lunes, 4 de mayo de 2020

Impacto de un enorme asteroide entre Mar del Plata y Miramar.





Por Mariano Magnussen Saffer, Integrante del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Publicado en Paleo - Revista Argentina de Paleontología. Ilustraciones de Daniel Boh. marianomagnussen@yahoo.com.ar

Un grupo de investigadores reveló recientemente que un gran Asteroide impacto contra la tierra, hace unos 3,3 millones de años, provocando un desequilibrio ambiental de proporciones catastróficas, logrando la extinción de numerosas plantas y animales que vivieron en el continente Sudamericano durante la Era Cenozoica, como las gigantescas aves corredoras o los marsupiales Dientes de Sable.

La presencia de rastros geológicos abona esta teoría, de rocas modificadas por altas temperatura “escorias” y la presencia de “vidrios” producidos por calentamiento y enfriamiento rápido de silicatos, parecen ser un indicio serio. En el año 1993, Peter Schultz de la Universidad Brown en Providence, fue el primero en atribuir este origen al material hallado en las costas del sur de la Provincia de Buenos Aires, en un radio comprendido de al menos 50 Km., que pocos meses después Theodore Brunch especialista en meteoritos y cráteres de la NASA, sostuvo que la hipótesis planteada de un impacto de un meteorito en Argentina es por lo más correcta, teniendo en cuenta la evidencia obtenida.

Según el estudio publicado en la prestigiosa revista científica Science presentada el día 11 de diciembre de 1998, sostiene las nuevas evidencias geológicas y paleobiologicas, que en un punto no precisado correctamente en la República Argentina, habría chocado un meteorito de tamaño considerable, situando el área de impacto entre las localidades de Mar del Plata y Miramar, ubicadas sobre la costa atlántica al sudeste de la Provincia de Buenos Aires de este país.

Al comentar el posible choque de una roca espacial y sus posibles consecuencias, no podemos dejar de recordar aquel hecho similar ocurrido a fines del periodo Cretácico, que tuvo como epicentro la península de Yucatán, en la costa de México y que provoco la extinción de los grandes Saurios, por entonces las formas de vida más exitosas y fabulosas de la evolución biológica.

De aquí salió una tesis similar que contestaría décadas de preguntas incesantes sobre ciertas características estratigráficas en Argentina en particular, y su asociación con la desaparición de algunos grandes vertebrados representativos de la Era Terciaria Sudamericana.

Si bien el meteorito que se estrelló en Argentina fue de proporciones menores al que extinguió a los dinosaurios, fue lo suficientemente fuerte para provocar una cicatriz a la superficie terrestre y a la historia natural del hemisferio sur.

La tesis que sostuvo la presente investigación, partió en la observación de distintos fenómenos geológicos que aparecían en la estratigrafía de los afloramientos sedimentarios pertenecientes al litoral marítimo de estas localidades bonaerenses. Estos materiales colectados en la región, denominados “escorias y tierras cocidas” son frecuentes de observar, llamando la atención de la comunidad científica desde principios del siglo XX. Fue así, que el sabio Florentino Ameghino interpreto estos restos como vestigios de antiguas culturas humanas, proponiendo el “Origen Terciario del Hombre Americano”, hoy en día totalmente descartada. Pero el antecedente más antiguo de estudio corresponde a 1865, la cual sostenía una confusa teoría utilizada hasta hace poco tiempo, que atribuía el aspecto cristalino y contraído de las escorias a un posible origen volcánico, probablemente Patagónico.

Según lo que revelo la investigación realizada por los científicos Schultz, Hames y King de Estados Unidos de América y Zarate y Camilion de la República Argentina la naturaleza de estas rarezas se habría originado a partir de un fenómeno poco frecuente para los habitantes de este planeta, y que suceden cada miles de años.

Fue, posiblemente, la tremenda energía liberada en el impacto de un asteroide o de un cometa la que fundió los materiales del suelo y provocó la aparición de las escorias, unas formaciones vesiculares, que varían de 5 centímetros a 2 metros, compuestas por una amalgama de metales de apariencia cristalizada que solo se forman por choques de gran velocidad, llamados Baddleyitas, con un color variante, desde un grisáceo oscuro a un verde muy vivo, con huecos y burbujas, formadas por altas temperaturas. También se obtuvo pequeñas esferas de vidrios con alto contenido de Níquel y Cromo.

Se calcula que al instante de estrellarse el asteroide contra la superficie terrestre en este punto de Argentina, la temperatura paso de 0° a una variaron instantáneo de 1720° a 1900°, provocando además de extensas nubes de polvo y escombro en la atmósfera circundante, con gravísimos incendios a cientos de kilómetros a la redonda, lo que se evidencia con la presencia de tierra cocida de color ladrillo, lo que demuestra a simple vista el desastre ecológico ocurrido.

Los análisis radiométricos y magnetoestratigráficos realizados en Geochron Laboratories, Cambridge, Massachussets, sugieren que se formaron hace 3,3 millones de años, en el período denominado Plioceno Medio – Superior de la Era Terciaria, el continente Sudamericano estaba ocupado por aves de gran tamaño como el Argentavis magnificens, con una envergadura de 8 metros, o las feroces aves corredoras y carnívoras como Onactornis depressus que superaban los 2 metros de altura y 200 kilogramos de peso. Otros representantes faunisticos eran los mamíferos marsupiales como Thylacosmilus atrox o los notoungulados con aspecto hipopótamos primitivos, llamado Chasicotherium rothii, entre otros.

Por ahora no existe referencia exacta que aclare en dónde puede estar situado el cráter principal del impacto del asteroide, debido a que toda la región Pampeana Argentina es una zona de aluvión, que durante millones de años ha ido depositando los materiales volcánicos de la cordillera de Los Andes. Aparte hay que decir que estas dos localidades balnearias de la costa bonaerense, hasta hace unos 200 mil años atrás se hallaban en el centro del continente, y las orillas marítimas se encontraban donde hoy en día se halla el comienzo de la plataforma submarina, es decir, a unos 200 kilómetros adentro de su ubicación actual, pero por los cálculos obtenidos en el estudio, el posible área de impacto sería en la línea costera, originada a partir de una roca espacial menor a 1 kilómetro de diámetro, produciendo un cráter de unos 20 kilómetros de circunferencia.

El área concreta en donde aparecen las escorias y las tierras cocidas, corresponden a una estratigrafía denominada Formación Chapadmalal (Edad Chapadmalalense), una capa sedimentaria que varía en un espesor de 5 centímetros a 1 metro según la zona, muy rica en material fosilífero, la cual aloja en su interior las evidencias de una gran fuente de calor que, de improviso, hubiera fundido los materiales del suelo a temperaturas increíbles de experimentar, integrado por lo que se denomina "Loess", depósitos piroclásticos.

El impacto produjo un cambio climático que alteró la circulación oceánica, según revelan también algunos estudios realizados en los depósitos de oxígeno marino de la costa atlántica y pacífica, en los que se han estudiado los isótopos del oxígeno contenido en el agua, confirmando la instantáneo baja de la temperatura en unos 2° centígrados. El cambio de circulación de mareas, es lo que provoco los graves deterioros climáticos que afecto al hemisferio sur durante el final del Plioceno y principios del Pleistoceno.

En el Terciario más reciente, antes de las glaciaciones, esta región de Argentina estaba habitada por una flora y fauna autóctonas que, probablemente fueron dañadas por el impacto del asteroide.

En el caso de Argentina, aunque el área de impacto y el tamaño del asteroíde fueran más reducidos que la ocurrida en la peninsula de Yucatán y que provocara un desastre universal, la potencia de la explosión debió enviar al aire cientos de miles de toneladas de escombros, polvo y fuego que, según creen los expertos en paleoastronomía, pudo ocultar el cielo durante varios años en una región de cientos de kilómetros a la redonda.

Esto acabó con gran parte de la vida vegetal y, por extensión con la animal, que hasta entonces se los podía considerar como formas biológicas exitosas, ya que evolucionaron aisladas del mundo durante unos 40 millones de años, ya que, para el Paleoceno, América del Sur se convirtió en un continente isla, como es Oceanía en la actualidad, obteniendo de esta forma el desarrollo gradual de formas vivientes únicas y que no se repitieron en otros continentes, como por ejemplo, los fabulosos y populares Gliptodontes, armadillos del tamaño de un automóvil.

Tal vez el impacto situado entre las ciudades de Mar del Plata y Miramar ocurrido hace más de 3 millones de años, no creo una crisis global como en otros casos previos, pero no hay duda que se hicieron sentir sus efectos en el ámbito regional, exponiéndose rápidamente al resto del continente Sudamericano.

Es importante aclarar, que gran parte de la paleofauna de América del sur correspondiente al Cenozoico superior, es decir, de los últimos 4 millones de años, proceden de los afloramientos geológicos ubicados en el sudeste bonaerense, y que estos son los depósitos fosilíferos más completos y claros en todo el mundo para esta época. Es por ello que justo en esta parte del continente los investigadores pudieron obtener resultados precisos de este apocalíptico hecho natural, que no se apoya solamente de evidencia geología, sino también de elementos paleobiológicos, teniendo en cuenta que se extinguen por lo menos unos 36 géneros de grandes vertebrados, más las especies representativas de cada uno de estos, lo que da una idea general de lo que paso por entonces en la región Pampeana de la República Argentina.

Más allá de todo, sabemos que esta investigación recién comienza, y que por lo menos necesitaremos una década para lograr interpretar en forma absoluta sobre el choque del asteroide y sus posibles consecuencias en el ambiente prehistórico de esta parte del planeta, ya que se tendrán que revisar y recolectar nuevas pruebas paleontológicas para corroborar de mejor manera la influencia del impacto con la extinción de numerosos organismos y los cambios de corrientes oceánicas y ambientales.

No obstante, el hecho ocurrido entre las ciudades de Mar del Plata y Miramar hace 3,3 millones de años, no fue el único, ya que a partir de este estudio sabemos que existieron en Argentina la caída de cuerpos celestes, dando a luz otros tres impactos de meteoritos menos espectaculares, como el que ocurrió en Chasico (Tomquist) durante el Mioceno, hace 10 millones de años, al sur del paraje de Centinela del Mar (Partido de General Alvarado) durante el Pleistoceno, hace 600 mil años y uno más reciente en el Holoceno de Rió Cuarto, Provincia de Córdoba hace apenas 4 mil años, ante la presencia de antiguos grupos humanos que transitaban la región.

La referencia más conocida y estudiada en vivo del impacto de un asteróide sobre la superficie terrestre se produjo a mediados de siglo XX en la antigua Unión Soviética, en el territorio de Siberia. La explosión de un pequeño cuerpo estelar de pocos centímetros de diámetro destruyó cientos de kilómetros cuadrados de bosques nevados, que quedaron convertidos en un seco desierto en donde murieron millones de seres vivos, hecho documentados con imágenes de alta calidad.  

Bibliografía Sugerida:

P. H. Schultz, M. Zarate, W. Hames, C. Camilion y J. King. A 3.3 – Ma Impact in Argentina and Posible Consequences. 11 dicember 1998, Volumen 282. pp. 2061 – 2063.

J.C Heusser and G. Claraz, Neue Denk. (Nov. Mems) der Allgemeine Schweiz. Gessell. XXI 27. Zurich (1865).

M. A. Zarate and J. L. Fasano, Palaeogeogr. Palaeoclimatol. Palaeoecol. 72, 27 (1989).

M, Magnussen Saffer. Un Impacto de Meteorito entre Mar del Plata y Miramar. Boletín de divulgación Científica Técnica. Publicación 2: pp 3 - 8 Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, Prov. Buenos Aires, Argentina.

M. Magnussen Saffer. 2005. Naturaleza Pampeana, pasado y presente. Libro Digitalizado. Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, Prov. Buenos Aires, Argentina.