martes, 12 de noviembre de 2019

Pachydiscus bruneti, un gran anmonite antártico.


Se tratan de moluscos marinos evolucionados de conchilla univalva constituida por cámaras. En vida se los podían ver sobresaliendo de sus corazas y se parecían a los pulpos, con largos tentáculos que posibilitaban sus movimientos y obtener su comida.
Los había de todos los tamaños y formas, desde muy pequeños hasta de 1.70 metros de diámetros. Eran muy abundantes al igual que los peces y seguro que fueron el alimento principal de los grandes reptiles marinos como los Plesiosaurios o los Ictiosaurios. 
Científicos argentinos de Tierra del Fuego encontraron un grupo de amonites gigantes en un acantilado de la Antártida, destacado hallazgo a nivel internacional por el tamaño y la cantidad de los moluscos fósiles descubiertos. Se trata de un grupo de más de 15 amonites extinguidos hace 75 millones de años, que son moluscos fósiles del grupo los cefalópodos, con concha externa en espiral, parientes lejanos de los actuales pulpos y calamares. 
Había una cantidad inédita, ya que el hallazgo se produjo en un acantilado de unos 40 metros de altura, en donde en distintas capas hay unos dos amonites por franja. Esas capas indican depósitos sedimentarios de grandes tormentas, que aparentemente llevaron a los amonites desde el océano donde murieron a una playa. Pertenecen al período 'campañano' del Cretácico, cuando habitaban en el océano abierto.
Estos ejemplares fueron depositados en un sector de la Antártida, que en esta Era presentaba un clima templado y un paisaje de bosques y dinosaurios. Los fósiles pesan más de 100 kilos cada uno, con sumo cuidado fueron transportados en helicóptero a la Base Argentina Marambio en el sector antártico, y desde allí en un avión  Hércules hasta Río Gallegos.