lunes, 4 de junio de 2018

Necrolestes, un mamífero patagónico que sobrevivió a la extinción de los dinosaurios.


Los diminutos huesos y consideró que el animal habría sido un pariente lejano de los topos africanos vivientes. Le dio el nombre científico Necrolestes patagonensis, es decir, ladrón de tumbas de la Patagonia, en alusión a sus hábitos excavadores.
En décadas posteriores, expediciones de diversos paleontólogos a la misma zona de la Patagonia, cercana a la desembocadura del río Santa Cruz, descubrieron esqueletos fósiles prácticamente completos del Necrolestes. El estudio de esos esqueletos llevó a pensar que se trataba de un mamífero muy arcaico en la historia de la evolución, más que un ancestro de los topos, como había supuesto Ameghino. Por determinados rasgos se pensó que podía haber sido un marsupial, es decir, un pariente lejano de las comadrejas, los canguros y los coalas actuales.
La mayor parte de los mamíferos mesozoicos pertenece a grupos grupos hoy extinguidos, que no se relacionan directamente con los actuales, sean placentarios o marsupiales. Solo la descendencia directa de algunos escasos mamíferos del Mesozoico ha sobrevivido hasta nuestros días. Entre ella se cuentan los ornitorrincos y los equidnas, que integran un grupo llamado monotremas, restringidos a algunos sectores de Oceanía.
Durante la segunda mitad del siglo XX, otro destacado paleontólogo argentino, José Bonaparte, recorrió la Patagonia en búsqueda de fósiles mesozoicos. Descubrió un importante yacimiento fosilífero en la provincia del Río Negro, en una estancia llamada Los Alamitos, del que fueron recuperados abundantes restos óseos de dinosaurios carnívoros y herbívoros, de tortugas, cocodrilos y peces, vivos hace unos 70 millones de años, es decir, a finales de la era mesozoica.