viernes, 6 de marzo de 2020

Recrean nuevos aspectos de antiguos reptiles del Triasico.




Dos investigadoras, una de ellas platense, lograron reconstruir su esqueleto a partir de los restos de cuatro ejemplares hallados en La Rioja a fines de los años sesenta
Aunque en algún momento la paleontología los relacionó con los dinosaurios, hoy se sabe que los ornitosúquidos -un grupo de reptiles que vivió hace unos 225 millones de años- fueron en realidad los que dieron origen a los cocodrilos. Referentes en el estudio de estos animales, las investigadoras Julia Brenda Desojo, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata, y su colega Belén von Baczko, del Museo Argentino de Ciencias Naturales lograron “revivirlos” a partir de dos importantes trabajos publicados recientemente en revistas científicas de prestigio mundial.
El primero de estos trabajos, que apareció en el Journal of Vertebrate Paleontology, consiste en la reconstrucción en un 90% del esqueleto de la especie Riojasuchus tenuisceps a partir de los restos de cuatro ejemplares encontrados a fines de los ’60 en la formación Los Colorados de La Rioja.
“Eran animales terrestres de hábitos carnívoros carroñeros, es decir que comían restos de cadáveres sin ser cazadores, y cuadrúpedos aunque probablemente se paraban sobre sus patas traseras para correr. Medían alrededor de dos metros de longitud y tenían una cabeza muy particular con un hocico en forma de punta y curvado hacia abajo”, cuenta von Baczko.
Tanto ella como Desojo sostienen que “era realmente necesaria una descripción detallada y actualizada”, ya que la única que había hasta ahora era la presentación original de la especie que hizo el paleontólogo autodidacta José Bonaparte en 1972, y desde entonces se han descubierto muchos otros reptiles.
El trabajo de las investigadores del CONICET permitió reafirmar la posición de estos reptiles entre los antepasados más antiguos de los actuales cocodrilos.
Además del Riojasuchus en Argentina se conoce una segunda especie llamada Venaticosuchus rusconii, encontrada en la Formación de Ischigualasto, también en La Rioja. A éstas sólo se les suma a nivel mundial una tercera que corresponde a un ejemplar descubierto a comienzos de 1900 en Escocia.
“Con restos fósiles aparecidos únicamente en dos países hoy tan distantes, alcanza para inferir que la dispersión geográfica de estos reptiles fue muy amplia en Pangea, el supercontinente único que se formó durante el Paleozoico y que empezó a separarse hace 250 millones de años”, señala Desojo.
A esta hipótesis se sumó una evidencia inesperada que contribuyó precisamente a completar los huecos dentro de esta gigantesca distribución ya conocida, y sobre esto trata el segundo trabajo, publicado en Acta Paleontologica Polonica: el descubrimiento de un nuevo ejemplar de un ornitosúquido distinto a los anteriores, esta vez en Brasil. Su descubridor, el investigador de la Universidad Federal de Santa María Rodrigo Muller convocó a las científicas argentinas por su experiencia en esta fauna triásica. Además de bien preservado, el esqueleto resultó estar muy completo: hay numerosos huesos del cráneo y la mandíbula que permiten reproducir la silueta de la cabeza; varias vértebras pertenecientes al cuello, el tronco, la cadera y la cola; y las patas delanteras y una de las traseras casi íntegras.
La nueva especie recibió el nombre de Dynamosuchus collisensis, y el análisis de las relaciones de parentesco posibilitó reconocer que es muy cercana a una de las argentinas. A su vez, ambas son contemporáneas de la hallada en Escocia. “Fue una gran sorpresa y también un orgullo que nos hayan llamado para el análisis de las piezas, especialmente porque se trata de un animal del que se conocían muy poquitas especies en todo el mundo”, admiten las científicas. Fuente eldia.com