Se trata de un
Stegomastodon, una especie que habitó esta zona hace menos de diez mil años. En
el hallazgo aparecieron huesos y molares. Desde el Museo del Legado indicaron
que actualmente aparecen fósiles por la baja del agua e indicaron dar aviso en
caso de ser avistados.
Es difícil de imaginar
una manada de elefantes vadeando las cañadas pampeanas e irrumpiendo en los pajonales,
pero lo cierto es que hace menos de diez mil años éste era un acontecimiento
muy común que se hubiese podido apreciar en la Región
por los habitantes.
Durante el último día
de 2017, en vísperas de año nuevo, sobre las orillas del Río Salado de Junín aparecieron
unos restos bastante destruídos de un Stegomastodon “bebé”, dentro del barro,
casi cubierto por las aguas limosas.
Los responsables del Museo “Legado del Salado” fueron
quienes se encargaron de llegar al lugar del hallazgo a la vera de la cuenca
para realizar los trabajos de recuperación.
“Al acercarnos y
observarlos detenidamente, nos dimos cuenta que pertenecía a un pequeño
Stegomastodon, porque poseen unos molares característicos, y había uno completo
asomado en el sedimento”, aseguró la investigadora del museo, Marcela
Torreblanca a Democracia.
Como era de tamaño
pequeño, se estimó que los restos pertenecen
a un individuo juvenil, quizá recién nacido. “Esperemos que al investigar los escasos restos encontrados nos cuente más sobre la vida
de este pequeño, o al menos poder inferir cómo murió, si fue por un depredador,
si murió al nacer y qué circunstancias rodearon su muerte, cómo se depositó y
llegó a nuestros días”, expresó.
Si bien no eran
idénticos a los elefantes que hoy
habitan Asia y África, fueron parientes cercanos y su rol ecológico era
equivalente. Como ellos, también pertenecían a la familia de los
gomfotéridos.
El Stegomastodon fue el mastodonte característico del Pleistoceno argentino. Tenía el aspecto y el tamaño semejante a los elefantes actuales, pero sus molares eran distintos, ya que tenían dos series longitudinales de remates cónicos.
El Stegomastodon fue el mastodonte característico del Pleistoceno argentino. Tenía el aspecto y el tamaño semejante a los elefantes actuales, pero sus molares eran distintos, ya que tenían dos series longitudinales de remates cónicos.
Los incisivos
superiores eran de crecimiento continuo y formaban sus características
defensas. Al igual que en el elefante, eran
rectos o levemente arqueados. Estos mastodontes sólo
tenían defensas en la mandíbula
superior, pero existieron otros que las poseían en las dos mandíbulas.
Desde antes de la
conquista española, se tenía noticias de hallazgos de huesos fósiles de mastodontes que
eran atribuidos a gigantes. Por
ejemplo, los habitantes cercanos a un rico yacimiento de Tarija, Bolivia,
creían que antiguamente había existido allí una tribu de gigantes guerreros y
destructores. Fuente; Democracia.