viernes, 2 de octubre de 2020

Morenelaphus, un ciervo fósil hallado en San Pedro por el Museo Paleontológico.

 



En el mes de enero, el Grupo Conservacionista de Fósiles halló, en el yacimiento de Campo Spósito, el cráneo con cornamenta de un ciervo fósil que habitó la zona hace más de 200.000 años. El ejemplar, que perteneció al género Morenelaphus, era un ciervo de tamaño mediano a grande que tenía una presencia numerosa en la zona.

Este cráneo es el más completo de los tres que ya se han encontrado en el yacimiento de Bajo del Tala, en 19 años de búsqueda en el lugar.

El equipo que lo descubrió estuvo conformado por José Luis Aguilar, Javier Saucedo, Julio Simonini, Domingo Ancharek y Matías Swistun. Los dos últimos fueron los primeros en observar al ejemplar semi oculto en el sedimento.

El cráneo fosilizado fue extraído con la técnica de “bochón de yeso”, es decir, en un bloque del sedimento que lo contenía y envuelto en telas embebidas en yeso para que no sufra deterioro durante el traslado al museo.

Una vez allí, la tarea de preparación estuvo a cargo de Julio Simonini, integrante del equipo del Museo Paleontológico. Con extremada paciencia y utilizando torno eléctrico, pequeñas herramientas y ciertos productos consolidantes, Simonini fue retirando poco a poco, toda la roca que rodeaba al fósil. Así, la capa de tosca dura de más de un centímetro de espesor, fue sacada en un trabajo que demandó muchas horas a lo largo de varios meses.

No solo se preservaron todos los detalles del cráneo en sí, sino también, de las dos ramas de cornamenta que conserva el ejemplar.

Tanto esfuerzo de preparación dio como resultado uno de los cráneos más completos que se tienen de la especie.

Estos animales herbívoros, de hábitos ramoneadores, son uno de los ciervos más frecuentes entre los restos fósiles del Pleistoceno de Argentina.

En el caso del yacimiento de Campo Spósito, ya son varias las piezas recuperadas de estos animales. Debido a que en un sector de ese campo se preservó un tramo de un río prehistórico, estos mamíferos al igual que otras tantas especies, se acercaban a beber y a alimentarse. En el caso de estos ciervos se cree que habitaban en grupos numerosos ya que son muchos los restos encontrados en un sector muy acotado.

Al comparar el cráneo de este último ejemplar encontrado con los otros dos recuperados anteriormente, se observa que se trata de un individuo joven que aún no había alcanzado una adultez plena. También se puede ver que en los ejemplares más viejos, las cornamentas desarrollan unas callosidades o “verrugas” en la superficie. Algo que aún no se manifiesta en este ejemplar juvenil que presenta la superficie de su cornamenta totalmente lisa.

En la foto; Julio Simonini, quien preparó al fósil, junto al ejemplar descubierto por Ancharek y Swistun, en Campo Spósito. El ciervo fósil junto al gigantesco megaterio y fachada del Museo. Fuente texto; Museo Paleontológico de San Pedro.

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm