domingo, 9 de diciembre de 2018

Notoemys laticentralis, una tortuga del Jurásico de Neuquén.


Las tortugas pleurodiras (tortugas con "cuello de serpiente") se limitan –actualmente-  al hemisferio sur y constituyen en la actualidad tres familias, Chelidae (que incluye las tortugas terrestres de Sur América), Pelomedusidae y Podocnemidae, (tortugas acuáticas que encontramos en ríos y lagos de agua dulce de Suramérica, Australia y este y sur de África) y que constituyen un importante elemento a la hora de entender la historia de la fauna de vertebrados de América del Sur.
Las tortugas del suborden Pleurodira se identifican por el método mediante el cual repliegan su cabeza dentro de sus caparazones. En estas tortugas el cuello se dobla en un plano horizontal, introduciendo la cabeza en el espacio existente delante de una de sus dos extremidades anteriores.
Una protrusión en la zona frontal del caparazón ayuda a proteger el cuello, que permanece parcialmente expuesto tras la retracción. Este método difiere del empleado por la tortugas del suborden Cryptodira, que esconden su cabeza y cuello entre sus extremidades anteriores, en el interior del propio caparazón.
El hallazgo de Notoemys zapatocaensis, sumado a otro hallazgo de tortuga pleurodira jurásica realizado en cuba en el año 2001 y que recibió el nombre de Caribemys oxfordiensis permite plantear una revisión de todo el género Notoemys y sugiere que ambas especies deben entenderse dentro de un género redefinido de Notoemys  y este a su vez debe considerarse como taxón hermano del género Platychelys,  tortuga pleurodira del Jurásico superior de Europa.
Queda reconocida pues la importancia de este hallazgo que no solo amplía la distribución geográfica del género Notoemys de Argentina, Cuba y Colombia sino también como ya lo mencionamos antes, en escala de tiempo abarcando desde el Oxfordiense (Jurásico superior – 156 millones de años) al Valanginiense (Cretácico inferior – 135 millones de años).
Tiene pies de cinco dedos palmeados que le servían para nadar en los ríos y masas lacustre en las que vivía, pero también le permitían andar por tierra como la mayoría de tortugas de agua dulce. Pero tenía el caparazón inusualmente plano y el cuello demasiado largo, lo cual es raro en los pleurodiros. Posiblemente se alimentara de algas y pequeños peces y invertebrados acuáticos.