viernes, 29 de julio de 2022

Hallan feca de un tigre dientes de sable con restos de megafauna en su interior.

 


En la provincia de Buenos Aires, durante el Pleistoceno (entre 2.5 millones de años hasta 11 mil años antes del presente) habitaron megamamíferos que nos han dejado diversos indicios de su existencia, como el caparazón de gliptodonte hallado (y ahora en exposición) durante la construcción del subterráneo en la estación Tronador de la línea B.

Pero aquellos indicios no se restringen a la aparición de sus huesos fosilizados, podemos encontrar también cuevas, huellas y coprolitos. Los coprolitos son fecas fósiles, estudiarlos nos permite obtener información sobre el animal que los produjo, nos dan una idea aproximada de su tamaño y sobre sus hábitos alimenticios. Los coprolitos pueden contener cabello, semillas, plantas en general y/o huesos, y poseen formas y tamaños que nos permiten clasificarlos y en ocasiones asignarlos a una especie en particular.

En este nuevo trabajo del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (Lacev), presentamos un coprolito de gran tamaño cuyas características permiten referirlo, no sin ciertas dudas, al tigre dientes de sable Smilodon. Su contenido es sorprendentemente abundante en huesos referibles en su mayoría a un perezoso gigante (Mylodon) y contiene también huesos de guanaco. El coprolito fue hallado en los márgenes del Río Reconquista, en el Partido de Merlo, pleno conurbano bonaerense, en Argentina. Allí mismo han sido encontrados diversos restos óseos pertenecientes a megamamíferos extintos como gliptodontes, scelidoterios, toxodontes, camelidos y félidos (Smilodon populator).

El coprolito encontrado nos permite saber que el Smilodon no solamente se alimentaba de megafauna, sino también de animales de tamaño mediano, como es el caso del guanaco. Previo a este hallazgo los investigadores, basados en características del esqueleto, creían que Smilodon era un depredador especializado exclusivamente en cazar megafauna y además era incapaz de consumir huesos duros. El hallazgo del coprolito refuta ambas ideas.

Hace unos 10.000 años todos los megamamíferos sudamericanos encontraron su extinción (aún se desconoce claramente por qué). Debido a que los investigadores pensaban que el Smilodon se alimentaba exclusivamente de aquellos mamíferos gigantes, hipotetizaron que la extinción de sus presas inevitablemente trajo aparejada la desaparición de este felino. Sin embargo, el hallazgo de restos de guanaco en las fecas de Smilodon rechaza esa idea, y muestra que el tigre dientes de sable era capaz de alimentarse de una enorme variedad de animales (algunos de los cuales sobreviven hoy en día). De esta manera, el hallazgo de la fecha fósil de Merlo, trae más dudas que certezas, y nos obliga a repensar la extinción del Smilodon.

Imágenes de Feca de Smilodon estudiada (la escala representa 5 centímetros); y reconstrucción de dos Smilodon enfrentados. Ilustración por Sebastián Rozadilla. Fuente Lacev.

Ver publicación científica; https://pubs.geoscienceworld.org/sepm/palaios/article-abstract/37/7/402/615818/A-POSSIBLE-SMILODON-MAMMALIA-FELIDAE-COPROLITE

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm

martes, 26 de julio de 2022

Pescadores de Miramar hallan restos fósiles.





Gracias al aviso dado por el pescador local “Ruso” Giménez al Director del Museo Municipal de Ciencias Naturales de Miramar, Museólogo Daniel Boh, se pudo rescatar un interesante cantidad de restos óseos pertenecientes a un gran perezoso prehistórico.

Esto ocurrió en los acantilados frente al Vivero y Bosque Florentino Ameghino de esa ciudad, en estratos que podrían ser del Pleistoceno tardío, quizás de unos 100.000 años de antigüedad. El descubrimiento se debió a que el espécimen estaba ubicado en un sitio usado habitualmente por los pescadores locales y al observar unas formas de las que se dio cuenta que no eran piedras o toscas se puso en contacto con el museo.

Si bien es usual el hallazgo de fósiles en estos acantilados, los cuales fueron estudiados por el mismo Florentino Ameghino desde hace más de 100 años, aún siguen apareciendo algunas novedades. En este caso en particular se han hallado junto a los restos óseos, centenares de pequeños huesitos del tamaño de garbanzos, los cuales formaron un escudo flexible debajo de la piel de estos animales, que los defendía de los predadores o de sus propios congéneres, ya que estaban provistos de grandes y agudas garras.

Debido a que los restos han sido extraídos dentro de bloques de terreno aún no se pudo establecer exactamente la especie, pero se tiene alguna idea. Hay que recordar que las tareas de limpieza en el laboratorio son bastante arduas, especialmente cuando se trata de material muy frágil como en este caso.

Los trabajos de campo fueron realizados por Mariano Magnussen, técnico del museo; Carlos Acha; Gerónimo Elguero; Santiago Llorens; Daniel Boh y estudiantes de la Tecnicatura en Paleontología que se dicta en nuestra ciudad: Karina Perazzo, Emmanuel Segura, Luciana Villafañe, Mariana Balcabao, Joaquín Gianola y Mónica Mariscal.

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm

Miramar Prehistorica, una historia de dientes de sable, tiburones y frutas.

 

Les dejamos el link de una interesante charla que brindara el Dr Federico Agnolin, asesor científico del Museo de Ciencias Naturales de Miramar, Fundación Azara, Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (MACN – Conicet). Como muchos sabrán, Miramar es una de las localidades más importantes de interés paleontológico a nivel mundial para el Cenozoico tardío, es decir, los últimos 4 millones de años. Los invitamos a descubrir nuestra Miramar Prehistórica. Jueves 28 de Julio de 2022, a las 19 hs por el canal de Facebook de la Fundación Azara. Saludos cordiales a todos. https://www.facebook.com/events/569442864815823/

miércoles, 13 de julio de 2022

Descubren fósiles de plantas en el Triásico de San Juan.




Más allá de los hallazgos de pequeños y gigantes animales del pasado, existe toda una rama de la paleontología que se dedica al estudio de fósiles de plantas y vegetaciones prehistóricas. Los registros de ellas dan cuenta de los ricos y complejos ecosistemas de hace millones de años y proporcionan información sobre aspectos como el ambiente, el clima y la interacción fauna-flora, entre otras cuestiones.

Ahora, un grupo de investigadoras ha descubierto, en la provincia argentina de San Juan, dos nuevas especies y un nuevo género de un tipo de plantas conocidas como briofitas. Los vegetales, de hace unos 240 millones de años, pertenecen al período Triásico.

“Las briofitas son un grupo de plantas muy chiquititas, las cuales se cree que son de las primeras que colonizaron el medio terrestre. Hay varios tipos, como los musgos, las hepáticas y los antoceros. En este trabajo, pudimos identificar ejemplares de las dos primeras”, explica a la Agencia CTyS-UNLaM Adolfina Savoretti, primera autora del trabajo y becaria posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina.

Actualmente, las briofitas se encuentran en lugares húmedos y con poca luz, aunque también se encuentra en ambientes más secos. El problema, señalan las investigadoras, es que es difícil reconocerlas en el registro fósil.

“Cuando hablamos de plantas, las especies pueden preservarse en el ámbar de los árboles, se pueden deshidratar, carbonizar y aplastarse por una enorme presión o dejar una huella. En el caso de nuestros hallazgos, se dieron las últimas dos formas, que reciben el nombre de impresión-compresión”, apunta Josefina Bodnar, integrante del grupo e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata en Argentina.

El hecho de que se conservara la impresión junto a la compresión, además, permitió brindar un montón de detalles que ayudaron, luego, a la hora de describir y estudiar los registros. “En el caso de estas plantas, se preservaron incluso las estructuras reproductivas sexuales, lo cual es extremadamente raro de encontrar en el registro fósil. Todo eso colabora enormemente en nuestros análisis”, detalla Savoretti, becaria posdoctoral en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, del CONICET) y docente en el Instituto de Ciencias Polares, Ambiente y Recursos Naturales (ICPA, UNTDF). El equipo se completa con la Dra. Eliana Coturel y Marisol Beltrán, becaria doctoral de CONICET.

El hallazgo de estas plantas de tanta antigüedad permite empezar a comprender cómo era el clima en esa época. “El musgo que descubrimos nosotras vivía sobre un árbol, el cuál aun no sabemos de qué especie era – detalla Savoretti, quien es bióloga botánica-. Por investigaciones realizadas previamente por parte de nuestro grupo de trabajo sabemos que en la zona había tanto coníferas como helechos con semilla arborescentes. Pero lo más importante es que este tipo de musgos son indicadores de microambientes con gran humedad”.

En esta línea, Bodnar suma que el hallazgo de estas briofitas da cuenta de nuevos escenarios para la literatura científica. “Se había planteado, en distintos trabajos, que el clima en esta región de Argentina, durante el período Triásico, era muy seco. El descubrimiento de estos fósiles nos viene a decir que no fue todo igual, sino que hubo, evidentemente, períodos con niveles más altos de humedad”, resalta la investigadora. Fuente: Nicolás Camargo Lescano, Agencia CTyS-UNLaM.

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm