miércoles, 30 de octubre de 2019

Metriorhynchus, un cocodrilo marino del Jurásico.


Metriorhynchus, fue un primitivo cocodrilo marino, cuyo nombre significa largo hocico. El nombre le resultaba muy apropiado. Era un peligroso cazador que medía 3 metros.
Comía calamares y pterosaurios, pero también perseguía peces de 6 metros de longitud, el doble de su propio tamaño. Su cola se adelgazaba hacia el extremo, y de ella sobresalía una aleta. Tenía una pequeña prominencia entre los ojos.
Cuando aparecieron los cocodrilos, vivían por entonces en el mar. Existía un grupo de temibles cazadores prehistóricos, cuyos parientes de agua dulce todavía viven en la actualidad. Si se te ocurriese nadar en un mar prehistórico, les servirías de almuerzo.
Eran los cocodrilos marinos. En los inicios de su evolución, los cocodrilos regresaron al agua, alejándose de los dinosaurios terrestres. La forma de su cuerpo cambió para adaptarse a la vida acuática. La mayoría de los primeros cocodrilos se mantenía al acecho en ríos y pantanos, comiendo peces y capturando animales que acudía allí a beber. Sólo unos pocos fueron más lejos, al mar. Su aspecto era parecido al de los actuales gaviales.
Había 4 cocodrilos marinos: el Teleosaurus, el Steneosaurus, el Metriohynchus y el Geosaurus araucanensis, estos últimos dos muy comunes en el Jurasico argentino, procedentes de Cuenca Neuquina. Imágenes de Wikipedia.

miércoles, 23 de octubre de 2019

Preparan un Parque del Pleistoceno en la provincia de Córdoba.



La primera etapa del parque Pleistocénico estaría inaugurada a fines de octubre. Allí se podrán ver las réplicas (en tamaño real) de la megafauna que habitó la región hasta hace 10.000 años.

Un zafari en el tiempo nos hubiera permitido ver a los grandes animales que habitaron la región de Ansenuza en el período geológico conocido como Pleistoceno, que tuvo lugar entre 3.000.000 y 10.000 años atrás. Fue justamente cuando la Laguna Mar Chiquita se formó, época en que el clima y la fauna eran distintos a los actuales, cuando reinaban grandes mamíferos hoy extintos, pero que volverán a verse a fines de octubre cuando se inaugure la primera etapa del Parque Pleistocénico en La Para. El mismo se construye en el predio del ferrocarril, en la zona céntrica del pueblo.

Con esculturas hiperrealistas de diez especies distribuidas en una isla con lago artificial y flora autóctona de la época, quienes visiten esta localidad del departamento Río Primero podrán conocer la "megafauna" que, a diferencia de los dinosaurios, convivieron con el ser humano.

Será el primero del país con estas características, que sumará, en una segunda etapa un túnel acuático con peces característicos de la zona junto a la réplica de aquellos "monstruos del agua" del Pleistoceno.

"Los visitantes ingresarán por un puente a la zona donde se emplazará el parque y saldrán por un túnel", adelantó el intendente Martín Guzmán en declaraciones a LA VOZ DE SAN JUSTO.

El mandatario municipal recordó que el proyecto original contempla en su primera etapa, la construcción de un lago, colocación de flora autóctona de la época y la distribución de los animales del pleistoceno, lo cual se complementará con iluminación y veredas de acceso y estaría finalizado a fin de año.

"Con arena, palo seco de la Laguna Mar Chiquita, plantas autóctonas se recreará el el hábitat de cada uno de estos ejemplar", sostuvo Guzmán.

No obstante, anticipó que en segunda etapa, prevista para 2020, "se construirá un túnel de tipo caverna de 2,5 metros de ancho por 4 de largo, con peceras gigante a ambos lados, donde se podrán ver los peces de nuestra zona tales como pejerrey, carpa, anguila y en el fondo, las réplica de los peces del pleistoceno".

Consultado sobre el avance de obras en el predio del ferrocarril, Guzmán precisó que "se está realizando el movimiento de suelos y construcción de paredes del lago. Culminada la excavación, pasaríamos a la etapa de llevar los aireadores de agua y construcción de veredas que unirá los 10 animales, para que los visitantes lo puedan recorrer".

En tanto,  la primera etapa- que planean inaugurar a fin de mes, en el marco de los festejos patronales del pueblo- contempla la forestación del lugar con árboles autóctonos "para que la flora de la época sea también educativa", llenado de agua del lago y distribución de las "bestias".

El mandatario municipal manifestó que se construirán veredas y pasarelas que garanticen el acceso de personas con discapacidad motriz. Asimismo, destacó el aporte de alumnos de la Escuela Proa de La Para, que con el asesoramiento de Conicet están ideando un recorrido para que los chicos con discapacidad visual, puedan disfrutarlo. "Será a través del sistema Braille y con cerámicas para recrear el contorno de estos animales", puntualizó Guzmán.

Según destacó el intendente, el Parque Pleistocénico de La Para será el primero del país con estas características y el segundo en Sudamérica, encontrándose el primero en Osorno, Chile, "el cual cuenta con 6 réplicas".

"Hay muchos parques de dinosaurios en la Argentina, pero no del Pleistoceno, siendo que los dinosaurios vivieron millones de años antes. Además se debe tener en cuenta que los del pleistoceno convivieron con el hombre".

Finalmente, Guzmán reconoció que este proyecto sumará al Parque Nacional Ansenuza. "Estamos haciendo un gran esfuerzo para contribuir a esta maravilla natural que tenemos en la región", sostuvo.

Entre las especies representadas se encuentran: Macrauchenia con su cría, Megaterio, Stegomastodon, Hippidion, Fororraco, Toxodonte, Gliptodonte, Doedicurus,  Scelidoterium y Smilodon.

En lenguaje común, se trata de una especie de elefante, un mamut, un oso perezoso, un caballo, un tigre diente de sable, un flamenco carnívoro, entre otros animales pertenecientes a la Era de Hielo.

Según el libro, Bestiario Fósil, algunos de esto mamíferos excedían la tonelada, como el toxodonte, los perezosos, los mastodontes, como el dientes de sable.

Las obras fueron realizadas en resina y fibra de vidrio para ser exhibidas en el parque natural al aire libre, en el predio del ferrocarril. Fueron realizados por Sebastián Pérez Parry y su esposa María de los Ángeles Meza, ambos museólogos y paleoartistas que trabajaron en la creación de varios parques de dinosaurios en el país. Fuente Voz de San Justo.


martes, 22 de octubre de 2019

Revelan una nueva forma de “armadura flexible” que tenían los perezosos prehistóricos gigantes.




El equipo del Museo Paleontológico de San Pedro halló 136 huesillos dérmicos de un perezoso gigante de más de 500 mil años de antigüedad. Esta “armadura” estaba incorporada al cuero de estos animales y les servía de protección frente a los depredadores. 

El director Museo Paleontológico de San Pedro José Luis Aguilar comentó a la Agencia CTyS-UNLaM que “estos huesitos llamados osteodermos estaban incorporados a la piel de estos animales, por todo el cuerpo, y tienen una forma que era desconocida hasta ahora”.

Los perezosos gigantes poseían este sistema de defensa embebido en la piel como protección ante los posibles ataques de los tigres dientes de sable, los osos gigantes, pumas y unos perros salvajes llamados Theriodictis, entre otros carnívoros.

“Estos huesitos que encontramos son octaédricos, como si fueran dos pirámides unidas por su base”, describió Aguilar. Y agregó: “Entre los más de 130 osteodermos hallados, las medidas van desde 3 milímetros hasta unos 13 milímetros de largo”.

“La presencia de osteodermos en los perezosos gigantes se conoce hace tiempo, aunque no hay muchos registros para una antigüedad superior a los 500 mil años y es la primera vez que se encuentran con una estructura bipiramidal”, aseveró el director sobre los huesitos hallados en Campo Spósito, un yacimiento ubicado a 12 kilómetros de la ciudad de San Pedro.

El estudio científico sobre esta nueva forma de “armadura flexible” fue publicado recientemente en la revista Journal of South American Earth Sciences y está firmado por los doctores Luciano Brambilla de la Universidad de Rosario y del CONICET, Augusto Haro de la Universidad Nacional de Córdoba, Marcelo Toledo del Instituto de Geociencias de Buenos Aires y el director del Museo de San Pedro José Luis Aguilar.

El investigador Luciano Brambilla precisó que “como la forma externa de los huesos de la piel de este antiguo perezoso es tan particular a simple vista, también estudiamos la estructura interna a nivel microscópico”.

“Cortamos finas láminas a partir de algunos de los huesitos bipiramidales y descubrimos que el patrón de fibras observado en estos osteodermos era muy denso y novedoso, algo que también ayuda a caracterizar a estos pequeños elementos”, analizó.

El paleontólogo aseveró que “es un enigma aún por responder a qué especie pertenecieron estos osteodermos, porque en las colecciones nada se les parece y es relativamente poco el conocimiento que tenemos sobre perezosos de tanta antigüedad como los que se encuentran en los yacimientos de San Pedro”.

Hasta el momento, se conocían estructuras con un patrón globoso, casi sin irregularidades, propias  de los milodontes, mientras que los osteodermos de los glosoterios tenían una forma aplanada, arriñonada.

Al respecto, Aguilar observó que “con este descubrimiento, se refuerza la idea propuesta por el Museo Paleontológico de San Pedro de que los distintos géneros de estos grandes mamíferos fósiles poseían osteodermos con patrones diferentes”.

Según contó Aguilar, “así como los  gliptodontes (armadillos gigantes) evolucionaron hasta que toda la piel se transformó en una coraza para protegerse de los depredadores, los perezosos desarrollaron esta masa intermedia que era flexible, porque todos estos osteodermos, estos huesitos, se desarrollaban en el interior de la piel”.

“Estos animales tenían una piel, un cuero de unos dos centímetros de espesor, en la que un grupo de células comenzaban a endurecerse hasta desarrollar fibras duras y se transformaban en una de estas tantas bolitas que encontramos; eran parte de su piel”, relató.

De esa forma, animales como los milodontes o los glosoterios, lograban disminuir las heridas provocadas por sus atacantes. "Después de casi 200 años de paleontología argentina, este hallazgo introduce una novedad inesperada a la hora de analizar a ciertos géneros de perezosos prehistóricos", destacó Aguilar a la Agencia CTyS-UNLaM.

Este nuevo descubrimiento de osteodermos con forma romboidal se produjo a unos 170 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en un área de barrancas y cortadas naturales que ya ha aportado numerosos e importantes fósiles a la colección del Museo de San Pedro.

lunes, 21 de octubre de 2019

Gallegosichnus, un pequeño reptil Triasico de Rio Negro.


En Río Negro son famosas las huellas de unos de los reptiles más antiguos que se conocen. En la localidad de Los Menucos (sobre la Línea Sur). De allí son la mayoría de las lajas que fueron utilizadas para la construcción de la Costanera de la ciudad de Bariloche.
Esas lajas preservan las huellas de varios reptiles que vivieron en Patagonia hace 200 millones de años (Período Triásico). Se trata de pequeñas huellas de hasta 8 cm de diámetro pero que también preservan largos caminos de varios metros de largo.
Hoy es posible encontrar muchos de estos fósiles caminando por las veredas de la ciudad de Bariloche. Algunas huellas preservan la marca de sus dedos y característicamente se sobre imponer el pie sobre la mano, denotando su neto andar cuadrúpedo (al retirar la mano, el pie se adelanta y pisa en donde dejó la huella la mano).
Los investigadores reconocieron que estas huellan deben haber sido producidas por reptiles plantígrados (que apoyan toda la palma), con importantes garras tanto en la mano como en el pie. Muy probablemente correspondieran a un grupo de antiguos reptiles denominados "reptiles mamiferoides" o reptiles Terápsidos. Otras huellas conocidas en la localidad de Los Menucos , han sido adjudicadas a reptiles dicinodontes y a esphenodontes (tatuaras o camaleones). Otra especie relacionada y bien registrada es Calibarichnus

miércoles, 16 de octubre de 2019

16 de Octubre. International fossil day - Día internacional del fósil.

 
#internationalfossilday         #diainternacionaldelfosil
El "International Fossil Day" nació en el año 2010 en Estados Unidos y actualmente se celebra en diversos países como Canadá, India, Francia, Japón, China, Argentina sumándose año a año nuevos territorios.
 Durante la semana del 10 al 15 de Octubre del corriente, diversas instituciones del país, realizaran actividades para celebrar el patrimonio paleontológico nacional.
 Este evento es promovido por la International Paleontological Association (IPA), con el objetivo de promover la conciencia sobre la importancia de la conservación del patrimonio paleontológico.
Aquí de modo ilustrativo, un Thylacosmilus exhibido en el reciente inaugurado Museo de Ciencias Naturales de Miramar, Argentina.

martes, 15 de octubre de 2019

Macluritas, un primitivo caracol del Ordovícico.

Es un género extinto de los gasterópodos Ordovícicos (caracoles) encontrados como fósiles y útiles para las correlaciones estratigráficas (el Período Ordovícico duró desde hace aproximadamente 488 millones a 444 millones de años). El caparazón se enrolla distintivamente y se reconoce fácilmente. Las Macluritas también tenían un opérculo, o segunda caparazón, que cubría la abertura del caparazón más grande del cuerpo. Maclurites es característico de un grupo de gasterópodos tempranos que apareció por primera vez en el Cámbrico Tardío y se extinguió al final del Ordovícico. Alunas muestras muy importantes fueron recuperadas en el Ordovícico de la precordillera de la Provincia de San Juan.

sábado, 5 de octubre de 2019

La Fundación Azara designó como Naturalistas Adscriptos a Daniel Boh y Mariano Magnussen.



En ocasión de la inauguración del Museo de Ciencias Naturales de Miramar (en la provincia de Buenos Aires), la Fundación Azara designó como Naturalistas Adscriptos de la institución a Daniel Boh y Mariano Magnussen por sus aportes a la conservación y difusión del patrimonio paleontológico de General Alvarado. Por haber reunido gran parte de las colecciones de este museo; por los importantes descubrimientos realizados en la zona que han llevado a Miramar a estar presente en los principales medios nacionales e internacionales, como el hallazgo en el año 2015 de las primeras huellas fósiles de un tigre dientes de sable conocidas en el mundo. Mas info en www.museodemiramar.com.ar

Encuentran por casualidad restos fósiles de un oso Arctotherium en La Plata.



Otra sorpresa en una obra en construcción: operarios que trabajaban en un terreno de 2 y 72, cerca del centro de La Plata encontraron un resto fósil que pertenecería a un oso "rostro corto", que vivió en estas tierras hasta por lo menos hace 10 mil años.
Se trata de una pieza de poco más de medio metro que correspondería con el húmero del animal omnívoro que habitó la zona de la pampa bonaerense en el pleistoceno.
Los trabajadores removían tierra que llegó desde una cantera ubicada en la zona del Barrio Aeropuerto (a 15 kilómetros del centro de la ciudad) cuando hallaron el hueso fosilizado.
"En buena parte del subsuelo de la región pampeana se pueden encontrar muchos fósiles. Esto abarca provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa. Pero la importancia de este hallazgo es que se trata de un animal que no era muy abundante", dijo a Clarín el docente e investigador de la facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, Leopoldo Soibelzón.
El oso "Actotherium" era una especie de entre 400 y 1.500 kilos; y unos 3 metros de altura que vivió en esta región entre un millón de años atrás y los de 10 mil años. "Formaban parte de la pirámide del sistema. Eran predadores tope, por eso su presencia entre las especies era menos frecuente", explicó Soibelzón, quien se especializa en animales prehistóricos de la zona de América del Sur y trabaja también para el Conicet.
José Aguirre, uno de los obreros que encontró el hueso, se encargó de llevarlo hasta el Museo de Ciencias Naturales de la UNLP, donde funciona la facultad y los centros de investigación. "Los profesores estaban contentos y nos dijeron sobre la importancia de dar a conocer estas cosas", dijo el hombre en declaraciones que difunde el portal 0221.com.ar.
Esto ocurrió a fines de la semana pasada. Ahora las piezas del animal están sometidas a estudios y análisis en el área de Paleontología del Museo.
Al enorme hueso lo sacaron de una tosca. Se trata de un húmero de 60 centímetros de largo. "Aunque no están terminados los estudios podemos afirmar que se trata de un individuo adulto, de mediana estatura, probablemente una hembra", anticipó el investigador.
A fines de julio pasado un vecino de Berisso halló en el patio de su casa los restos de un mastodonte, mientras trabajaban obreros en una refacción. También en ese caso la tierra provenía de la cantera del Barrio Aeropuerto.
Soibelzón aclaró que los primeros registros del oso rostro corto data de un millón de años y que los ejemplares desaparecieron en la gran extinción que afectó a los mamíferos de gran tamaño. Esto fue al mismo tiempo que desaparece la gran fauna, sobre el final de la glaciación que provocó un fuerte cambio climático y también coincidió con la aparición del hombre en la región de América. Fuente, Clarín.

viernes, 4 de octubre de 2019

Hallan fosiles de un primitivo cocodrilo prehistórico en Neuquén.



Alumnos de Geología de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), hallaron restos fósiles de un cocodrilo de 85 millones de años de antigüedad en el campus de la Universidad de Neuquén.
"Estamos trabajando sobre unos materiales que, en primera instancia, podrían pertenecer a restos de un cocodrilo que está depositado sobre sedimentos de una formación geológica denominada Bajo de la Carpa perteneciente al período cretácico y tiene una antigüedad aproximada de 85 millones de años", explicó el paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales de la UNCo, Juan Porfiri.
El paleontólogo destacó que "la Universidad tiene un registro fosilífero muy amplio, restos de aves fósiles, de dinosaurios, huevos fosilizados de cocodrilos principalmente", y aclaró que "dentro de los cocodrilos en particular se conocen tres especies para el campus de la UNCo".
"Lo que estamos viendo preliminarmente nos demuestra que quizás estamos ante un nuevo cocodrilo, y después evaluaremos si es una especie conocida o si es una nueva especie", manifestó.
Porfiri indicó que el descubrimiento fue realizado por alumnos de Geología, en especial por Cecilia Balderrama quien "encuentra los primeros fragmentos de un material realizando las prácticas profesionales para la carrera".
Asimismo, señaló que "cuando comenzamos a ver el resto del lugar empezaron a aparecer nuevos fragmentos, como huesos apendiculares, fémures, vértebras y demás".
Finalmente contó que "estamos en la etapa de preparación de material en el campo para llevarlo al laboratorio del museo de la Universidad, donde con lupa y herramientas mucho más finas se dejará listo para la etapa de investigación".
Cabe señalar que es la segunda vez en el año que se localizan restos fósiles en el campus de la Universidad del Comahue, ubicado entre el Parque Norte, el corredor vial Leloir-Doctor Ramón, el río Neuquén y el barrio privado Rincón Club de Campo. En junio pasado fueron encontrados restos de un dinosaurio saurópodo, también durante un recorrido de estudiantes. Fuente; Cronica.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Hallan el caparazón de un gliptodonte en un arroyo de Ezeiza.


Fue encontrado por un grupo de amigos mientras pescaban en el Arroyo Alegre, en Ezeiza. Hace unos años, hubo un hallazgo similar en la misma zona.
Al principio no sabían de qué se trataba, pero los jóvenes ahora no salen de su asombro, ya que surgió de manera inesperada, mientras pescaban en un arroyo de Carlos Spegazzini, en el partido de Ezeiza.
Allí, se encontraron con el caparazón de un Gliptodonte, el segundo hallado en la zona: en diciembre de 2015 ya habían encontrado el mismo resto fósil en otro arroyo de la ciudad, ejemplar que ahora está exhibido en el Museo Regional de Tristán Suárez.
El gliptodonte fue un mamífero que alcanzaba los dos metros de alto y tres de largo, y superaba la tonelada de peso. Era nativo de América del Sur y se extinguió en el período Cuaternario, aproximadamente hace 10 mil años. Su aspecto es similar al de los actuales armadillos.
Según se supo, los pescadores estuvieron hasta la noche trabajando en grupo con distintas herramientas para reiterarlo del lugar por su cuenta, sin dar aviso a las autoridades. El caparazón sigue semi desenterrado en el lugar donde lo encontraron. Filo news.