jueves, 26 de agosto de 2021

Taytalura alcoberi, el ancestro de los lagartos en el Triásico de San Juan.

 




En el año 2001, un equipo paleontológico liderado por Ricardo N. Martínez, director del Área de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, halló en el Parque Provincial Ischigualasto (Provincia de San Juan) un minúsculo cráneo de un pequeño reptil junto a su mandíbula, de sólo dos centímetros de tamaño. El carácter completo del cráneo y su preservación tridimensional le dieron a este descubrimiento un carácter excepcional, debido que resulta inusual que esto suceda en fósiles tan pequeños y frágiles.

Sebastián Apesteguía, investigador del CONICET en la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, participó del estudio de la nueva especie, bautizada con el nombre de Taytalura alcoberi, que veinte años después de su descubrimiento fue presentada en la revista Nature.

Aunque sólo se haya encontrado su cabeza, de acuerdo al cálculo de los especialistas, el animal hallado debe haber medido en total unos quince centímetros de largo, no muy distinto a cualquier lagartija viviente. Poseía grandes órbitas y un cráneo ampliado hacia atrás como el de un camaleón. Sus dientes se hallaban metidos en un largo canal, algo nunca visto en otros reptiles.

Las características anatómicas de este pequeño reptil muestran que es un representante temprano de los lepidosauromorfos, grupo que incluye a los actuales lepidosaurios (lagartos, serpientes y esfenodontes), que hoy ronda las 10 mil especies y que tuvo su origen en el mismo momento que los dinosaurios, los cocodrilos, los pterosaurios y los mamíferos.

La edad del fósil se determinó en unos 230 millones de años de antigüedad, principios del Triásico Superior, una época en la que los mayores predadores eran parientes terrestres de los cocodrilos y los primeros dinosaurios iban ganando terreno.

El nombre Taytalura alcoberi deriva de la palabra Quechua tayta, que significa “padre o abuelo” y lura del Kakan (lengua hablada por los diaguitas, antiguos pobladores de la zona de San Juan) que significa “lagarto”. Y el nombre específico hace honor al paleontólogo sanjuanino Oscar Alcober, quien liderara con el primer autor la expedición en que se halló el espécimen.

Taytalura es el primer fósil del que puede aseverarse que evolutivamente representa al primer lepidosauromorfo del mundo y revela detalles sin precedentes sobre el origen del cráneo lepidosauriano de los primeros diápsidos. Esto sugiere que varios rasgos que caracterizan a los lepidosaurios más derivados, evolucionaron mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora.

Los materiales fósiles originales de Taytalura, así como muchos otros procedentes de la misma localidad, se hallan depositados en la Colección de Paleovertebrados del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan. Fuente Conicet.  Ilustración Jorge Blanco.

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miércoles, 25 de agosto de 2021

Hallaron restos fósiles de una ballena en la bajante del río Paraná.



Un pescador encontró los restos de una especie que pudo haber estado en la zona hace 6 mil años atrás, incluso más.

La bajante histórica del río Paraná permite advertir objetos que estaban sumergidos; algunos de ellos con valor histórico. El río seco, ausente, deja al descubierto en la playa parte de la vida pasada y que el barro y la arena han podido conservar. Ocurrió en varios lugares de la provincia afectada por la sequía del cauce.

En “El mejor día de la semana” (Radio 2); entrevistaron a Miguel, un pescador de Villa Gobernador Gálvez que encontró hace algunos días rastros de una ballena austral, también gracias a la falta de agua por la bajante.

“Hace unos 20 días encontré una vértebra de ballena austral y llamé al Museo Provincial de Ciencias Naturales Miguel Ángel Gallardo. Me dijeron que data de 6 mil años atrás, aunque también de más años atrás, incluso de 150 mil años, porque tiene que ver con tres posibles momentos en que el mar entró a la zona de Santa Fe y Entre Ríos”, precisó.

“Ese día me sentí como un chico de 5 años es algo asombroso, hasta el momento en que llamé al Gallardo tenía la incertidumbre, ¿será un hueso de dinosaurio?, me preguntaba”, comentó y precisó que el descubrimiento sucedió un día que buscaban plomada para pescar junto a sus hijos de 7 y 9 años en la playa.

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lunes, 23 de agosto de 2021

Los carpinchos ya estaban presentes hace unos 3,5 millones de años en la región bonaerense.




Por la “carpinchomania” de los últimos días, debido a los reclamos por la “invasión” en nordelta de este simpático roedor, aprovechamos para contarles que, en la localidad bonaerense de Miramar, se han recuperado en varias oportunidades, restos fósiles de estos animales, que atestiguan su remoto reinado.

En la actualidad, el carpincho de la especie Hydrochoerus hydrochaeris, es el roedor más grande del mundo, y pertenece, a la subfamilia Hydrochoeridae, según recientes estudios genéticos. En otros tiempos geológicos estuvo representado por verdaderos gigantes, hasta llegar a la versión que conocemos, y que tanta polémica protagonizaron en los medios de comunicación y redes sociales en los últimos días.

“En el Museo de Ciencias Naturales de Miramar, se exhiben y resguardan en las colecciones científicas, varias piezas de los últimos 3,5 millones de años antes del presente”, sostiene Mariano Magnussen, del laboratorio paleontológico del museo local y Fundación de Historia Natural Félix de Azara.

Se trata de Phugatherium novum, una versión primitiva de los actuales carpinchos o capibaras, pero de tamaño mayor, con una talla comparable a la de un tapir asiático. 

Sus primeros restos corresponden al Mioceno, hace 9 millones de años, hasta el Plioceno, hace 3 millones de años, momento en que se extinguió. “Para entonces, Sudamérica se unía a Norteamérica, provocando el intercambio faunistico entre ambos hemisferios, sumado al cambio de las corrientes marinas y el enfriamiento continental a nivel global. Además, la caída de un asteroide en la zona próxima a Chapadmalal, provoco una lluvia de sedimento fundido en toda la región y grandes incendios, y la explosión de una supernova, habrían influenciado dramáticamente sobre muchos grupos faunísticos autóctonos o primitivos invasores”, argumento enfáticamente Magnussen.

El cráneo de Phugatherium refleja un rostro alargado y estrecho. La longitud del cráneo es la doble a la atribuida al carpincho actual, superando fácilmente los 50 centímetros. Su fémur y humero, guardan la misma relación en su longitud con el género actual, pero el ulna o cubito, radio, tibia, peroné y demás huesos de las patas, son mucho más desarrollados y largos que sus representantes actuales, por lo cual Phugaterium, parecía un carpincho de patas largas, lo que morfológicamente concuerda con mamíferos corredores, y con un peso superior a los 200 kilos, mientras que el carpincho actual, llega a los 65 kilogramos.

Su dentición está conformada por incisivos desarrollados y largos, y una serie molariforme laminada, demostrando gran diferencia entre ejemplares adultos y juveniles, lo que llego a confundir durante décadas a los científicos, conformando, géneros y especies nuevas que terminaron siendo la misma. Su alimentación estaría basada principalmente de vegetales que crecían en las inmediaciones de zonas pantanosas.

No sabemos muy bien cuando apareció el género y especie viviente, pero fue inmediatamente luego de la desaparición del Phugatherium, seguramente en el Pleistoceno temprano, hace unos dos millones de años.

“Además de encontrar restos óseos de la versión más primitiva del Plioceno, hemos recuperado en Miramar, huellas fósiles de un carpincho de 100 mil años antes del presente, llamado Porcellusignum conculcator, en sedimentos próximos al muelle de pescadores de esta localidad balnearia, asociados al Felipeda miramarensis, un diente de sable que también dejo sus rastros en una laguna que hoy en día ya no existe” sostuvo Magnussen.

Si bien, estos animales no tienen la talla de sus antepasados prehistóricos encontrados en varias regiones de Argentina y América, no deja de ser un animal fascinante que invitamos a descubrir y entender. La destrucción de su ambiente natural en los humedales, con el fin de generar zonas de pastoreo para bovinos, el relleno y ocupación para el negocio inmobiliario, provoca el desplazamiento de grandes poblaciones que no pueden encontrar alimento en su propia naturaleza, invadiendo centros urbanos en busca de cualquier planta, las cuales, muchas de ellas no están en su dieta natural provocándoles distintas patologías.

Estas poblaciones de carpinchos han perdido por la destrucción de su hábitat, a sus depredadores naturales, como zorros, pumas, yaguaretés entre otros, un claro ejemplo del delicado equilibrio ecológico que debemos respetar.

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domingo, 22 de agosto de 2021

Encuentran fósiles de un reptil marino en el Cretácico de Neuquén.




 

El hallazgo se dio sobre afloramientos de la formación Vaca Muerta, y se estima que pertenecería al límite entre el Jurásico y el Cretácico, hace unos 140-150 millones de años.

Los restos de una mandíbula perteneciente a un reptil marino fueron hallados en forma casual por un operario de Vialidad Provincial cuando trabajaba en el paraje neuquino de Huancai, a unos 40 kilómetros de la localidad de Loncopué, informó el Gobierno de Neuquén.

El hallazgo se dio sobre afloramientos de la formación Vaca Muerta, y se estima que pertenecería al límite entre el Jurásico y el Cretácico, hace unos 140-150 millones de años.

Según fuentes oficiales, el operario José Andrés Erice detectó algo extraño mientras trabajaba en el paraje Huncal, dio aviso, y su compañero de tareas en el campamento de Vialidad, Bucardo Gallegos, realizó la denuncia del hallazgo vía correo electrónico al área provincial de Patrimonio Cultural.

El paleontólogo de la Dirección Provincial de Patrimonio, Mateo Gutiérrez, precisó que “los materiales hallados consisten en restos de una mandíbula perteneciente a un reptil marino, que serán analizados para obtener una mejor determinación".

Además, señaló que "posiblemente pertenecen a un ictiosaurio o a un cocodrilo marino del grupo de los metriorrínquidos”

Durante las pesquisas en la zona indicada, se pudo constatar el hallazgo de restos fósiles incluidos en concreciones carbonáticas, estructuras formadas por la cristalización de minerales en el interior de los sedimentos, comunes en la formación Vaca Muerta y numerosas en el área.

Los fósiles rescatados serán preparados en el Museo Municipal Carmen Funes de Plaza Huincul para luego ser restituidos al museo paleontológico más cercano al lugar de origen, que es el Museo Paleontológico de Las Lajas, tal como dicta la ley provincial 2184/96 de Protección del Patrimonio Paleontológico, Histórico y Arqueológico.

El Ministerio de las Culturas de Neuquén recordó a la ciudadanía que, ante el hallazgo de restos fósiles, se debe dar aviso a la Policía, Gendarmería, museos o al correo electrónico de patrimonioculturalprovincial@gmail.com para que se realice el rescate de los mismos, con las técnicas y herramientas apropiadas. Fuente Telam. 

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