sábado, 10 de noviembre de 2018

Científicos estudian primates del Mioceno de Patagonia.


Millones de años atrás, especialmente durante una época que se conoció como Mioceno -un período geológico que comenzó hace unos 23 millones de años-, el clima más cálido y húmedo en esta región del continente permitió que varias especies de monos extiendan su distribución hasta el sur de la Patagonia. Con excepción de los humanos, ninguna otra especie de primates habitó en un área geográfica tan austral.
 
Los platirrinos, o monos del Nuevo Mundo, son un grupo muy diverso que ocupa en la actualidad una amplia gama de ecosistemas en los trópicos americanos y exhiben grandes variaciones en ecología, morfología y comportamiento. “Este trabajo publicado en la prestigiosa revista Systematic Biology, aporta información valiosa sobre del origen, evolución de la masa corporal y patrones de distribución latitudinal de estos animales, reuniendo en el mismo estudio a los que habitan en el presente y a los que habitaron en el pasado”, explica el paleontólogo Marcelo Tejedor, investigador independiente del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP CONICET-CENPAT) (Argentina).
 
La publicación se realizó en conjunto entre grupos de investigación de la Universidad de Lausana, en Suiza, de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia (en la cual Tejedor realizó una estadía de trabajo entre 2016 y 2017), y de Argentina, y permite elaborar varias hipótesis. Como dato concluyente, los ancestros de estos primates llegaron por mar desde África unos 43 millones de años atrás y pesarían alrededor de 400 gramos.
 
“Lo que hicimos en este trabajo fue cruzar la información de filogenia molecular disponible para los primates actuales, y datos de masa corporal de especies actuales, así como los estimados para los registros fósiles. Se agregó como dato el rango medio de distribución geográfica de las formas actuales, sumando la latitud de los yacimientos de primates fósiles. En la actualidad hay unas 200 especies de primates platirrinos y se conoce el peso de muchísimas de ellas. Esos datos los ingresamos para poder observar cómo evolucionaron la masa corporal y distribución de los platirrinos a lo largo de los más de los 40 millones de años que transcurrieron hasta hoy”, describe Tejedor.
 
El científico explica que hasta ahora solía creerse que el grupo más pequeño de monos del Nuevo Mundo derivaba de ancestros de mayor tamaño; sin embargo, con esta investigación, dicha hipótesis se pone en revisión.
 
“En la localidad de Santa Rosa, área del alto Amazonas al este del Perú, se encontraron molares pertenecientes a estos primates con una antigüedad de 40 millones de años y con un tamaño corporal estimado en 400 gramos. Si los más antiguos fueron pequeños, es probable que haya habido en determinados linajes, a pesar de lo que se sostenía anteriormente, una tendencia a permanecer pequeños, como puede observarse en los actuales calitriquinos, una subfamilia de primates platirrinos con un peso que no supera los 500 o 600 gramos en ninguno de sus géneros”, afirma el investigador.
 
En cuanto a la distribución territorial de estos monos en América del Sur, la propagación se encuentra asociada a sucesivos fenómenos geológicos y climáticos que derivaron en un gran impacto ambiental.
 
Tejedor asegura que los platirrinos tuvieron un pico de diversificación durante el Mioceno inferior a medio, sucedido entre 20 y 15 millones de años atrás. En ese período, caracterizado por un calentamiento global, adquirieron mayores tamaños corporales y se distribuyeron ampliamente, más que en toda su historia evolutiva, llegando hasta la Patagonia. A partir del enfriamiento sucedido a partir del Mioceno medio, se reduce nuevamente la distribución geográfica y desaparecen de Patagonia. “Aquí también existen hipótesis encontradas. Una que indica que los monos que habitaban esta región se extinguieron sin derivar en los grupos actuales, y otra, que es la que propongo, indica que pudieron encontrar corredores de retracción hacia el norte del Continente y ser parte de los linajes vivientes”.
 
Si bien aún quedan piezas por descubrir sobre la evolución de estos monos que comenzaron a habitar este continente hace unos 43 millones de años, la apuesta a futuro, según indica el científico, es seguir combinando conocimientos de disciplinas diversas como la paleontología, la biología molecular y la bioinformática, para poder responder a muchos interrogantes pendientes. (Fuente: CONICET/DICYT). Foto; Dos cráneos de monos extintos. A la izquierda Killikaike y derecha Homunculus (ambos de la Formación Santa Cruz). (Foto: Marcelo Tejedor). Ilustración Internet.