Las tortugas son un grupo muy particular de reptiles, porque
poseen la cabeza, patas y cola incluidas en un caparazón dorsal y plastrón
ventral. A través de la paleontología, un equipo de investigadores describió la
anatomía de las tortugas gigantes terrestres que habitaron durante Pleistoceno.
La investigación podría aportar al conocimiento de cómo era el ambiente en ese
momento geológico y qué cambios naturales se produjeron que concluyeron en la
desaparición de la megafauna.
Se determinó habitaron áreas abiertas de condiciones más
frías y áridas que las actuales. Estas tortugas terrestres gigantes
continentales fósiles se diferencian de las de las islas Galápagos porque éstas
últimas adquirieron el gran tamaño debido a la carencia de depredadores en las
islas.
El caparazón de estas tortugas es más abierto y de menor
espesor, el cual contrasta mucho con las continentales fósiles, debido a que tenían
que hacer frente a depredadores tales como lobos de gran porte, felinos
conocidos como tigre dientes de sable y otros mamíferos carnívoros.
Fósiles muy completos proceden de las provincias de
Corrientes y Entre Ríos. En las fotos, se observa un enorme caparazón de
procedente del Pleistoceno del arroyo El Cura, y exhibida en el Museo de
Ciencias Naturales y Arqueología “Prof. Manuel Almeida” de Gualeguaychu. Al
lado, la recreación tamaño natural realizada por la paleoartista Alejandra
Gabriela Monteverde pedida por la Fundación Azara para este museo.