A raíz de las lluvias del 30 de diciembre que removieron las
márgenes del arroyo interno, emergieron dos fósiles ubicados a 30 metros
de distancia uno de otro.
En primer término quedó a la vista la caparazón de un
gliptodonte, un pariente lejano de los armadillos que vivió en la época del
Pleistoceno. Un ejemplar de este género fue hallado hace diez años a unos 15
metros del lugar, cuando se realizaban excavaciones en una cancha de golf.
El segundo fósil de una especie aún no identificada apareció
a unos 30 metros río arriba. El aflojamiento del suelo liberó varios huesos que
fueron recuperados por trabajadores del country.
A simple vista se pudo establecer que estos restos
corresponden a un animal de gran tamaño, similar a un hipopótamo o a
un bisonte, de cuerpo robusto, por lo que no se descarta que se trate de un toxodonte,
mamífero rumiante herbívoro de hábitos acuáticos que vivió en Sudamérica y que
posiblemente se extinguió por la depredación del hombre prehistórico. Su nombre
significa “diente en forma de flecha”.
Mientras que el gliptodonte permanece enterrado, los huesos
del otro ejemplar fueron retirados ante el temor de que la corriente se
los llevara.
Desde la secretaría del country negaron a InfoCañuelas la
veracidad del hallazgo pero otras fuentes del club de campo lo
confirmaron. Las autoridades estarían analizando la conveniencia de darlo a
conocer debido a que luego se deberían otorgar permisos ante el posible interés
de los investigadores. Fuente; InfoCañuelas. Imagen de Internet-