Investigadores de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco de Comodoro Rivadavia, del CENPAT-CONICET de Puerto Madryn y del Museo Carnegie de Pittsburgh, Estados Unidos, hallaron los restos del primer mamífero del Período Cretácico del que se tenga registro en la cuenca del Golfo San Jorge.
En febrero y marzo de este año, los investigadores planificaron dos campañas para realizar la búsqueda y la extracción de restos fósiles en rocas del Cretácico Superior de la cuenca del Golfo San Jorge, en el sur de Chubut. Un área de trabajo que el Laboratorio de Paleontología de Vertebrados de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) en Comodoro Rivadavia realiza estudios desde hace más de 35 años, lo que lo convierte en el grupo de investigación más antiguo de la Patagonia y formado íntegramente por profesionales egresados de la UNPSJB.
El equipo estuvo liderado por el Dr. Gabriel Casal de la UNPSJB, con la participación del Dr. Matthew Lamanna del Museo Carnegie y el Dr. Lucio Ibiricu del CENPAT, además estuvo integrado por profesionales y estudiantes pertenecientes al Laboratorio de Paleontología el Geól. Bruno Alvarez y la Geól. Noelia Cardozo, y la participación del Geól. Sebastián Bueti, Juelieta Caglianone e Ivanna Mora que son alumnas avanzadas de las carreras de Licenciatura en Ciencias Biológicas y de Geología respectivamente, y los colaboradores Edmundo Ivany, Ezequiel Baltuska, este último de la Dirección de Turismo de la Municipalidad de Sarmiento, y por parte del museo estadounidense Kara Fikse, Linsly Church y Derek Fikse.
En primera instancia, el equipo se trasladó a la localidad de Buen Pasto, con el objetivo de iniciar la excavación de restos óseos de un dinosaurio herbívoro hallado unos años atrás en el yacimiento fosilífero denominado Cañadón Las Horquetas. Lugar que constituye uno de los sitios con mayor abundancia y diversidad de vertebrados fósiles cretácicos y está ubicado al norte de la localidad de Buen Pasto en la provincia de Chubut.
El Dr. Gabriel Casal, Director del Laboratorio, explicó que como resultado de esta primera campaña en afloramientos de la Formación Bajo Barreal se descubrieron varios restos fósiles, destacándose entre ellos, vértebras cervicales, una serie de vértebras dorsales articuladas, vertebras sacras, un húmero, un posible radio, un fémur, una tibia, huesos de las cinturas pélvicas y escapular, todos pertenecientes a un único individuo.
“Se presume que estos restos podrían haber pertenecido a un nuevo dinosaurio saurópodo del grupo de los titanosaurios, de tamaño mediano a pequeño ya que se estima que no superaría los 10 metros de longitud, y de unos 95 millones de años de antigüedad aproximadamente. Los titanosaurios, típicos dinosaurios herbívoros, cuadrúpedos de cuello y cola largas, constituyeron un grupo muy abundante y diverso en el Período Cretácico de gran parte del mundo y en particular de Patagonia”.
Indicó que lo que resta realizar es una serie de estudios “los tafonómicos para determinar la historia de fosilización de este dinosaurio, los filogenéticos para saber sus relaciones de parentesco y los histológicos que ayudarán a conocer si éste era un individuo joven que le faltaba crecer aún más o bien era un adulto de mediano a pequeño tamaño”.
Por su parte, el Dr. Lucio Ibiricu, investigador del CENPAT, comentó que una de las características de los huesos fósiles es que son muy frágiles y para extraerlos de la roca sedimentaria deben realizarse a partir de una serie de técnicas que requieren de mucho cuidado y paciencia. “Una vez que el fósil ha sido extraído superficialmente, se aplican fortalecedores y es recubierto con yeso y vendas de arpillera para evitar que se quiebre, éste cuidado debe mantenerse a lo largo de todo el proceso de extracción y al momento de su traslado por la escarpada geografía patagónica.
La tarea se realiza la mayoría de las veces a pie, con mucho esfuerzo y empleando una carretilla adaptada especialmente para preservar a los fósiles”. Parte de estos materiales fueron trasladados hasta la UNPSJB y se encuentran bajo la preparación del técnico paleontológico Marcelo Luna.
En la segunda campaña realizada a inicios de marzo, el equipo se trasladó a la región del Lago Colhué Huapi para explorar los afloramientos de la Formación Lago Colhué Huapi, en el Valle Joaquín, del Cañadón Tomás, para continuar allí con excavaciones de restos de dinosaurios y una serpiente y realizar estudios geológicos. Durante ésta campaña los paleontólogos aplicaron la técnica de tamizado de sedimentos, describió el Dr Casal, “esperando recuperar nuevos restos de la serpiente y un pequeño dinosaurio carnívoro. Sin embargo, mientras Noelia Cardozo e Ivanna Mora realizaban esta tarea, dieron con el hallazgo de un resto muy esperado por el equipo”.
El hallazgo consistió en un fragmento de maxilar de aproximadamente 1 cm de longitud, que incluye premolares y molares localizados junto a otros restos fragmentarios, éste descubrimiento constituye el primer registro de un mamífero cretácico para la cuenca del Golfo San Jorge. El fósil ahora se encuentra en el laboratorio de la universidad para ser preparado con bajo lupa y mediante técnicas de alta precisión.
Su estudio incrementará el conocimiento evolutivo de este
grupo de mamíferos y amplía la diversidad en los ecosistemas cretácicos de
Patagonia central, donde ya se registraron dinosaurios saurópodos, terópodos,
ornitópodos, tortugas, cocodrilos, peces pulmonados, cascaras de huevos de
dinosaurios, helechos acuáticos, hojas de un tipo de palmera, estromatolitos de
agua dulce y ahora se suman los mamíferos.
Los investigadores, a partir de enfoques multidisciplinarios, no solo estudian
los restos fósiles con fines de entender sus relaciones filogenéticas, si se
trata de una nueva especie o no, sino que también abordan el estudios de
paleoambiente, los procesos de fosilización y las circunstancias de la
formación de los yacimientos portadores de esta rica fauna fósil del Período
Cretácico, el paleoclima y la paleocología.
Para éste tipo de actividad científica en particular, la contribución de los habitantes tanto rurales como urbanos, resultan centrales en la producción de conocimiento, el Dr. Casal mencionó a “Luis Insúa del establecimiento Puesto El Colorado, la familia Martínez, Mario Baltuska, la familia Goicoechea, Rogelio Alvarado, Juana Rodríguez y la comunidad de Buen Pasto, todos contribuyen con la denuncia de restos hallados, con el apoyo en las campañas y facilitan el acceso a los campos”.
La ciencia ciudadana es una forma de abrir el conocimiento científico a la participación de sus habitantes a través de recursos o herramientas que permiten realizar estudios que serían inalcanzables con la participación exclusiva de los científicos. Fuente; radiodelmar.net/