El fósil corresponde al linaje más antiguo de los mesoterinos, una subfamilia entre los mesotéridos, un grupo de ungulados nativos sudamericanos que se caracterizan por sus adaptaciones morfológicas. El ejemplar, denominado ichhutherium wayra, presenta rasgos morfológicos con un carpincho y un wombat (marsupiales australianos). Armella señala que "este material que encontramos forma parte de esa fauna única de Sudamérica que se desarrolló durante 30 o 40 millones de años", remarcando la importancia del descubrimiento para la paleontología.