El registro fósil de tortugas en América austral es muy
rico e incluye localidades en el sur de la Patagonia donde las condiciones
climáticas actuales impiden el establecimiento de quelonofauna.
Pero el registro más antiguo corresponde a Palaeochersis
talampayensis, del Triásico superior del noroeste argentino, en
la actual provincia de La Rioja. Esta tortuga data entre 210 y 220
millones de años. La subclase Anapsida, caracterizada por un techo craneano continuo,
no interrumpido por fenestras en la región temporal.
Algunas de sus formas de tortugas más recientes pueden
exhibir sin embargo un cráneo secundariamente modificado, extendiéndose en cada
lado de la cabeza un hundimiento que desde su parte posterior hacia adelante
separa el hueso escamoso del parietal.
Las placas córneas que involucran el caparazón no
coinciden en número, ni en forma, con los huesos colindantes y tampoco con sus
suturas. Son menos numerosas y se subdividen dorsalmente en placas o escudos
centrales, o vertebrales; placas costales o laterales; placas marginales.
Ventralmente hay pares de placas irregulares y anchas,
indicadas como gulares, humerales, pectorales, abdominales, femorales y anales.
Palaeochersis talampayensis, procede de la Formación los
colorados, ubicados en el Valle de Talampaya, en la Provincia de la Rioja,
Argentina.