jueves, 2 de mayo de 2019

Recuperan restos fósiles de un megaterio en Colonia Emilio Mitre, La Pampa.


Un fémur de este mamífero prehistórico había sido encontrado en la zona hace algunos años por pobladores. Ahora, desde el Museo de Historia Natural ubicaron el lugar.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa informó que el Museo de Historia Natural de La Pampa efectuó con éxito tareas de prospección paleontológica en el área de Colonia Emilio Mitre, a los fines de relocalizar el sitio de hallazgo de los restos fósiles de un megaterio, mamífero extinto de gran tamaño, entregado hace algunos meses atrás a dicha institución para su identificación y resguardo.
Entre otras funciones, el Museo es el organismo encargado de recibir denuncias sobre hallazgos paleontológicos y velar por la correcta extracción y preservación de los restos fósiles dentro del territorio provincial. En este marco, tras el recibimiento de los restos de un megaterio en septiembre del año 2018, el museo provincial puso todo su esfuerzo para reubicar con exactitud el sitio de su hallazgo, tarea que solo fue posible gracias a la colaboración y compromiso por la preservación del patrimonio pampeano del antropólogo bonaerense Ambrosio González Rubio, así como de distintos referentes del pueblo ranquel.
La particular historia de este hallazgo paleontológico comienza en septiembre del 2018, cuando el antropólogo Ambrosio González Rubio se comunicó con el Museo de HIstoria Natural para hacer entrega de unos restos fósiles procedentes del área de Colonia Emilio Mitre.
González Rubio indicó que mientras realizaba sus estudios de tesis en Árbol Solo, el lonko Carlos Campú, máxima autoridad del Pueblo Rankülche, le había cedido los restos para que los hiciera llegar a la autoridad competente.
Campú también le indicó que los mismos los había recibido tiempo atrás de un poblador vecino, quien los halló al desmoronarse un médano vivo en la zona próxima a Emilio Mitre.
De acuerdo a los comentarios de Campú, en la zona del hallazgo aún se podían observar más restos en el terreno. De esta manera, luego de precisar que los restos pertenecían a un megaterio y ante la importancia del hallazgo dado que este tipo de restos son infrecuentes en el centro-oeste de la provincia, el Museo se dispuso a contactar al lonko para precisar con exactitud el lugar de hallazgo.
El contacto con Campú fue dificultoso debido a que se encontraba en Victorica comprometido en su salud, pero luego de varias semanas y gracias a la colaboración del Consejo Provincial del Aborigen, especialmente de Pedro Coria y María Inés Canhué, desde el Museo pudieron ubicar a su hijo Carlos, quien conocía la historia del hallazgo y amablemente se ofreció a colaborar con la reubicación del sitio.
Habiendo coordinado un punto de encuentro con Carlos Campú hijo, el personal del museo se trasladó a Emilio Mitre para reubicar los restos bajo la dirección de los paleontólogos Marcos Cenizo y Lucas Cheme Arriaga junto a los técnicos colaboradores Pablo Tejerina, Maximiliano Minuet y Nicolás Peralta Seen.
Siguiendo las indicaciones de Campú, el equipo prospectó una vasta zona de médanos al oeste del Emilio Mitre, buscando un área de deflación donde los médanos hubieran perdido su cobertura vegetal permitiendo así la exposición de sedimentos más antiguos, entre ellos aquellos pertenecientes a la Formación El Meauco, cuerpo de roca donde fueron hallados restos de megafauna en otros lugares de la provincia.
Finalmente, se observó las condiciones mencionadas en un área donde los médanos habían sido removidos para la instalación de un tanque australiano. Al llegar al puesto próximo, el equipo del Museo fue recibido por su propietaria, Juana Cabral, quien cordialmente señaló que los restos buscados efectivamente habían sido recuperados en un sector cercano.
Tras unas horas de prospección, el equipo halló el sitio exacto donde años atrás se había encontrado el megaterio. El lugar aún mostraba la presencia de grandes astillas incluidas en las arenas de la Formación El Meauco, donde además se recuperaron restos de otros mamíferos más pequeños.
Si bien no se recobraron nuevos restos del megaterio, la ubicación del sitio permitió reconocer exactamente las unidades geológicas que son portadoras de megamamíferos en el centro de La Pampa, algo que hasta el momento no contaba con evidencias concretas.
Megatherium, el gigante pampeano.
Los restos hallados en Emilio Mitre corresponden a un fémur perteneciente a un gran megaterio de la especie Megatherium americanum, el mayor de los perezosos terrestres que habitaron América del Sur.
Los megaterios fueron mamíferos herbívoros que podían superar las 3 toneladas de peso y medir hasta seis metros desde la cabeza a la cola. Armados de grandes garras, tenían un andar al menos parcialmente bípedo, como así lo evidencian las impresiones de sus huellas preservadas en los excepcionales yacimientos de Pehuén Co, sobre la costa bonaerense.
Al parecer los megaterios se originaron hace cerca de 2.5 millones de años y fueron muy exitosos durante todo el Pleistoceno, llegando inclusive a dispersarse hacia América del Norte al comienzo de esa época geológica. Sin embargo, al finalizar la última Edad de Hielo, hace unos 12 a 13 mil años atrás, desaparecieron junto a otros grandes mamíferos como los mastodontes, gliptodontes, toxodontes y macrauquenias.
Las causas que derivaron en la extinción de esta “megafauna pampeana” aún permanecen en debate, entre ellas se incluyen los efectos de rápidos y drásticos cambios climáticos, impactos de meteoritos, incendios de escala continental, la presión de caza ejercida por los primeros pobladores americanos, o probablemente una combinación de algunas de ellas.
Al menos otros siete megaterios han sido hallados en La Pampa (tres en Toay, uno en las proximidades de Caleufú y tres individuos en los mismos subsuelos de Santa Rosa), aunque en general representados por restos muy fragmentarios.
Asimismo, no es la primera vez que se encuentran megamamíferos en el área de Colonia Emilio Mitre. Décadas atrás se hallaron allí fragmentos de placas correspondientes a la coraza de un gliptodonte de la especie Panochthus tuberculatus, la misma encontrada por el Museo de Historia Natural durante el 2016 en la periferia de la ciudad de Santa Rosa. Fuente; eldiariodelapampa.