Investigadores del
Museo Argentino de Ciencias Naturales encontraron un dinosaurio carnívoro de
gran tamaño y de unos 70 millones de años de antigüedad al suroeste de la
provincia de Santa Cruz. Se recuperaron vértebras, costillas y parte de lo que
sería el pecho y la cintura escapular de este ejemplar.
Durante 15 días se
efectuaron tareas de rescate para la extracción de este megarraptor.
Seguramente, a partir de estos fósiles, los investigadores podrán presentar en
sociedad una nueva especie de gran tamaño dentro de este grupo de dinosaurios
carnívoros con características letales para atacar a sus presas.
El paleontólogo Mauro
Aranciaga Rolando indicó a la Agencia CTyS-UNLaM: “Hemos encontrado un ejemplar
muy grande de un nuevo megarraptórido, los cuales eran dinosaurios carnívoros
formidables, porque tenían un conjunto de adaptaciones para la caza que era
realmente espectacular”.
“A diferencia del Tyrannosaurus rex, los megarraptores
eran animales más esbeltos, más preparados para la carrera, con colas largas
que les permitían mantener el equilibrio, a la vez que tenían patas musculosas,
pero alargadas para poder dar pasos largos”, contó Aranciaga Rolando, becario
del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN).
Los megarraptores
tenían varias características que permiten describirlos como letales. Según
relató Aranciaga, “las armas principales de los megarraptores estaban en sus
brazos, porque eran extremadamente alargados y musculosos, al tiempo que tenían
garras a modo de guadaña en sus dedos pulgares, las cuales tenían un borde
afilado y alcanzaban los 40 centímetros de largo, por lo que es probable que
este animal haya conferido profundos zarpazos contra sus presas”.
El doctor Fernando
Novas, jefe del Laboratorio de Anatomía Comparada del MACN e investigador del
CONICET, comentó a la Agencia CTyS-UNLaM que “este nuevo hallazgo nos va a permitir
conocer cómo fueron estos dinosaurios en este rincón de la Patagonia y conocer
sus relaciones de parentesco con los megarraptores encontrados en otras partes
del mundo”.
El paleontólogo Novas
fue quien descubrió el primer ejemplar de este grupo de dinosaurios en el año
1996, en la provincia de Neuquén, y fue quien acuño el nombre Megaraptor (“gran rapaz”) para esta
criatura.
Los megarraptores
fueron grandes dinosaurios depredadores que prosperaron y se diversificaron
durante el periodo Cretácico, fundamentalmente en el hemisferio sur, hasta la
extinción masiva que se produjo hace unos 65 millones de años. También, se
encontraron megarraptores en Australia y en Asia.
“Para mí, fue una gran
satisfacción que, desde que hiciéramos aquel primer hallazgo en Neuquén, se
encontraran primos del Megaraptor en otras regiones del mundo”,
valoró Novas. Y destacó: “Ahora, sumamos otro megarraptor más de la Patagonia”.
Aranciaga Rolando
aseveró que “esta posible nueva especie de unos 10 metros de largo, además de la
importancia que tiene por su tamaño, representa una de los ejemplares más
modernos de la familia de los megarraptores, ya que los que se conocían hasta
ahora eran algunos millones de años más antiguos”.
Otras de las
características que Aranciaga Rolando indicó como favorables para la aptitud
depredadora de los megarraptores es que poseían un cuello y un cráneo
alargados, lo que seguramente les ayudaba a la hora de alcanzar a sus presas
con más facilidad.
La condición de
velocistas habría sido muy importante para los megarraptores. El paleontólogo
Sebastián Rozadilla del MACN y CONICET indicó que “estos dinosaurios carnívoros
no se habrían alimentado de los saurópodos, que son aquellos grandes
dinosaurios de cuello largo que también habitaban en dicha zona, sino de otros
dinosaurios herbívoros de los cuales también se ha encontrado una manada en
esta formación Chorrillo, al oeste de Santa Cruz”.
“Estos dinosaurios
herbívoros podían alcanzar entre cinco y seis metros de longitud y pertenecían
a la especie Isasicursor, los cuales
eran animales bípedos y grandes corredores”, aseveró Rozadilla. De allí que la
velocidad de los megarraptores habría sido un factor importante para poder
cazarlos.
Estos dinosaurios herbívoros
vivían en grandes grupos, entre los cuales había crías, juveniles y adultos.
“Vivían de forma parecida a como lo hacen actualmente las gacelas o antílopes
en la sabana africana”, describió Rozadilla.
Los megarraptores más
pequeños que se conocen miden unos cinco metros, en tanto que los más grandes
alcanzan longitudes similares a este ejemplar encontrado al suroeste de Santa
Cruz durante la última campaña realizada durante el mes de marzo.
Para extraer a este
animal, el cual se encontraba en una roca extremadamente dura, hubo que emplear
maquinaria apropiada como la cortadora de roca, con la cual se fueron abriendo
canaletas en las cercanías de los fósiles.
En una labor que
demoró unas dos semanas, con cinceles y martillos, los paleontólogos retiraron
la roca que rodeaba al ejemplar a fin de retirar cada uno de los huesos.
“Finalmente, se cubrió con yeso y con vendas a la roca que contenía en su
interior al fósil, con el fin de que éste no se destruyera durante su transporte
hasta Buenos Aires”, describió Aranciaga.
Por estas semanas,
este depredador formidable se encuentra cumpliendo debidamente con su
cuarentena en el Laboratorio de Anatomía Comparada del MACN, a la espera de que
los investigadores puedan continuar con su preparación y estudio.
Posteriormente, este velocista hará su viaje de regreso a la provincia de Santa
Cruz para enriquecer las colecciones del Museo “Padre Molina”, en Río Gallegos.
Fuente; Agencia CTyS-UNLaM. Ilustración Wiki Prehistórica.