El Museo Paleontológico de San Pedro
investiga los rastros de un gran animal que habitó el Pleistoceno bonaerense
En 2018, el equipo del Museo Paleontológico
de San Pedro, en una excavación minera de la firma Tosquera San Pedro, dio con
el enorme fémur de un perezoso gigante en sedimentos cuya antigüedad ronda los
700.000 años. Estudios posteriores arrojaron como resultado que el enorme hueso
habría pertenecido a un animal desaparecido mucho tiempo atrás: el
Piramiodonterio.Los registros conocidos de ese gran animal del linaje de los perezosos terrestres gigantes se perdían durante el Plioceno, unos 3 millones de años atrás y por esta razón, la presencia de este mamífero en sedimentos más “modernos” despertó curiosidad.
Pero en enero de este año las cosas se pusieron más interesantes todavía.
En la misma cantera y en el mismo sedimento, conformado por el barro consolidado de un antiguo pantano, apareció el fémur de un segundo ejemplar del mismo género.
Dos animales iguales ya no podía ser una casualidad…
El fósil fue hallado por Norberto y Gustavo Iglesias, propietarios del lugar, junto al joven Fausto Capre, maquinista de la empresa, y recuperado y acondicionado por el grupo del museo.
Julio Simonini, integrante del equipo comenta que "para extraer los restos de este animal, se tuvo que recurrir a la técnica de enyesado previo y poder, luego, levantarlo con una excavadora; posteriormente, se lo llevó al museo y se iniciaron las tareas de limpieza y acondicionamiento habituales".
Se sabe que los Piramiodonterios
(Pyramiodontherium, según su nombre en latín que significa “animal con dientes
en forma de pirámide¨) fueron un género de grandes mamíferos que habitaron la
prehistoria de nuestro país hasta fines del Plioceno, momento en el que
desaparecen del registro fósil. Hay restos en Jujuy, Catamarca, La Rioja,
Chubut y Entre Ríos. Posiblemente, de estos grandes perezosos provenga otro de
los más corpulentos animales que conoció la región pampeana: el Megaterio
(Megatherium o “bestia gigante”) del que se conocen las especies Megatherium
gallardoi y Megatherium americanum; la primera más antigua que la segunda.
Y acá es donde el equipo de investigación
sampedrino, que examina estos hallazgos en conjunto con el Dr. Luciano
Brambilla, del Centro de Estudios Interdisciplinarios, que depende de la
Universidad Nacional de Rosario, empieza a ver que “algo misterioso” gira en
torno a este descubrimiento.
Según apreciaciones del Dr. Brambilla, “las
características de los fémures hallados en San Pedro nos cuentan de la
existencia de un animal que vivió en un período de tiempo del que bastante poco
sabemos de la evolución de estos grandes perezosos. Es un animal que parece
haber vivido cercanamente en el tiempo con el Megaterio (hacia finales de la
edad Ensenadense), es decir, en el Pleistoceno medio; pero cuyas
características son más parecidas al Piramiodonterio que habitó más antiguamente,
durante el Plioceno. Por lo tanto, es posible que estemos ante el
descubrimiento de una especie de `eslabón perdido` en la línea evolutiva de los
Megateridos, grupo al que pertenecieron estos grandes animales”.
Desde la Dirección del Museo de San Pedro,
José Luis Aguilar, opina que “desde que en 2018 hallamos el primer fémur de
este enigmático animal, venimos siguiendo de cerca los restos fósiles que vamos
recuperando en ese antiguo ecosistema de pantano o humedal ya que podríamos
estar ante una especie desconocida y, a la vez, asombrosa. Tanto por el tamaño
de este animal como por su importancia en la reconstrucción de la línea
evolutiva de los grandes perezosos, es importante continuar la búsqueda de
nuevas piezas que nos vayan dando información del aspecto general de un animal
que, por ahora, parece ocultarse en la niebla de los tiempos. Esta especie de ´cacería prehistórica´ nos lleva a buscar los restos de un gran mamífero que, según las primeras estimaciones que surgen del análisis de sus fémures, podría haber superado los 4 metros de longitud y pesar unas 4 toneladas”.