domingo, 30 de septiembre de 2018

Archaeocyatha, un formador de arrecifes en el Cámbrico de la precordillera, San Juan.


Fueron animales pequeños, de varios centímetros, y que poseían forma cónica o cilindro-cónica. Su posición sistemática es incierta, habiéndose incluido con los poríferos (filo Porifera) o en un filo propio (filo Archaeocyatha). Exclusivos del Cámbrico inferior (570 a 536 Ma).
Junto a algas calcáreas, fueron formadores de arrecifes en ambientes marinos someros. Distribución geográfica muy extensa: aparecen fósiles de arqueociatos en todos los continentes. Poseen una capa o muralla externa y en la mayoría de las familias también una muralla interna. El espacio entre las dos murallas se denomina intervalo, dividido por tabiques radiales denominados septos.
No se parecen directamente a las esclerosponjas. La disposición de los poros consiste en un diámetro menor en la muralla externa que en la interna. De esta manera, el agua circulaba por los poros de fuera hacia el interior. Este patrón es típico de las esponjas. Así se aceptó la cercanía entre arqueociatos y esclerosponjas.
Hoy se considera un grupo extraño. A la altura del río Colorado, precisamente, hay un arco volcánico que atraviesa la Patagonia y pertenece al Paleozoico superior, se han encontrado interesantes fósiles de Archaeocyatha).
En efecto, en la zona de El Jagüelito, una localidad en la provincia de Río Negro, cerca de Sierra Grande, el doctor Pablo González, investigador del Conicet, encontró restos fósiles de arqueociátidos, unas esponjas primitivas, de forma cónica y unos pocos centímetros de longitud. Era la primera vez que se encontraban, en América del Sur, estos organismos que son exclusivos del período Cámbrico inferior. Imágenes de archivo.