Estos
graptolites de la familia diplograptidae son fósiles comunes y tienen una
distribución mundial. La preservación, cantidad y cambio gradual permite que se
usen como fósiles guía para datar los estratos de rocas en todo el mundo.
Durante el
Paleozoico los graptolites evolucionaron rápidamente y dieron lugar a muchas
especies diferentes. Los geólogos británicos pueden dividir las rocas de los
períodos Ordovícico y Silúrico en biozonas de graptolitos; que por lo general
tienen una duración menor de un millón de años.
Una
glaciación en todo el mundo al final del Ordovícico eliminó la mayoría de las
especies de graptolites que vivían entonces; las especies presentes durante el
período Silúrico fueron el resultado de la diversificación de sólo una o dos
especies que sobrevivieron a la glaciación del Ordovícico.
Los
graptolites también se utilizan para estimar la profundidad del agua y la
temperatura en la que vivían estos organismos. Cada colonia de graptolites
(conocida como rabdosoma) tiene un número variable de ramas (llamadas estipes)
originados desde un individuo inicial (llamado sícula). Los individuos
subsiguientes (zooides) se alojan en una estructura tubular o con forma de
copa.