Millones de años atrás, especialmente durante una época
que se conoció como Mioceno -un período geológico que comenzó hace unos 23
millones de años-, el clima más cálido y húmedo en esta región del continente
permitió que varias especies de monos extiendan su distribución hasta el sur de
la Patagonia. Con excepción de los humanos, ninguna otra especie de primates
habitó en un área geográfica tan austral.
Los platirrinos, o monos del Nuevo Mundo, son un grupo
muy diverso que ocupa en la actualidad una amplia gama de ecosistemas en los
trópicos americanos y exhiben grandes variaciones en ecología, morfología y
comportamiento. “Este trabajo publicado en la prestigiosa revista Systematic
Biology, aporta información valiosa sobre del origen, evolución de la masa
corporal y patrones de distribución latitudinal de estos animales, reuniendo en
el mismo estudio a los que habitan en el presente y a los que habitaron en el
pasado”, explica el paleontólogo Marcelo Tejedor, investigador independiente
del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP CONICET-CENPAT)
(Argentina).
La publicación se realizó en conjunto entre grupos de
investigación de la Universidad de Lausana, en Suiza, de la Universidad de
Gotemburgo, en Suecia (en la cual Tejedor realizó una estadía de trabajo entre
2016 y 2017), y de Argentina, y permite elaborar varias hipótesis. Como dato
concluyente, los ancestros de estos primates llegaron por mar desde África unos
43 millones de años atrás y pesarían alrededor de 400 gramos.
“Lo que hicimos en este trabajo fue cruzar la
información de filogenia molecular disponible para los primates actuales, y
datos de masa corporal de especies actuales, así como los estimados para los
registros fósiles. Se agregó como dato el rango medio de distribución
geográfica de las formas actuales, sumando la latitud de los yacimientos de
primates fósiles. En la actualidad hay unas 200 especies de primates
platirrinos y se conoce el peso de muchísimas de ellas. Esos datos los
ingresamos para poder observar cómo evolucionaron la masa corporal y
distribución de los platirrinos a lo largo de los más de los 40 millones de
años que transcurrieron hasta hoy”, describe Tejedor.
El científico explica que hasta ahora solía creerse que
el grupo más pequeño de monos del Nuevo Mundo derivaba de ancestros de mayor
tamaño; sin embargo, con esta investigación, dicha hipótesis se pone en
revisión.
“En la localidad de Santa Rosa, área del alto Amazonas al
este del Perú, se encontraron molares pertenecientes a estos primates con una
antigüedad de 40 millones de años y con un tamaño corporal estimado en 400
gramos. Si los más antiguos fueron pequeños, es probable que haya habido en
determinados linajes, a pesar de lo que se sostenía anteriormente, una
tendencia a permanecer pequeños, como puede observarse en los actuales
calitriquinos, una subfamilia de primates platirrinos con un peso que no supera
los 500 o 600 gramos en ninguno de sus géneros”, afirma el investigador.
En cuanto a la distribución territorial de estos monos en
América del Sur, la propagación se encuentra asociada a sucesivos fenómenos
geológicos y climáticos que derivaron en un gran impacto ambiental.
Tejedor asegura que los platirrinos tuvieron un pico de
diversificación durante el Mioceno inferior a medio, sucedido entre 20 y 15
millones de años atrás. En ese período, caracterizado por un calentamiento
global, adquirieron mayores tamaños corporales y se distribuyeron ampliamente,
más que en toda su historia evolutiva, llegando hasta la Patagonia. A partir
del enfriamiento sucedido a partir del Mioceno medio, se reduce nuevamente la
distribución geográfica y desaparecen de Patagonia. “Aquí también existen
hipótesis encontradas. Una que indica que los monos que habitaban esta región
se extinguieron sin derivar en los grupos actuales, y otra, que es la que
propongo, indica que pudieron encontrar corredores de retracción hacia el norte
del Continente y ser parte de los linajes vivientes”.
Si bien aún quedan piezas por descubrir sobre la
evolución de estos monos que comenzaron a habitar este continente hace unos 43
millones de años, la apuesta a futuro, según indica el científico, es seguir
combinando conocimientos de disciplinas diversas como la paleontología, la
biología molecular y la bioinformática, para poder responder a muchos
interrogantes pendientes. (Fuente: CONICET/DICYT). Foto; Dos cráneos de monos extintos. A la izquierda Killikaike y derecha Homunculus
(ambos de la Formación Santa Cruz). (Foto: Marcelo Tejedor). Ilustración Internet.