martes, 31 de mayo de 2022

Encuentran fósiles de mamíferos extintos del Eoceno de Rio Negro.

 




El descubrimiento se produjo en cercanías a Ingeniero Jacobacci a través del trabajo de un equipo de investigadores del CONICET que continuaron la labor pionera del paleontólogo y arqueólogo Rodolfo Casamiquela, realizada en los años 40 y 50.

Los nuevos fósiles se encontraron en estratos geológicos formados por la acumulación de cenizas volcánicas emitidas por la intensa actividad de antiguos volcanes cercanos, hace aproximadamente 38 millones de años. 

La Secretaría de Estado de Cultura de Río Negro se encarga de la protección, conservación y rescate de materiales paleontológicos como los hallados en esta región.

Los hallazgos incluyen una gran variedad de mamíferos extintos entre los que se destaca una mandíbula de “Plesiofelis”, que a pesar de su nombre no era un felino sino un gran marsupial (cercano a las comadrejas y canguros), de hábito carnívoro y tamaño comparable a un lobo. 

También se encontró un cráneo de Astraponotus, un mamífero herbívoro de cerca de media tonelada de peso, semejante a un tapir, pero con grandes colmillos como un jabalí y muelas parecidas a las de los rinocerontes.

Además, se encontraron abundantes restos de pequeños armadillos y de numerosos mamíferos herbívoros extinguidos que fueron endémicos de Sudamérica. 

El estudio de las rocas en las que se encontraron estos fósiles permitió inferir que estos mamíferos vivieron en un ambiente estacional-sub húmedo, muy distinto a la estepa patagónica actual, y corresponden a un período de grandes cambios ambientales a nivel global, en el que los bosques y selvas gradualmente fueron dando lugar a los pastizales.

El trabajo fue realizado por un equipo de investigadores del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) integrado por paleontólogos y geólogos de distintos institutos del país (Buenos Aires, Mendoza y La Plata) que les dieron así continuidad a las exploraciones del arqueólogo y paleontólogo Radolfo Casamiquela pero con metodologías propias del siglo XIX. 

Este estudio, publicado en la revista científica Andean Geology, contribuye a un mejor conocimiento de la geología y paleontología del territorio de Río Negro en particular, y de la Patagonia en general. Los trabajos de investigación contaron con el apoyo financiero del CONICET, con el respaldo de la Provincia de Río Negro y de la Municipalidad De Ing. Jacobacci, y con la colaboración del personal del Museo Jorge H. Gerhold de esa ciudad. Fuente; cultura.rionegro.gov.ar

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sábado, 21 de mayo de 2022

Thanatosdrakon amaru, un nuevo reptil volador gigante del Cretácico de Mendoza.





El mundo tiene hoy la posibilidad de conocer una nueva especie de reptil volador. La provincia de Mendoza fue escenario del hallazgo del pterosaurio más grande de Sudamérica que el equipo paleontológico, responsable del descubrimiento, ha llamado Thanatosdrakon amaru.

Los huesos fósiles de Thanatosdrakon se encontraron en afloramientos ubicados en el sur de la provincia de Mendoza, en un yacimiento próximo al Río Colorado, en rocas de fines del Período Cretácico, cuya antigüedad se estima en 86 millones de años.

Thanatos (muerte) drakon (dragon) fue el nombre elegido por los científicos que agregaron la palabra amaru en honor a la deidad. 

Los restos fósiles, que se encuentran excepcionalmente preservados, pertenecen al esqueleto axial (vértebras) y al esqueleto apendicular (huesos de los miembros anteriores y posteriores) de dos ejemplares.

El equipo paleontológico responsable del descubrimiento estuvo a cargo del Dr. Bernardo González Riga, Director del Laboratorio y Museo de Dinosaurios de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Universidad Nacional de Cuyo), mientras que las tareas propias de excavación y extracción del ejemplar fueron coordinadas por el Dr. Leonardo Ortiz , coordinador general del Laboratorio y Museo de Dinosaurios (Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-UNCuyo) y becario posdoctoral del Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (CONICET-UNCuyo).

El trabajo se desprende de los estudios realizados entre 2014 y 2019 por el Dr. Leonardo Ortiz David durante el desarrollo de su tesis doctoral como becario del CONICET. Sus análisis, tanto en aspectos evolutivos como paleoecológicos, permitieron identificar que Thanatosdrakon es una de las especies voladoras más grandes del mundo.

Los coautores de la publicación y directores de su tesis doctoral, fueron el Dr. B. González Riga, especialista en dinosaurios y tafonomía, y el Dr. Alexander Kellner (Director del Museo Nacional de Río de Janeiro, Brasil) especialista en pterosaurios.

Tal como expresa Leonardo Ortiz: “Los pterosaurios (reptiles voladores) fueron un grupo muy singular de animales que vivieron desde el Triásico hasta el Cretácico y representan los primeros vertebrados que adquirieron la capacidad de volar activamente. Generalmente suelen confundirse con los dinosaurios, grupo cercanamente emparentado”.

Tras años de investigación, el equipo pudo determinar que los restos estudiados corresponden a una nueva especie de pterosaurio debido a que los huesos presentan características singulares nunca antes vistas en otros pterosaurios del mundo. 

Un aspecto que se destaca en Thanatosdrakon es el tamaño de sus huesos, los cuales evidencian que se trata de un espécimen gigante; de hecho, es el pterosaurio más grande de Sudamérica y uno de los más grandes del mundo.

“Otro aspecto relevante es el estado de preservación de los restos fósiles, ya que es inusual hallar numerosos huesos de pterosaurios de gran tamaño y en buen estado de conservación. Este aspecto es crucial, ya que Thanatosdrakon preserva elementos nunca antes descubiertos en otros azhdárquidos gigantes”, explicó Ortiz. Esto posibilitó realizar interpretaciones sobre la anatomía de estos animales, los cuales destacan por ser los vertebrados más grandes que alguna vez volaron en la Tierra.

Por su parte, Bernardo González Riga destacó los estudios tafonómicos y sedimentológicos que se realizaron, los cuales permitieron conocer el ambiente donde vivieron estos animales y cómo se preservaron.

“En Argentina es importante el rol del CONICET y de las universidades nacionales, dado que favorecen el desarrollo de vocaciones científicas y la formación de jóvenes investigadores que realizan importantes estudios de relevancia internacional, tal como es el caso de L. Ortiz David. Por ello, es importante vincular sinérgicamente investigación, docencia, socialización de la ciencia y formación de recursos humanos, aspectos que dan proyección social y valor científico a los bienes paleontológicos de nuestro país”, agregó.  Fuente; Comunicación Institucional Facultad de Ciencias Exactas y Naturales

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viernes, 13 de mayo de 2022

Descubren fósiles de varios géneros en la localidad de San Pedro.

 

Fueron descubiertos a unos 10 kilómetros de la ciudad. Pertenecieron a mastodontes, megaterios, armadillos gigantes, macrauchenias y toxodontes, entre otros.

Un hermoso tesoro paleontológico acaba de ser descubierto en la localidad de San Pedro, a unos 170 kilómetros de Buenos Aires. Los más de 100 restos fósiles, recuperados por el equipo del Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres”, corresponden a ocho géneros de mamíferos fósiles que habitaron la región hasta hace unos 10.000 años atrás.

Las piezas fueron halladas a orillas de un río, luego de trabajos de remoción de sedimentos realizados por una empresa privada. Por el rápido accionar del equipo integrado por José L. Aguilar, Julio Simonini y Walter Parra, junto a Miguel y Gastón Cáceres (quienes fueron los primeros en observar los fósiles), se lograron recuperar los materiales antes de que fueran arrastrados por el agua al lecho del río y se perdieran para siempre.

UNA “ASOCIACIÓN DE FAUNA”

En paleontología, este tipo de hallazgos se denomina “asociación faunística”, ya que es el descubrimiento de restos de diferentes especies o géneros que convivieron en un determinado lugar, en un período de tiempo acotado.

En este caso, se lograron clasificar partes óseas de ciervos prehistóricos, megaterios, gliptodontes (géneros Glyptodon y Doedicurus), macrauchenias (un llamativo animal con una pequeña trompa o probóscide como la de los tapires), toxodontes (similar a un hipopótamo actual), caballos fósiles y mastodontes (parientes prehistóricos de los elefantes actuales).

“Cuando vimos que se trataba de un conjunto tan impactante de piezas, no lo podíamos creer…”, comenta José Luis Aguilar, fundador y director del Museo Paleontológico de San Pedro. Y agrega, “siempre estamos a la expectativa de este tipo de hallazgos ya que, luego de los estudios pertinentes, terminan aportando excelente información vinculada al medio en el que habitaron los organismos a los que pertenecieron los restos. En este caso, fue doblemente satisfactorio ya que, no sólo vimos que se trataba de una gran diversidad de animales en un mismo lugar, sino que sus restos presentaban un excelente estado de preservación. Algo que facilita las investigaciones que posteriormente se realizan sobre los fósiles”.

Entre los restos descubiertos sobresalen, por su tamaño, dos mandíbulas de mastodontes adultos, con molares incluidos y parte de una defensa o colmillo muy bien conservado. Además, en este hermoso testimonio de la prehistoria de la región, hay numerosas pelvis incompletas de macrauchenias en diferentes etapas de desarrollo y varios fósiles de toxodontes, junto a varias decenas de piezas de ciervos fósiles de una especie aún no determinada. De los dos géneros de gliptodontes hay una rama mandibular impecable y parte de un tubo caudal o cola. Partes de extremidades y molares de caballos prehistóricos, complementan el cúmulo de fósiles recuperados.

El Dr. Luciano Brambilla, investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario se encuentra analizando la gran diversidad de restos hallados, junto al equipo de San Pedro.

El biólogo explica que “el conjunto de fósiles reunidos muestra parte de la fauna extinta sudamericana del final del Pleistoceno, en la que se destacaban los animales de tallas gigantes y medianas. Entre ellos, los perezosos al igual que los gliptodontes representados en el conjunto recuperado se originaron a partir de un antepasado en común que vivió hace mas de 60 millones de años y evolucionaron hasta alcanzar las formas aquí encontradas en San Pedro. Por otra parte, toxodontes y macrauchenias no poseen actualmente ningún tipo de representante viviente que permita rápidamente asociarlos a animales conocidos. Sin embargo, a partir de fósiles como éstos se postula que Macrauchenia fue un corredor de talla alta posiblemente asociado a climas áridos y que Toxodon era un animal pesado relacionado a ambientes acuáticos que ocuparía un rol en el ecosistema tal como lo hacen actualmente los hipopótamos en África. Aún queda mucho por decir sobre la evolución e interacciones de estos animales del pasado de Sudamérica por lo que los hallazgos de estos conjuntos fósiles permiten avanzar en este sentido reconociendo los componentes de aquella fauna perdida”. Fuente Museo Paleontológico de San Pedro.

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