Fue un
interesante canido de grandes dimensiones, cuyos ejemplares adultos de Theriodictis
platensis en el orden de los 30 a 40 kg.
Llego en el
gran intercambio faunistico americano, encontrándoselo en el pleistoceno de
América del sur (entre 1,2 millones de años a 11 mil años), especialmente en la
región pampeana.
Fue descripto
por primera vez por Mercerat en 1891, y posteriormente por Kraglievich y
Berman. De este ejemplar se reconocen numerosos ejemplares. Las principales
piezas de interés proceden de la localidad de Santa Clara del Mar, y los
ejemplares más completos de la especie, fueron hallados en sedimentos del
ensenadense de San Pedro y Ramallo, pero también se lo registra en otras
veintena de localidades. Además cuenta con un registro en playas de Río Grande
del Sur, en el extremo sur del Brasil.
Así mismo,
recientemente se lo reconoce a Theriodictis, como un
representante único del ensenadense. Los análisis paleocológicos, sobre la base
del estudio de índices morfométricos y variables cualitativas, indican que fue
un taxón de hábitos hipercarnívoros, y que perseguían activamente y capturaban
mamíferos de mediano a gran porte con una masa de entre 50 y 300 kg. Debe
haber depredado principalmente a los numerosos cérvidos, caballos, camélidos, y
pecaríes que habitaban en esas regiones de América del Sur durante ese periodo.
Tal vez
también incluso capturaron a ejemplares jóvenes de especies de mayor tamaño.
Estudios paleocológicos de la fauna del tramo final del Lujanense relacionan la
extinción de varios mamíferos con tamaños mayores a los 100 kg y la
desaparición de este gran cánido hipercarnívoro. La antigüedad de estos
ejemplares es de aproximadamente 780 mil años. Imágenes, esqueleto exhibido en el Museo Paleontológico
de San Pedro y esqueleto semi articulado hallado en Ramallo y recreado in situ
por Miguel Ángel Lugo en el Museo de Ciencias Naturales P. Antonio Scasso.