Descubren restos de un animal de hace 700.000 años en el
sector donde desembarcaron tropas anglo-francesas durante el combate de
Obligado, en 1845
La gran bajante que experimenta el Paraná desde hace meses,
ha permitido descubrir cosas que en momentos normales del río se encuentran
cubiertas por el agua. Uno de estos particulares hallazgos se produjo a 19 km
al norte de San Pedro, en la localidad de Vuelta de Obligado.
El 20 de noviembre de 1845, en Vuelta de Obligado, pequeño
pueblo del partido de San Pedro, al norte de Buenos Aires, fue escenario de una
gran batalla entre tropas criollas y una escuadra anglo-francesa que intentaba
remontar el Paraná. El incesante fuego de artillería entre las fuerzas
enfrentadas duró más de 8 horas, con numerosas bajas y daños en hombres y
embarcaciones. Con las tropas federales a cargo del General Lucio Mansilla casi
sin municiones, una avanzada de la flota invasora intenta un primer desembarco
que es rechazado por la caballería; más tarde, luego de cortar las famosas
cadenas que cruzaban el río, los enemigos logran establecer una cabeza de
playa. En ese momento, siendo cerca de la media tarde, la lucha llegaba a su
fin…
A comienzos de este año, a casi 175 años de aquella batalla,
Gustavo Torres, un vecino del lugar, caminando por la orilla del río, alcanza a
ver, entre las rocas expuestas por la marcada bajante, una serie de pequeñas
piezas óseas de color oscuro. Torres, nativo y conocedor del lugar, explica:
“Me resultó curioso ver esos fragmentos oscuros al borde del agua. En estas
condiciones de río el agua puede subir en cuestión de minutos y cubrir toda un
área. De hecho, al otro día el lugar ya había sido tapado por el río. Como no
sabía bien qué eran esos materiales pensé que debía protegerlos antes de que
desaparecieran. Recuperé lo que pude de lo que el río había puesto ante mis
ojos y a las pocas horas me comuniqué con la gente del Museo Paleontológico de
San Pedro”.
EL Director del Museo, José Luis Aguilar, explica detalles
del inusual descubrimiento: “Se trata de restos fosilizados de un Eutatus
pascuali, animal de alrededor de un metro de longitud, acorazado, excavador.
Una especie de armadillo fósil que vivió durante la edad Ensenadense, hace unos
700.000 años. El conjunto recuperado comprende unas 220 placas de la coraza
junto a uno de los fémures y parte de la pelvis de este mamífero extinto. Hoy
sabemos que la línea de sedimentos donde se lo encontró formó parte de antiguos
humedales presentes en la zona en ese momento. Allí quedaban atrapadas
diferentes especies.
Pero lo más curioso de este hallazgo es que este fósil, por
el punto exacto donde fue descubierto, fue literalmente ´pasado por encima por
toda la vorágine de la batalla de Vuelta de Obligado´. Estaba desde hacía más
de medio millón de años en un fondo rocoso donde se produjo el primer intento
de desembarco enemigo. Barcazas, hombres, armas, cañonazos y lanzas pasaron por
encima de este fósil que, incrustado en el piso, aguardaba el momento de ser
descubierto. Más de 2.500 hombres combatieron allí; once buques de guerra
cañonearon las costas del lugar y cuatro baterías de artillería defendieron las
barrancas de Obligado mientras este fósil estaba ahí, apenas cubierto por el
agua!!
No es para nada frecuente encontrar un animal prehistórico en el escenario de un combate histórico. Le agrega un dato muy pintoresco al descubrimiento de una especie de la que existen muy pocos ejemplares.”
No es para nada frecuente encontrar un animal prehistórico en el escenario de un combate histórico. Le agrega un dato muy pintoresco al descubrimiento de una especie de la que existen muy pocos ejemplares.”
El Dr. Luciano Brambilla, del Centro de Estudios Interdisciplinarios
de la Universidad de Rosario, explica características del animal descubierto:
“Era un armadillo de tamaño grande, muy probablemente cavador, de dimensiones comparables con las del actual Tatú carreta. Su armadura, desde la nuca hasta la pelvis, estaba compuesta por bandas móviles que la volvían muy flexible, mientras que la región posterior del cuerpo del animal y a los costados de las escapulas, su cuerpo estaba protegido por escudos más rígidos. Una de las características más sobresalientes de esta especie fue la presencia de gruesos pelos saliendo de su caparazón que superarían en grosor a los de cualquier otra especie de armadillo conocida. Es un hallazgo muy interesante porque la mayor parte de los escasos ejemplares que existen son bastante fragmentarios por lo que, seguramente, aportará más datos al conocimiento de la especie”. Fuente: Facebook de José Luis Aguilar.
“Era un armadillo de tamaño grande, muy probablemente cavador, de dimensiones comparables con las del actual Tatú carreta. Su armadura, desde la nuca hasta la pelvis, estaba compuesta por bandas móviles que la volvían muy flexible, mientras que la región posterior del cuerpo del animal y a los costados de las escapulas, su cuerpo estaba protegido por escudos más rígidos. Una de las características más sobresalientes de esta especie fue la presencia de gruesos pelos saliendo de su caparazón que superarían en grosor a los de cualquier otra especie de armadillo conocida. Es un hallazgo muy interesante porque la mayor parte de los escasos ejemplares que existen son bastante fragmentarios por lo que, seguramente, aportará más datos al conocimiento de la especie”. Fuente: Facebook de José Luis Aguilar.