miércoles, 2 de marzo de 2022

Kelumapusaura machi, una nueva especie de dinosaurio pico de pato en Río Negro.





 

Se trata de un hadrosaurio, también llamado dinosaurio “pico de pato”, de unos 70 millones de años de antigüedad. Los investigadores pudieron obtener uno de los cráneos más completos de toda Sudamérica, entre otros huesos. El hallazgo, aseguran, es clave para estudiar la evolución de este grupo en la región.

En términos paleontológicos, todo indica que aún quedan grandes tesoros ocultos en los estratos de lo que hoy es Argentina y que, hace millones de años, era parte del subcontinente Gondwana. Un grupo de científicos acaba de publicar el hallazgo de un nuevo dinosaurio “pico de pato”, de unos 70 millones de años de antigüedad, a partir de uno de los cráneos más completos hallados en Sudamérica.

“Es un descubrimiento muy importante, no sólo porque se trata de una nueva especie, sino, también, porque nos da información clave sobre cómo fue la evolución de estos animales en Sudamérica. Casi todas las especies descriptas de este grupo provienen del Hemisferio Norte”, describe a la Agencia CTyS-UNLaM Sebastián Rozadilla, becario del CONICET e integrante del equipo de trabajo del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV), del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.

La nueva especie fue hallada a 70 kilómetros al sur de la ciudad rionegrina de General Roca, en un terreno perteneciente a la familia Arriagada, y fue bautizada Kelumapusaura machi, que significa “reptil de la tierra roja” en mapudungun. Los distintos fósiles, que además del cráneo incluyen vértebras, algunas costillas, pelvis, escápula y fémur de distintos tamaños, permitieron a los investigadores inferir las dimensiones del animal, además de considerar que se trataba de una manada.

Los estudios biogenéticos realizados sobre los fósiles indican, al menos de forma preliminar, que todos los dinosaurios pico de pato –también llamados hadrosaurios- de Patagonia corresponden a un mismo grupo. A su vez, dicho grupo está relacionado con otros hadrosaurios hallados en América del Norte.

“Hay que tener en cuenta que esta especie vivió sobre el fin de la era de dinosaurios, en una edad que se llama Maastrichtiano y que cierra el período Cretácico. Y eso también es importante, porque la gran mayoría de dinosaurios que conocemos de Patagonia son más antiguos, de 80 o 90 millones de años atrás”, especifica Rozadilla.

La campaña que permitió que el Kelumapusaura machi fuera descubierto inició en 2018, a partir de un subsidio de National Geographic otorgado a Mauro Aranciaga-Rolando, quien también forma parte de la investigación. La región ya había sido explorada anteriormente, surgiendo, durante las excavaciones, dinosaurios de cuello largo, dinosaurios carnívoros y animales de menor tamaño, como lagartijas y tortugas.

“Es una región que promete mucho. En cada viaje que hacemos encontramos una especie nueva”, destaca Rozadilla, quien cuenta que, si bien la excavación es un trabajo muy delicado, la tierra rojiza de la región fue fácil de trabajar.

Respecto al hecho de que sea una nueva especie, el becario asegura que las mayores novedades, en el 90 por ciento de los casos, está en el campo. “Ya en el terreno uno empieza a ver si se trata de un hallazgo nuevo o no, a partir de los rasgos anatómicos. Luego, claro, hay que corroborarlo con mucha investigación, con bibliografía y los trabajos previos de colegas alrededor del mundo. En este caso, tuvimos la suerte de que este fuera un animal diferente a los hadrosaurios ya descriptos anteriormente”, subraya. Fuente Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)-

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sábado, 26 de febrero de 2022

Guemesia ochoai: la nueva especie de dinosaurios sin brazos descubierta en Argentina.





 

La nueva especie de dinosaurios sin brazos fue denominado como Guemesia ochoai, y según los investigadores pertenecería a la familia de los abelisáuridos, sin embargo a diferencia de estos tendría el cerebro 70 % más pequeño.

En Argentina identificaron una nueva especie de dinosaurio cazador sin brazos, aportando nuevas pruebas de un ecosistema único durante el Cretácico Superior, cercana al momento de la extinción de los dinosaurios.

Esto se descubrió cuando paleontólogos desenterraron un cráneo de dinosaurio de 70 millones de años en la limolita roja de la Formación Los Blanquitos, en el noroeste de Argentina.

La nueva especie, Guemesia ochoai, podría ser un pariente cercano de los ancestros de un grupo de dinosaurios sin brazos, los abelisáuridos, que vagaban por las tierras que ahora son América del Sur, África y la India hace más de 70 millones de años.

Los abelisáuridos eran poderosos cazadores que no utilizaban los brazos. Y es que sus apéndices eran notablemente cortos, incluso más pequeños que los del Tyrannosaurus rex y efectivamente inútiles. En su lugar, estos temibles carnívoros se valían de sus poderosas cabezas y mandíbulas para cazar.

Los científicos creen que se alimentaron de algunos de los dinosaurios más grandes que han existido, como el titanosaurio, un herbívoro de 70 toneladas más grande que una ballena azul.

El cráneo de Guemesia ochoai, el único de este tipo que se ha encontrado en el noroeste de Argentina, ofrece una valiosa visión de una zona en la que hay muy pocos fósiles de abelisáuridos, y puede contribuir a explicar por qué la zona dio lugar a animales tan inusuales.

“Este nuevo dinosaurio es bastante inusual para su especie. Presenta varias características clave que sugieren que se trata de una nueva especie, proporcionando nueva información importante sobre una zona del mundo de la que no sabemos mucho”, dijo en un comunicado de prensa Anjali Goswami, que dirige la investigación en el Museo de Historia Natural del Reino Unido y es coautor del descubrimiento.

“Demuestra que los dinosaurios que viven en esta región eran muy diferentes a los de otras partes de Argentina”, añadió.

Según los científicos, quienes publicaron sus hallazgos este mes en el Journal of Vertebrate Palaeontology, el Guemesia ochoai, a diferencia de otros abelisáuridos, su cerebro es “notablemente pequeño”.

Al estudiar el cráneo parcialmente completo –con partes superiores y posteriores– el equipo encontró pruebas de otras características únicas del dinosaurio sin brazos. Los restos del dinosaurio muestran cráneos cortos y profundos.

A diferencia de otros abelisáuridos, el nuevo fósil tiene agujeros en la parte delantera del cráneo, que podrían haber ayudado al dinosaurio a liberar calor para enfriarse.

Además, el cerebro de esta nueva especie es un 70 % más pequeño que el de sus parientes. Los científicos tienen la hipótesis de que este cráneo puede pertenecer a un dinosaurio juvenil. Sin embargo, aún no han sacado conclusiones concretas.

Por otra parte, los investigadores no encontraron rasgos que indiquen que la nueva especie tuviese cuernos, un rasgo característico de otros abelisáuridos. Estas distinciones podrían significar que Guemesia ochoai es una de las primeras especies de abelisáuridos que evolucionaron, o que está estrechamente relacionada con ese ancestro.

El equipo de Goswami ha descubierto otras especies nuevas en el mismo lugar de excavación, como peces y mamíferos. Todavía están en proceso de describirlas en artículos para su publicación. Fuente biobiochile.cl

Federico L. Agnolin et al. Primer terópodo abelisáurido definitivo del Cretácico Superior del noroeste argentino. Revista de Paleontología de Vertebrados, publicado en línea el 10 de febrero de 2022; doi: 10.1080/02724634.2021.2002348

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jueves, 24 de febrero de 2022

Kelenkura castroi, una nueva especie de gliptodonte en Chasico, Argentina.

 



Investigadores del CONICET identificaron una nueva especie de gliptodonte que habitó Argentina durante el Mioceno tardío, hace más de 9 millones de años. El estudio, que fue realizado en conjunto con equipos de otros centros de Argentina y Estados Unidos, aporta una novedosa e innovadora mirada a la historia evolutiva de la radiación austral de estos grandes mamíferos en el sur de Sudamérica y a la evolución de una de sus estructuras más características, el tubo caudal o cola acorazada.

En el trabajo se estudiaron restos fósiles de diversos ejemplares procedentes de sitios fosilíferos, entre los que se destacan los de Arroyo Chasicó, en Buenos Aires y Loma de Las Tapias, en San Juan. Los resultados de la investigación fueron publicados en el Journal of Mammalian Evolution, una revista que se especializa en artículos sobre la historia evolutiva de mamíferos, tanto extintos como actuales.

La nueva especie fue denominada como Kelenkura castroi, en homenaje al colector aficionado Domingo Castro, quien halló algunos de los materiales mejor preservados empleados en el estudio. “Se trata de uno de los primeros eslabones en la radiación extra-patagónica de este grupo de gliptodontes, datado en más de 9 millones de años. Además, esta especie posee el primer tubo caudal del registro fósil completamente desarrollado, permitiéndonos conocer la evolución de esta curiosa estructura a través del tiempo”, señala Daniel Barasoain, paleontólogo del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE) y primer autor del artículo.

El material estudiado incluye dos de los especímenes más completos conocidos para el lapso Chasiquense —división establecida para definir una escala geológica de tiempo para la fauna de mamíferos sudamericanos que se sitúa entre los 9 y los 10 millones de años—, representados por dos cráneos, tubos caudales, huesos del esqueleto axial y una coraza parcialmente completa. La procedencia de estos especímenes, uno de Buenos Aires y otro de San Juan, permitió a los investigadores confirmar la presencia de la especie en ambos sitios.

Además, contrariamente a lo que se pensaba con anterioridad, este estudio demuestra que la diversidad de gliptodontes en Argentina central fue muy baja durante el Chasiquense, pudiendo identificarse únicamente un solo morfotipo, que representa una nueva especie.

Los gliptodontes, emparentados con los actuales armadillos, son un grupo de grandes mamíferos herbívoros extintos que se caracterizan por poseer una coraza compuesta por placas óseas u osteodermos. Se trata de uno de los grupos fósiles más icónicos de América del Sur durante la mayor parte del Cenozoico y poseen una gran relevancia en estudios paleontológicos tanto por su amplia distribución como por su peculiar morfología y ecología. Si bien los registros más antiguos de este grupo provienen del Mioceno temprano-medio de Patagonia, las primeras radiaciones extra-patagónicas son todavía poco conocidas a pesar de su importancia para comprender la diversidad del Mioceno tardío y del Plioceno.

Según se detalla en el estudio, el gliptodonte Kelenkura castroi presenta numerosas características a nivel de la coraza, el esqueleto apendicular y el cráneo, que evidencian un estadío evolutivo intermedio entre los representantes más antiguos del clado austral (“Propalaehoplophorinae” y “Palaehoplophorini”) y la diversidad post-chasiquense. Estos resultados se encuentran avalados por un análisis filogenético basado en caracteres morfológicos realizado por los autores.

“Este estudio incrementa significativamente el conocimiento sobre un momento muy particular de la historia evolutiva de este clado austral de gliptodontes y aporta una nueva visión sobre la diversidad real de este grupo durante el Mioceno tardío en Argentina” resalta Alfredo Zurita, otro de los paleontólogos que participó del estudio. Fuente Conicet.

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