Son restos de cinco mamíferos recuperados en el lecho de un
río prehistórico
El descubrimiento de una asociación de fauna fósil cuya
antigüedad se estima superior a los 200.000 años, fue realizado por el equipo
del Museo Paleontológico de San Pedro, a unos 10 kilómetros al Este de la
ciudad.
El sitio del hallazgo, conocido como Campo Spósito, tiene la particularidad de
haber sido el fondo de un río durante la prehistoria de la zona. Allí, lograron
preservarse los abundantes materiales descubiertos recientemente por el grupo
del Museo.
Los restos fósiles hallados pertenecieron a diferentes
mamíferos que vivieron y murieron en ese antiguo ecosistema. Los más numerosos
son los restos de toxodontes, grandes herbívoros de aspecto similar al de un
hipopótamo actual. Con una masa corporal que superaba los 1.000 kilogramos,
poseían una estructura física compacta, con huesos grandes y poderosos para
soportar un volumen muscular importante.
Otros restos recuperados corresponden a lestodontes,
perezosos terrestres gigantes cuya longitud se estima en unos 4 metros de largo
y un peso que superaba las 2 toneladas. Poseían grandes caninos que salían a
ambos lados de su boca que les servían como armas de defensa. Garras de estos
animales recuperadas en el sitio superan los 20 cm de longitud.
Entre el cúmulo de restos fósiles se hallaron, además,
piezas de morenelaphus, ciervos de tamaño mediano a grande cuya presencia está
documentada por la aparición de cornamentas, partes de algunas extremidades,
ramas mandibulares y dos cráneos; uno de ellos, muy bien preservado.
Se recuperaron, además, restos fósiles de dos especies de
caballos: Equus (que es el caballo que conocemos en nuestros días) e Hippidion
(un caballo algo más bajo, de aspecto similar a una cebra actual). Los restos
extraídos corresponden a varios ejemplares.
De acuerdo a las consideraciones vertidas desde el Grupo
Conservacionista de Fósiles, equipo del Museo Paleontológico de San Pedro,
“Este descubrimiento, junto a otros que venimos efectuando en la zona, nos
permiten armar una imagen bastante aproximada acerca de cómo fueron cambiando
los hábitats y las asociaciones de fauna durante el Pleistoceno medio a tardío,
conociendo directamente a los animales que habitaron la región, sus
preferencias ambientales y sus características físicas.
Entre los restos descubiertos hay un gran fémur en excelente estado de
conservación que nos permitirá conocer la masa de ese ejemplar. Con respecto a
los caballos fósiles, consideramos que están entre los ejemplares más antiguos
del país ya que se recuperaron de una edad geológica en la que prácticamente se
desconocía su presencia.
Resulta muy interesante ver la convivencia de especies tan diferentes entre sí,
en un ambiente de verdes praderas surcado por un río prehistórico”.