domingo, 13 de diciembre de 2020

Develan el gran misterio sobre el origen de los primeros reptiles voladores.

 




Un equipo internacional de paleontólogos reveló uno de los interrogantes más grandes de la paleontología de vertebrados y de la historia evolutiva, al descubrir un pariente terrestre de los pterosaurios, aquellos reptiles voladores que dominaron los cielos durante la época de los dinosaurios e incluyen a los animales voladores más grandes que han existido.

Los pterosaurios son muy famosos en la cultura popular, muy presentes en libros y películas, pero, durante más de 200 años, hasta hoy, se desconocía su origen. En el registro fósil, nunca se había encontrado un antecesor terrestre que mostrara cómo estos reptiles evolucionaron hasta conquistar el cielo. Ese gran vacío se completó a partir de un gran descubrimiento realizado por un numeroso equipo internacional de paleontólogos argentinos, estadounidenses, brasileños y europeos.

El doctor Martín Ezcurra, investigador del Museo Argentino de Ciencias Naturales y de la Universidad de Birmingham, indicó a la Agencia CTyS-UNLaM que “los primeros pterosaurios fueron encontrados a fines del siglo XVIII y, desde aquel momento, se observó que tenían una anatomía, un plan corporal que era muy diferente a la de otros reptiles conocidos, al tener alas formadas por membranas y sostenidas por un cuatro dedo de la mano hiperdesarrollado que es una característica única de los pterosaurios”.

“Desde entonces, y durante los siguientes 250 años, fue uno de los principales misterios de la paleontología de vertebrados el poder encontrar parientes terrestres de estos reptiles voladores y así poder entender cómo se había dado esta transición evolutiva”, agregó el autor principal de este estudio publicado hoy en la prestigiosa revista científica Nature.

Así, este nuevo estudio cubre un gran vacío, al revelar que los lagerpétidos fueron los parientes terrestres de los pterosaurios, de los cuales se conocen sus primeras especies en XX millones de años de antigüedad y convivieron con los dinosaurios durante casi toda la era Mesozoica, hasta que compartieron el momento de la extinción hace 66 millones de años.

“Este descubrimiento se produjo a partir de una combinación de diferentes hallazgos que veníamos realizando para poder entender mejor el origen de los dinosaurios”, comentó Ezcurra. Y precisó: “Uno de los grupos que se consideraba como precursores de los dinosaurios son los reptiles lagerpétidos, el cual es otro grupo enigmático del cual también se conocían muy pocas partes de sus cuerpos. Pero, a partir de nuevos hallazgos de la mandíbula y del cráneo de especies de lagerpétidos de Brasil, Argentina y Estados Unidos, pudimos detectar que estos reptiles estaban cercanamente emparentados con los famosos pterosaurios”.

El doctor Federico Agnolin, investigador del MACN, el CONICET y la Fundación Azara, destacó a la Agencia CTyS-UNLaM que “el origen de los reptiles voladores era uno de los grandes enigmas de la paleontología y de la biología, de la evolución en su totalidad; ahora, sabemos que hubo un paso intermedio entre los lagerpétidos, unos reptiles terrestres de un aspecto semejante a una lagartija, los cuales no podían volar, pero que, en este estudio, ya pudimos observar algunos pasos evolutivos en su cerebro y en su oído interno que eran adaptaciones evolutivas que posteriormente permitirían a los pterosaurios desarrollar el vuelo”.

El jefe del laboratorio de anatomía comparada del MACN rememoró a la Agencia CTyS-UNLaM cómo se dio el hallazgo: “Unos meses atrás, Martín Ezcura me llama y me dice: ‘Estuve en Brasil y vi materiales de un reptil lagerpétidos  que tienen una notable semejanza en dientes de su mandíbula con los pterosaurios”.

“Lo cierto es que Martín, sumamente entusiasmado, se acercó al Laboratorio de Anatomía Comparada del MACN donde habíamos pedido prestado, justamente, un bloque de roca que había sido hallado en 1966 en La Rioja, en el Parque nacional Talampaya, y que contenía dentro el esqueleto bastante preservado de un lagerpétido. Sin embargo, este bloque había estado más de 50 años sin preparar, es decir, sin liberar al fósil de la roca”, continuó Novas.

En efecto, Novas dispuso liberar a este lagerpétido riojano de la roca y no sólo se encontró parte de las patas y de su columna vertebral, sino lo que más les interesaba a los investigadores poder hallar: una mandíbula con dientes y parte del cráneo.

De esta manera, se pudo comparar a los pterosaurios no solamente con el lagerpétido hallazdo al sur de Brasil en 2016 (Ixalerpeton –de XX millones de años de antigüedad), sino también con el lagerpétido de Argentina (Lagerpeton, de 236 millones de años). Pero aun había más información para corroborar en este revelador estudio internacional, porque, en estos últimos años, también se habían encontrado restos de un lagerpétido en Estados Unidos.

“En 2007, se encontró una nueva especie de lagerpétido en  Estados Unidos de una  antigüedad aproximada de 212 millones de años, mientras que el de La Rioja es bastante más antiguo, por lo que este estudio comparativo nos permitió componer un panorama bastante amplio y confiable tanto para indicar la relación con los pterosaurios como así también para describir a los lagerpétidos, el cuáles también era un grupo bastante desconocido”, aseveró el paleontólogo estadounidense Sterling Nesbitt de Virginia Tech.

Respecto al espécimen hallado en Brasil, el doctor Max Langer, jefe de paleontología de vertebrados de la Universidad de San Pablo, aseveró: “Cuando vi por primera vez una mandíbula con dientes tricúspides conservados junto con fósiles de dinosaurios y el lagerpétido brasileño Ixalerpeton, pensé que habíamos descubierto el pterosaurio más antiguo. Pero, más tarde, otros lagerpétidos con rasgos de pterosaurio comenzaron a aparecer en los Estados Unidos, Madagascar y Argentina, revelando la estrecha relación entre estos dos grupos. Al final, la mandíbula perteneció al propio Ixalerpeton y nos ayudó a descubrir los orígenes de los reptiles voladores ".

“Las rocas de la edad triásica del sur de Brasil y el noroeste de Argentina albergan tesoros fósiles sin precedentes en el mundo. Esto incluye a los dinosaurios más antiguos, algunas de las tortugas y cocodrilos más antiguos, así como a los mamíferos precursores. Ahora, la historia evolutiva de los reptiles voladores también se remonta a América del Sur, en la forma de sus parientes más cercanos, los lagerpetidos”, valoró Max Langer.  

El doctor Ezcurra aseveró que “los ejemplares que iban apareciendo en distintas partes del mundo parecían indicar que los laberpétidos podían estar cercanamente relacionados con los pterosaurios, pero estas evidencias correspondían a diferentes grupos de investigación y, por sí solos, no se podía conformar una evidencia robusta, por lo que combinamos todas estas fuentes de información de diferentes ejemplares y de allí que terminamos siendo 18 investigadores de seis países diferentes los autores de este estudio”.

“Este trabajo comenzó en 2018 y, desde entonces hasta mediados de este año, una de las tareas más importantes fue la de confeccionar una matriz de datos suficientemente amplia como para poder analizar las relaciones de los pterosaurios con los diferentes grupos de lagerpétidos”, describió Ezcurra.

En total, este estudio reúne más de 820 características óseas y del cerebro, como así también del oído interno, utilizando más de 160 especies de reptiles fósiles de distintas partes del mundo. De esta forma, los autores pudieron sostener de forma muy sólida este parentesco entre los laberpétidos y los pterosaurios.

Cerebro y oído: dos adaptaciones evolutivas para poder volar


El doctor Federico Agnolin indicó que, hasta ahora, solo se contaba con algunos pocos restos de la cadera, de las patas traseras y de la cola de los lagerpétidos: “En este estudio, reunimos mucha más información y, al obtener parte del cráneo, se realizaron estudios de tomografía computada que permitieron conocer también cómo era el cerebro de estos reptiles terrestres”.

“A partir de las tomografías, descubrimos que los laberpétidos también compartían con los pterosaurios una serié de características únicas, las cuales les permitían tener una mayor agilidad. Una de estas características es que en el cerebelo de los laberpetidos y de los pterosaurios hay una estructura que se llama flécula y que se encuentra muy desarrollada en ambos, lo cual se interpreta como una adaptación evolutiva que les daba una mayor capacidad de procesamiento de información, por ejemplo, entre el ojo y el resto de la cabeza y de los miembros, por lo que tenían una mayor coordinación visual”, detalló Ezcurra.

“La relación del cerebro con el movimiento, la agilidad y este gran aparato de sentidos, son cualidades necesarias para que los animales puedan maniobrar en el aire; debe haber prerrequisitos vinculados a la visión por ejemplo, la posición, y si bien los lagerpétidos eran terrestres, ya presentan esta adapatación evolutiva que permitiría que millones de años después los pterosaurios pudieran volar”, indicó Agnolin.

El oído interno también presenta características evolutivas comunes entre los lagerpétidos y los pterosaurios. Al respecto, Ezcurra explicó: “En muchos estudios en animales actuales, se compara la estructura del oído interno con sus hábitos. En términos generales, lo que se observa es que aquellos animales actuales con un radio mayor en los canales del oído interno pueden censar mejor los movimientos, por lo que pueden ser más ágiles”.

“En el caso de los pterosaurios, se sabía que poseían un radio de cobertura del oído interno muy amplio, similar al de las aves. Lo que hemos podido detectar es que esta característica también está presente en los lagerpétidos que hemos estudiado en para esta publicación en Nature”, agregó el doctor Ezcurra. Fuente;  Agencia CTyS-UNLaM.

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm