Se trata de otro género de Dasipodido, es decir, un
mamífero compuesto por una coraza ósea con placas corneas y a diferencia de los
Gliptodontes poseían bandas móviles que les permitían realizar importantes
movimientos o ponerse en forma de bola.
Su origen se remonta al Paleoceno medio, calculados en
unos 55 millones de años antes del presente y en poco tiempo colonizaron una
gran variedad de ambientes, logrando una diversificación muy exitosa. Su tamaño
era muy similar al de los actuales "Tatu carreta" que vive en el
norte Argentino, llegaba a medir 1,20 metros de longitud. Su alimentación fue
muy variada, compuesta principalmente gusanos, huevos, vegetales y animales en
estado de descomposición.
Los huesos de sus extremidades eran cortos y robustos,
muy característicos de esta familia. Sus falanges ungueales o garras eran muy
desarrolladas para realizar extensas madrigueras, donde pasaba gran parte de su
tiempo y donde las hembras daban a luz. La presencia de los osteodermos fijos
dentro de esta especie se fundamenta por la forma hexagonal y la presencia de
dos o tres figuritas periféricas en su borde anterior.
En las placas móviles, se observan los dos surcos que
divergen hacia la parte posterior de la placa, limitando de este modo una
figura subtriangular. Con respecto al registro fosilífero de esta especie,
podemos decir que es muy escaso, y cuando los Paleontólogos y los técnicos
encuentran alguna pieza, se trata de restos aislados.
Imágenes, tomadas de archivo y posible aspecto de Propraopus
grandis, tomado del paleoartista Jorge Blanco en el libro Bestiario Fósil,
como Pampatherium.