jueves, 30 de abril de 2020

Encuentran huellas de un antecesor del Tero en el Cretácico de General Roca.




El hallazgo de pisadas similares a la de los teros -que quedaron fosilizadas en una barda de General Roca- sirve como un nuevo aporte para interpretar cómo era la paleogeografía de la región hace 70 millones de años, cuando el mar ingresó desde el Atlántico y formó un gran delta. 

En un triángulo más amplio  de la zona que hoy ocupa la confluencia de los ríos Limay y el Neuquén, convivieron dinosaurios, aves, cocodrilos y criaturas marinas, en medio de un clima semihúmedo y con copiosas lluvias. 

A diferencia de los dinos, son pocos los registros de huellas de aves prehistóricas en el país. Las pisadas tenues, sin peso, no dejan huellas profundas y es muy difícil que se preserven. En la región hubo un gran hallazgo en 2003, en Sierra Barrosa, pero sin precisar especies. 

Las lajas donde quedaron registradas las huellas de los teros pertenecieron a un fondo de laguna. Las descubrió en Paso Córdoba el técnico en paleontología Raúl Ortiz. Ahora forman parte de una colección registrada en el Museo Patagónico de Ciencias Naturales de General Roca.

En ellas se ven las pisadas. Tres dedos abiertos en forma de letra V y pequeños agujeritos que marcan los picotazos en el fango. Son las señales características del momento en que se alimentaban. La placa fina, de color marrón muy claro y aspecto quebradizo, también muestra ondulitas - surcos lineales que dejó el paso de la corriente suave del agua- y rastros de moluscos. 

El hallazgo de pisadas similares a la de los teros -que quedaron fosilizadas en una barda de General Roca- sirve como un nuevo aporte para interpretar cómo era la paleogeografía de la región hace 70 millones de años, cuando el mar ingresó desde el Atlántico y formó un gran delta. 

En un triángulo más amplio  de la zona que hoy ocupa la confluencia de los ríos Limay y el Neuquén, convivieron dinosaurios, aves, cocodrilos y criaturas marinas, en medio de un clima semihúmedo y con copiosas lluvias. 

A diferencia de los dinos, son pocos los registros de huellas de aves prehistóricas en el país. Las pisadas tenues, sin peso, no dejan huellas profundas y es muy difícil que se preserven. En la región hubo un gran hallazgo en 2003, en Sierra Barrosa, pero sin precisar especies. Fuente Diario Rio Negro.