras estudiaba materiales vinculados a su tema de tesis —referida a distintos aspectos de los cingulados del Mioceno tardío en Argentina —, el paleontólogo se encontró con fósiles que habían sido hallados en la década del 70 en cercanías de la laguna Chasicó, en la provincia de Buenos Aires, pero que hasta ese entonces no habían podido ser identificados. Formaban parte de la colección del Museo de Ciencias Naturales de Monte Hermoso, creado por Vicente Di Martino, un coleccionista y aficionado que había colectado estos restos.

Ante la sospecha de que se trataba de un pichiciego, Barasoain se contactó con distintos expertos, como la investigadora independiente del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (IMBECU, CONICET – UNCUYO), Mariella Superina, considerada la principal especialista en este género en Argentina. Fue ella quien ayudó a confirmar que estaban frente al primer registro fósil de este esquivo animal, que pertenece a una subfamilia de cingulados denominada clamiforinos, y del que todavía se desconocen múltiples aspectos vinculados a su hábitat y a su reproducción.

Es que los pichiciegos tienen hábitos similares a los de los topos: son nocturnos y se desplazan por debajo de la tierra. Estas características, sumadas a su pequeño tamaño, hacen que sean muy difíciles de identificar y de avistar en el campo.

Actualmente, se conocen dos especies de pichiciegos: Chlamyphorus truncatus, que sólo habita en Argentina y se encuentra en la región de Cuyo, y Calyptophractus retusus, que tiene un tamaño ligeramente mayor y se encuentra las provincias del NOA, en Bolivia y en Paraguay. Por sus características, el fósil hallado es considerado una especie distinta y fue nombrado Chlamyphractus dimartinoi, en homenaje al coleccionista que lo halló.

“Este descubrimiento nos permite empezar a conocer a estos animales tan raros con mayor profundidad. A partir de ahora, vamos a poder ver cómo ha sido su historia evolutiva, que es muy curiosa ya que está totalmente presionada por sus hábitos subterráneos. Eso ha condicionado una serie de morfologías y estructuras muy derivadas que son únicas en el mundo”, indica Barasoain

Ilustración de un pichiciego, considerado el armadillo más pequeño del mundo. FOTO: Gentileza Pedro Cuaranta. Fuente; Conicet.

sábado, 18 de abril de 2020

Nuevo Aniversario del Museo Paleontológico de San Pedro.






Hace 17 años, la ciudad de San Pedro no sabía de fósiles. Paleontología era una palabra lejana. Sólo vista, de tanto en tanto, en libros o manuales de colegio. Pero eso fue hasta hace 17 años…

El 13 de abril de 2003 eso cambió. Ese día, abrió sus puertas la primera institución científica de la ciudad: el Museo Paleontológico Municipal de San Pedro “Fray Manuel de Torres”.


Un conjunto de vecinos que venía trabajando desde 1998 lograba fundar el museo. Junto al Municipio y al Concejo Deliberante de aquellos años, el Grupo Conservacionista de Fósiles inauguraba un nuevo atractivo turístico y cultural para la ciudad. Una nueva casa de estudio que con el tiempo, sería visitada por científicos de todo el país y de algunos lugares del mundo.

El trabajo de estos 17 años fue algo, digamos, vertiginoso…
Su equipo descubrió uno de los cánidos fósiles más completos de Sudamérica. Encontraron el yacimiento de mamíferos fósiles en Campo Spósito. Hallaron el ciervo fósil más completo de Argentina. Recuperaron los restos de un impresionante oso de las pampas. Dieron con una “familia” de armadillos gigantes. Encontraron un nuevo género y especie de perezoso fósil: Archaeomylodon sampedrinensis. Descubrieron una nueva especie de cóndor prehistórico gigante. Dieron a conocer el hallazgo de una playa marina de hace 5.000 años.

La colección paleontológica que formaron en estos años ya posee restos de unas 65 especies diferentes de mamíferos, aves, reptiles y peces.


Muchos de estos hallazgos gracias a las firmas mineras que colaboran permanentemente para que el grupo del Museo investigue en sus predios: Empresa Spósito, Empresa Tosquera San Pedro, Empresa Eligio Biscia, Empresa Boari, Empresa Ramón Rosa.

También aportaron al conocimiento de la batalla de Obligado. Recuperaron decenas de objetos históricos, publicaron más de 300 documentos, participaron de la creación del Museo de Sitio en la localidad y ubicaron los restos sumergidos del “Republicano”, el único buque de la Armada Argentina hundido en el combate.

Investigaron y filmaron otros dos naufragios históricos: el "Elgar", hundido en 1934, y la "Carmen Ligera", hundida en 1921.Con su banco de imágenes de aves se fundó el Centro de Interpretación de Flora y Fauna.

Fueron claves en el desarrollo del Museo de Tecnología Agropecuaria de Gobernador Castro, planificando su ambientación y consiguiendo todas las herramientas que exponen sus salas. Tuvieron un papel fundamental en la restauración del buque “Cdte. Gral. General Irigoyen”, de la Armada Argentina, para transformarlo en museo naval en la costanera de San Pedro.


Hallaron y colaboraron en la restauración de 40 metros de túneles industriales del siglo XIX, fundando el lugar conocido como “Paseo de los Túneles”.
Encontraron vestigios del convento franciscano que dio origen a la ciudad de San Pedro y preservaron elementos extraídos del pozo de agua de dicho convento que descubrieron en el jardín municipal.


La trayectoria del equipo del Museo Paleontológico fue declarada de Interés Municipal en diferentes administraciones, tanto por el Departamento Ejecutivo como por el Concejo Deliberante de San Pedro.

Recibieron la Orden del Convento, otorgada por el Museo Histórico.
Fueron destacados por el Centro de Comercio, Industria y Turismo.
Su tarea ha sido reconocida por la Cámara de Diputados de la Provincia.
Fueron distinguidos por el Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales por su aporte a la difusión de la Paleontología argentina.
Fueron distinguidos por la Fundación Museo de La Plata por su aporte a las ciencias naturales de nuestro país.

Su labor fue declarada de Interés por la Cámara de Diputados de la Nación.
Centenares de notas periodísticas sobre sus descubrimientos fueron difundidas por medios locales, nacionales e internacionales, llegando a todas las provincias de nuestro país y decenas de países en todo el mundo. Noticias que se publicaron en español, inglés, francés, italiano, ruso, chino y otros tantos idiomas.


Miles de alumnos de todos los niveles de la educación, desde inicial hasta universitarios, han visitado las salas del museo guiados por sus creadores: el Grupo Conservacionista de Fósiles.
Hoy, el mundo atraviesa un duro momento y eso ha parado toda actividad del museo. Pero esto pasará, el grupo del museo volverá a arrancar y los descubrimientos volverán a recorrer los caminos más lejanos.

Hoy, San Pedro sabe lo que significa la palabra “paleontología”. Y como hace 17 años, el nombre de la ciudad recorrerá el mundo de la mano de ese puñado de vecinos que alguna vez soñaron con descubrir y aprender de los misterios del pasado.
Todos somos parte de esta aventura… Fuente; Museo Paleontológico de San Pedro.

viernes, 17 de abril de 2020

Curso gratuito "Dinosaurios de la Patagonia" on line

En esta oportunidad, recorremos algunos cursos gratuitos para realizar, aunque hay que pagar para tener un certificado. En todos los casos están en español y para todo público. ¿Te sumas a alguno?
Una de las propuestas más interesantes tiene a nuestra región como protagonista. Es que el curso “Dinosaurios de la Patagonia”, dictado por la Universidad Nacional de Córdoba, promete ser atractivo. Cuenta con una duración de 4 semanas y una carga horaria de entre 5 y 7 horas por semana.
Entre tantos módulos, prometen repasar la historia de los primeros paleontólogos que estudiaron dinosaurios de la Patagonia y sus hallazgos más representativos; identificar los principales grupos de dinosaurios y adquirir el vocabulario básico usado en estudios sistemáticos; comprender de qué modo se establece un nuevo dinosaurio; y asimilar las condiciones climáticas y geográficas durante el Triásico, Jurásico y Cretácico.
Además, el curso busca analizar las características más relevantes de los principales dinosaurios de la región, y entender ventajas e inconvenientes de que un animal tenga “gigantismo”.
El curso es gratuito, pero si quieren el certificado deben abonar 50 dólares. Está en edx.org/es/course/dinosaurios-de-la-patagonia.
Sobre este curso
Gran parte de la población, sobre todo los más pequeños, presenta un gran interés por los dinosaurios. Los más antiguos del mundo se han encontrado en rocas de aproximadamente 240 millones de años en Argentina en las provincias de La Rioja y San Juan.
La paleontología es la ciencia que se encarga de estudiar el pasado de la vida en nuestro planeta por medio del análisis de los fósiles, esta ciencia se encarga de estudiar los dinosaurios.
 Los dinosaurios fueron los vertebrados dominantes en la tierra firme desde su aparición hasta hace unos 66 millones de años, cuando ocurrió la extinción de los dinosaurios. Por suerte, uno de sus linajes sobrevivió y comparte con nosotros los parques y los campos. Estos dinosaurios vivientes son las aves. Una parte muy importante de la historia de los dinosaurios se ha escrito en la Patagonia. En sus afloramientos, se han encontrado dinosaurios gigantes, como el Argentinosaurus, el Giganotosaurus o el Patagotitan. También dinosaurios con cuernos, como el Carnotaurus, u otros que aún conservan en su interior parte de lo que comieron antes de morir, como el Isaberrysaura. Estos dinosaurios argentinos, junto a muchos otros encontrados en la Patagonia, ofrecen una visión única de la vida del Triásico, Jurásico y Cretácico en el Hemisferio Sur.
En este curso en línea, junto al Dr. Rodolfo Coria, Investigador Independiente de CONICET y Director del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, se profundizará en conceptos tan importantes en paleontología como las relaciones de parentesco entre dinosaurios, su clasificación o cómo se nomina un nuevo dinosaurio.
Además, este curso de ciencias naturales se relatará desde un marco histórico el trabajo en la Patagonia de varios paleontólogos pioneros como Ameghino, Casamiquela o Bonaparte desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. Fuente; rionegro.com.ar

jueves, 16 de abril de 2020

Un Smilodon recreado por el PaleoArtista Jose Luis Gomez.





El Smilodon o tigre dientes de sable, que representan el hallazgo local de Felipeda miramarensis, fue encargado para tal fin por la Fundación Azara al reconocido paleoartista José Luis Gómez, para ser expuesto en el exterior del Museo de Ciencias Naturales de Miramar.

El diente de sable que se encuentra en tamaño natural, fue realizado con materiales resistentes a la intemperie. Tiene una estructura metálica en su interior que le da firmeza a la pieza,  luego el volumen fue  tallado en poliestireno expandido alta  densidad y poliuretano, se aisló de la posterior capa de resina con una capa de cola viniílica  y papel maché, finalmente se cubrió con resina náutica y fibra de vidrio lo que le da resistencia a las inclemencias climáticas de nuestra zona, algunos detalles se hicieron con masilla epoxi artesano y los ojos son de cristal. Finalmente lo pintó con pinturas resistentes.

domingo, 12 de abril de 2020

sábado, 11 de abril de 2020

Nueva evidencia de un tigre dientes de sable en Miramar.


Más allá de las huellas del tigre dientes de sable halladas en Miramar únicas en el mundo, bautizadas como Felipeda miramarensis, sumamos a la colección de carnívoros fósiles del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, nuevos restos óseos. En este caso, un metacarpo de la pata de un Smilodon populator, encontrado días antes de la cuarentena en las inmediaciones del arroyo La Ballenera en Marzo de 2020. También se recuperó un fragmento de cráneo que podría pertenecer a esta especie, pero aún se encuentra en estudio.
En la foto, se observa a Mariano Magnussen del laboratorio Paleontológico del Museo  miramarense, señalando el fósil in situ,  dentro de una crotovina (madriguera prehistórica de un gran armadillo extinto).
Si bien puede parecer poco, este aporta nuevas evidencias de la presencia de este gran predador de nuestras pampas hace unos 500 mil años antes del presente, y suma nuevos aportes a la colección científica de la institución que resguarda otros restos encontrados en la zona.
El tigre dientes de sable es nuestro emblema institucional. Ver más en www.museodemiramar.com.ar

Investigadores argentinos participan de la recuperación de restos fósiles de Tyrannosauroidea en Estados Unidos.





Nuevo espécimen de Tyrannosauroidea basal proveniente de la Formación Kirtland (Cretácico Superior), Bisti/de-na-zin Wilderness, New México, Estados Unidos

El técnico Jonatan Kaluza -de la Fundación Azara, el CONICET e investigador asociado a la Red Paleontológica U-Chile- dirigió junto al equipo del Dr. Luis Chiappe -del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, Estasdos Unidos- la extracción de un nuevo espécimen de Tyrannosauroidea basal (dinosauria: Coelurosauria) en rocas pertenecientes a la Formación Kirtland.
La Formación Kirtland es una unidad rocosa del Cretácico Superior (74-65 millones de años) que aflora en diversos estados del oeste de los Estados Unidos y es portadora de una gran diversidad faunística que ha sido estudiada desde inicio del siglo XX. Esta formación se caracteriza por depósitos de fangos aluviales y de bancos de arena de los muchos canales que drenan un llano costero que existió en la costa del Mar Interior de Norteamérica, a finales del Cretácico.
La expedición financiada por el Dinosaur Institute y el Natural History Museum of Los Ángeles County, tuvo como objetivo principal la búsqueda y colecta de material fósil de dinosaurios que permitiesen acrecentar las colecciones de vertebrados del actual museo.

Desde su descubrimiento en julio de 2015 y a lo largo de tres temporadas (2015-2017-2019), un equipo multidisciplinario conformado por profesionales de distintas instituciones, realizó trabajos de prospección y extracción de fósiles en uno de los cerros que forma parte del actual paisaje Cretácico del desierto de Bisti/De-Na-Zin, característico por sus arenas y rocas grises, negras, rojas y moradas. El Hallazgo se efectuó en niveles asignables a antiguos canales fluviales de baja intensidad que junto a paquetes de arcillas intercaladas con material vegetal, han preservado huesos craneales y elementos axiales pertenecientes a un nuevo ejemplar asignable a Tyrannosauroidea.

El ejemplar, hallado por los paleontólogos Pedro Mocho y Dominic D´amore, se ubica dentro de los limites del área protegida de Bisti/De-Na-Zin Wilderness y presenta un gran desafío logístico en la extracción del material fósil debido a la topografía circundante conocida por los científicos mediante el nombre de “Bad Lands” y expone severas restricciones al ingreso de vehículos en el área así como también prohíbe el uso de equipos a gasolina que son esenciales en la apertura de una excavación paleontológica (martillos demoledores, cortadora de roca y generadores).
Debido a estas regulaciones, los paleontólogos realizaron largas caminatas que van desde la entrada al área protegida hasta el yacimiento ubicado (según el GPS unos 4 kilómetros en linea recta) a 7 kilómetros de distancia, bordeando cerros, entre subidas y bajadas abruptas, acarreando sobre sus hombros todo el equipo necesario para montar una excavación paleontológica.

El nivel portador se hallaba en la altura media del cerro, y para poder extraer los fósiles que asomaban en una de las empinadas cuestas, era necesario reducir el exceso de roca superior para luego exponer el nivel con los fósiles In situ. La apertura de la excavación se realizó a punta de pala, pico y barreta con el fin de reducir el exceso de roca friable resultado de la erosión del clima, para un rápido avance en la exposición de los niveles fosilíferos, se utilizaron las gritas naturales en la roca madre como punto de debilidad y se procedió al desbaste de la superficie mediante la utilización de roto martillos a batería en remplazo de los martillos demoledores eléctricos tradicionales. Una vez expuesto el material fósil, los investigadores elaboraron un mapa detallado de cada elemento en la superficie y se procedió a la colecta por medio de bochones (recubrimiento de papel mojado y vendas enyesadas).
La utilización de camillas médicas permitió mover grandes bloques con facilidad entre la compleja topografía de bad lands que abundan en estas latitudes, estas camillas además de estar confeccionas en una tela liviana y resistente, permiten portear hasta 200 kilos de peso (los bloques colectados tienen un peso promedio de entre 5 a 80 kilos cada uno), el más grande colectado en 2017 que alberga varios elementos pertenecientes al cráneo, tiene un peso estimado de unos 180 kilos, se necesitaron 8 personas y un día entero para acarrearlo hasta los vehículos y poder así sacarlo del yacimiento.
El cierre de la excavación fue realizado mediante tareas de mapeo aéreo por medio de un Drone, que permitirá situar la excavación desde el aire generando un mapa aéreo propio y un detallado relevamiento fotográfico con el fin de documentar la evolución del sitio.
Los bloques colectados, fueron transportados al laboratorio ubicado en las instalaciones del NHMLA donde se realizaron tareas de conservación con el objetivo de liberar al fósil de la matriz de roca que lo rodea. El material luego de ser extraído del campo y preparado en detalle por los técnicos conservadores, ya se encuentra disponible para que los investigadores responsables de su estudio puedan iniciar el proceso de descripción anatómica. Fuente; Fundación Azara.

jueves, 9 de abril de 2020

Hallan restos fosiles de un lobezno del Pleistoceno.




El Museo de Ciencias Naturales de Miramar, preserva una interesante rama mandibular, cuya especie aun no fue determinada, pero se trataría de un ejemplar juvenil de un lobo de grandes dimensiones, que vivió durante el Pleistoceno, época donde se han registrado lobos hipercarnivoros .
El ejemplar fue hallado por Daniel Boh en 2007 y fue depositado en el museo de Miramar. Recién a principios de 2019, Mariano Magnussen del mismo Museo, se la mostro en una casual visita  al  investigador Leopoldo Soibelzon, del Museo de La Plata, una de las mayores autoridades del mundo en osos fósiles y que ha trabajado con numerosos carnívoros, y se confirmó la hipótesis principal. Soibelzon sostuvo que sin ninguna dudas, se trata de un juvenil de un Canidae, y por los molares de leche y otras características dentarios, estaría demostrando que este individuo murió antes de los tres meses de vida. Ahora, si es muy difícil encontrar un gran canido extinto en el registro fósil, imagínese un lobezno.

Seguramente su  apariencia era similar al de un lobo moderno, y pertenece a la fauna que emigro desde el hemisferio norte hace unos 2 millones de años. Su alimentación consistía principalmente de pequeños y medianos mamíferos y aves de zonas abiertas. Si bien el  registro es muy escaso y solo se lo reconoce por restos aislados, es probable que viviera en jaurías organizadas, y vínculos sociales complejos como las formas vivientes. En esta zona vivieron varios géneros y especies de considerable tamaño. Algunos de estos canidos fueron registrados en sedimentos más recientes del Holoceno, y sus colmillos o caninos fueron utilizados como collares o ajuares funerarios por grupos humanos.
Imágenes; comparación entre un la mandíbula de un Canido adulto, y abajo junto a este, la rama mandibular de un lobezno, comparados con el tamaño de una moneda. Recreación del Pleistoceno, en donde grandes canidos, como el hallado, competían por el alimento con los tigres dientes de sable (sin fuente de autor). Un lobo actual llevando a un juvenil en su boca, nos hace plantear hipótesis sobre estos individuos en nuestras tierras.

miércoles, 8 de abril de 2020

Brachyplatystoma elbakyani, una nueva especie de bagre gigante que vivió en el Pleistoceno de Argentina.

 



La localidad de Paraná además de ser la capital de la provincia de Entre Ríos es la cuna de una serie de hallazgos paleontológicos de gran relevancia para entender la evolución de la fauna que vivió en Argentina durante los últimos diez millones de años.
Desde la visita al sitio de viajeros famosos como Darwin y D`Orbigny, el lugar fue conocido mundialmente por la abundancia de fósiles, restos que aun hoy no dejan de sorprender al mundo.
Investigadores del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", de la Fundación Azara-Universidad Maimónides, y el CONICET dieron a conocer una nueva especie extinta de bagre Goliath. Los fósiles fueron hallados en las barrancas del río Paraná en la provincia de Entre Ríos y tienen una edad cercana a los 10 millones de años de antigüedad. Los autores de la publicación Federico Agnolin y Sergio Bogan.


Estos bagres gigantes forman parte de un linaje único de América del Sur que incluye una de las especies vivientes más grandes del mundo, el Piraiba, un monstruo de río que puede superar los tres metros y medio de longitud y los 200 kilos de peso.

Estos gigantes viven hoy en día en los ríos más grandes de las cuencas del Orinoco, Amazonas y Guyanas, bien al Norte de Sudamérica. Hasta hoy nadie sospechaba de sus fósiles podrían encontrarse en el Paraná. Este descubrimiento representa la forma más austral hasta ahora conocida de estos bagres.

El río Paraná es el mayor curso de agua de Argentina y uno de los más grandes de América del Sur. Su cuenca tiene una larguísima historia que se remonta a varios millones de años antes del presente. Actualmente se encuentra bien separada de su vecina del Norte, la super cuenca del río Amazonas. Pero esto no siempre fue así, y los fósiles de peces son muy importantes para entender las antiguas conexiones entre las cuencas de los grandes ríos Sudamericanos.

La nueva especie fue nominada Brachyplatystoma elbakyani en honor a Alexandra Elbakyan, investigadora en Neurociencias de Kazajistán. En 2011 Alexandra creó Sci-Hub, una plataforma que otorga acceso gratuito a los artículos científicos publicados por las principales editoriales del mundo.

Esto permite a los investigadores e interesados de todo el mundo acceder gratuitamente a casi la totalidad de los artículos publicados.
Abajo ilustramos la especie viviente de Pez Goliath y los restos del cráneo que se conocen de la nueva especie. Fuente; Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados.

lunes, 6 de abril de 2020

Desde dinosaurios hasta polen fosilizado en el Calafate.

“Los resultados de la exploración han sido excepcionales”. Con esta frase resumió Novas la campaña 2020 de un equipo conformado originalmente por 30 personas; científicos, técnicos, becarios e inclusive investigadores científicos japoneses, pertenecientes al Museo de Tokio.
Se trata de la tercera exploración - y la más importante dijo Novas – a un yacimiento situado a unos 40 kilómetros al sur de El Calafate, en lo alto de los cerros en propiedades de la Estancia Anita. Guiados por el encargado de la estancia, Facundo Echeverría, la expedición atravesando barreales y caminos de cornisa, hasta montar un gran campamento en altura, desde donde realizaron toda la investigación (entre el 8 y el 24 de marzo)
En el año 1980 el geólogo Francisco Nullo estaba realizando trabajos de topografía y se encontró con un afloramiento rocoso que tenía huesos fosilizados. Hace un par de años el paleontólogo Novas encabezó una primera campaña que localizó algunos restos de un  saurópodo de cuello y cola larga, al que llamó Nullotitan Glacialis. El primer nombre en homenaje al descubridor y el segundo porque desde el lugar se tiene una fabulosa vista al Glaciar Perito Moreno.
Entre enero y marzo del año pasado se encontró una variedad de restos fósiles que entusiasmo al equipo, que este año regreso con un despliegue mucho mayor. Y los resultados fueron extraordinarios, mas allá de que la campaña se vio interrumpida por la pandemia del Coronavirus.
“Aparecieron piezas de distintos organismos que habitaron esta zona entre 70 y 65 millones de años atrás, en el fin de la era de los dinosaurios. Se encontraron restos fósiles de caracoles terrestres y de agua dulce, de ranas, peces, tortugas y de mamíferos pequeños”, describe Novas en FM DIMENSION.
También hallaron plantas, troncos petrificados, impresiones de hojas y hasta el polen fosilizado.  “Podemos reconstruir los bosques y el hábitat de aquel momento. Es un yacimiento excepcional”, agregó el paleontólogo.
Pero además se realizó el descubrimiento de restos de un nuevo ejemplar de Nullotitan Glacialis,  de tamaño similar al primero encontrado.  Novas explicó que son vértebras mejor conservadas y articuladas de manera de conocer mejor la anatomía de ese titán.
Estos descubrimientos permiten reconstruir el ecosistema de esta región hace 65 o 70 millones de años, cuando no existían ni la Cordillera de los Andes ni mucho menos los glaciares, y cuando el océano tenía periódicos ingresos y luego retrocesos sobre la actual Patagonia Austral.
En la entrevista con el programa Radio Activa, Novas dijo estar sorprendido, por este yacimiento. “Tuve la oportunidad de trabajar en el Valle de la Luna – Talampaya, también en Chile (Aysén),  en Salta, Río Negro y otro montón de lugares. Pero este yacimiento es increíble, porque a diferencia de los otros está mostrando todo el ecosistema”.
Novas adelantó que esperan volver el año próximo y continuar con estos estudios “que tienen impacto a nivel internacional,  porque desde Sudamérica estamos aportando información sobre el límite entre el cretácico y el terciario, que es en el momento en el cual se extinguieron los dinosaurios”, dijo el paleontólogo en la radio de El Calafate.  (Guillermo Pérez Luque)

El Megaterio del PaleoArtista Miguel Ángel Lugo, de Arte Yaguaron.




Es otro de los paleoartistas que trabajaron por medio de la Fundación Azara para el Museo de Ciencias Naturales de Miramar. En este caso, mostraremos la reproducción del Megaterio, que se encuentra en la sala número cinco de nuestro museo, dedicada a Xenarthros fósiles.
Los animales a escala fueron trabajadod paulativamente, haciendo primero una estructura de hierro o alambre, agregándole el volumen o forma con telgopor de alta densidad.  Reposado sobre una base de madera, empezando por la cabeza, por lo cual, tallo en el telgopor el cráneo a escala del animal, y de ahí le da los detalles con masilla epoxi parcet.

Le agrega dicha cabeza , y recubre el resto del cuerpo con más masilla, sin olvidar de modelar pelos y músculos con herramientas de odontología.  Luego se concentra en manos, patas y garras. Una vez seco le da una base con pintura acrílica, preferentemente colores oscuros y lo fue aclarandolo con colores más claros con el aerografo.

A cada una de las figuras le hizo una forma única de base que lo personalizo, con un suelo y algunos arbustos etc.
El Megaterio (Megatherium americanum) superaba los 4,5 metros de altura cuando se paraba sobre sus patas traseras y con su larga y robusta cola  formando una especie de "trípode" permitiéndole llegar de esta forma a las hojas de los árboles y tener un mejor panorama de todo su alrededor. El peso estimado de esta especie es de 5 toneladas, algo así como dos elefantes. Su cuerpo estaba recubierto por una fuerte pelambre. Sus patas delanteras eran largas y fuertes, acompañadas por cuatro garras, lo que le permitía acceder de mejor manera a los vegetales que formaban parte de su dieta.