Aves, cocodrilos, plantas, troncos de árboles petrificados,
caracoles…todo un Parque Cretácico de la última época de los dinosaurios fue
hallado en Santa Cruz, lo cual representa un hecho único para comprender lo que
ocurrió en el período previo a la extinción masiva acontecida hace 66 millones
de años.
La campaña implicó un gran despliegue y los resultados
fueron sorprendentes. El doctor Fernando Novas, jefe del Laboratorio de
Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) e
investigador del Conicet, dirigió esta gran expedición junto al paleontólogo
Makoto Manabe del Museo Nacional de Tokio.
“Descubrimos fósiles muy variados y esto se produjo, en gran
medida, porque el grupo de trabajo que participó de la expedición fue muy
numeroso, de unas 30 personas que incluyeron no solo a paleontólogos, sino
también sedimentólogos de la Universidad Nacional de La Plata, geofísicos de la
UBA, como así también al grupo de científicos que vino desde Tokio”, relató
Fernando Novas a la Agencia CTyS-UNLaM.
El doctor Federico Agnolin, investigador del MACN, del
Conicet y Fundación de Historia Natural Félix de Azara, destacó: “Tuvimos un
éxito sin precedentes. Pudimos descubrir una enorme cantidad de fósiles, entre
pequeños granos de polen, plantas y dinosaurios. Hemos encontrado de todo; nos
hemos encontrado prácticamente con un ecosistema de entre 65 y 70 millones de
años de antigüedad”.
“Descubrimos gran parte de lo que componía la flora y la
fauna de aquel lugar en aquel entonces”, valoró Agnolin. Y agregó: “En aquel
entonces, no existía la cordillera de los Andes y el ambiente era totalmente
distinto al actual. Los roquedales por los que caminamos eran lagos, lagunas,
ríos y bosques”.
El paleontólogo Fernando Novas aseveró: “Los fósiles y toda
la información que hemos recolectado nos va a permitir conocer cómo fueron los
cambios ambientales, climatológicos, faunísticos y florísticos ocurridos en los
últimos cinco millones de años del reinado de los dinosaurios”.
Según advirtieron los geólogos que participaron de la
campaña, en ese sitio de montaña ubicado 25 kilómetros al sudoeste de El
Calafate, había un río a fines del Cretácico y, a la orilla del mismo, se
depositaban los sedimentos de estos animales y plantas ahora transformadas en
fósiles.
“También, encontramos ranas, lagartijas, serpientes,
tortugas acuáticas, dinosaurios carnívoros y herbívoros, e incluso restos de un
gran cocodrilo”, continuó enumerando el doctor Agnolin a la Agencia CTyS-UNLaM.
Un dinosaurio varado por el coronavirus
El técnico Marcelo Isasi del MACN y del Conicet estuvo a
cargo de las tareas logísticas para esta gran expedición. “No recuerdo que se
haya hecho una campaña tan grande en los últimos años en Argentina y, ahora,
nos resta volver, porque encontramos un dinosaurio enorme, pero el helicóptero
de la Fuerza Aérea Argentina que iba a ayudarnos a extraerlo no pudo realizar
el operativo con motivo del inicio de la cuarentena preventiva por
el coronavirus”.
“Cuando volvamos, nos va a ir muy muy bien”, consideró
Isasi. Y agregó: “La montaña nos espera con un montón de maravillas
paleontólógicas que estamos deseosos de ir a descubrir”.
La expedición se desarrolló entre los días 6 y 24 de marzo.
Respecto a lo que experimentó el grupo de investigadores cuando se enteraron de
lo que estaba ocurriendo en el mundo con el COVID-19, Isasi contó: “No sabíamos
qué hacer, pensamos en quedarnos en la montaña y seguir trabajando, pero el
clima ahí ya se ponía cada vez peor y tuvimos días de mucho viento en los que
se nos rompieron varias carpas”.
“Veníamos con otra mentalidad, del aire puro de la montaña,
de ver guanacos y pumas, un lugar mágico, con el glaciar Perito Moreno y con
una vista extraordinaria de toda la Cordillera y, al bajar, nos encontramos con
una realidad tremenda y tuvimos que hacer la cuarentena en El Calafate durante
varios días, hasta que finalmente pudimos obtener los papeles y permisos
necesarios para regresar a nuestras casas y seguir el aislamiento preventivo”,
narró Isasi a la Agencia CTyS-UNLaM.
La gran extinción de los dinosaurios en el hemisferio sur
El doctor Fernando Novas indicó: “Una de las ventajas de
haber encontrado este ecosistema de fines de la Era Mesozoica radica en que nos
permitirá saber que ocurrió aquí, en el hemisferio sur, durante la extinción de
los dinosaurios”.
“La mayor parte de los registros paleontológicos de esos
últimos millones de años del Cretácico provienen del norte, especialmente de
Europa, Norteamérica y Asia, pero ésta es la primera vez que aportaríamos algo
desde el extremo sur de Sudamérica, por lo que podremos conocer qué ocurrió en
esta otra mitad del Planeta Tierra en ese entonces”.
Al respecto, el doctor Makoto Manabe del Museo Nacional de
Tokio, afirmó que “hoy existe un consenso general de que la colisión de un
asteroide causó la última de las cinco extinciones masivas en la historia de la
Tierra, la cual aconteció hace 66 millones de años y se conoce con el nombre de
límite K/Pg”.
“Los fósiles de América del Norte jugaron un papel
importante en los debates”, indicó Manabe. Y agregó: “Recientemente, comenzamos
a ver lo que sucedió no sólo hace 66 millones de años, sino también 10 millones
de años antes y después del límite”.
“Hubo alteraciones en la disparidad morfológica en algunos
dinosaurios en América del Norte mucho antes de la colisión del asteroide; en
tanto, otra investigación indica que perecieron diversidad de especies de
cocodrilos y el tamaño de sus cuerpos disminuyó después del límite K/Pg,
mientras que los mamíferos aumentaron significativamente la diversidad de
especies y el tamaño de sus cuerpos dentro de los 700 mil años posteriores a la
colisión del asteroide”, detalló Manabe. Y consideró: “Todos estos datos son de
América del Norte, pero la extinción en masa hace 66 millones de años fue un evento
mundial”.
De allí la importancia del hallazgo de este ecosistema fósil
en Santa Cruz, para describir lo que ocurrió en el hemisferio sur y aportar
datos a la reconstrucción de esa etapa crucial en la historia del Planeta.
“Estos estudios no solo son fascinantes para comprender el
pasado, sino también para aprender sobre nuestro futuro cercano”, analizó
Manabe. Y advirtió en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM: “Hoy, es probable que
vivamos al comienzo de la sexta extinción masiva. Necesitamos aprender de la
última extinción masiva acontecida en el límite K/Pg para no experimentar la
extinción del Homo sapiens, nuestra propia especie, en el futuro cercano”.
Por su parte, Novas destacó: “Los fósiles que hemos
encontrado nos van a permitir clarificar mucho más sobre cómo fueron las
tendencias evolutivas que tuvieron los distintos organismos, sean plantas,
caracoles, dinosaurios, tanto los pequeños como los gigantescos, durante los
últimos millones de años antes de esta extinción y, también, para tratar de entender
por qué otras especies sobrevivieron, algunas de las cuales viven hasta
nuestros días”. Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.