Adrián Giacchino -recientemente declarado por la Legislatura
Porteña como “Personalidad Destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en
el ámbito de la Educación, Ciencia y Tecnología”- es uno de los mayores
filántropos argentinos, dedicado de lleno a la pasión de su vida: la ciencia y
la conservación de la naturaleza. Creó instituciones científicas, reservas
naturales y museos a lo largo y ancho del país. En estos tiempos que corren
vale la pena conocer su tarea silenciosa.
Su interés por las ciencias naturales se remonta a sus seis
años de edad cuando recibió de regalo el libro “El mundo de los animales
prehistóricos” del zoólogo y divulgador científico Marcos Freiberg. Según
Giachino señala las visitas mensuales cuando no quincenales o semanales al
Museo Argentino de Ciencias Naturales más ese libro, definieron, entre sus 6 y
10 años de edad, su vocación. Por esos años también comenzó a reunir una
pequeña colección de objetos de historia natural.
Años más tarde, a los 14, comenzó como colaborador del Museo
Argentino de Ciencias Naturales. A los 15 realizó sus primeras gestiones para
mejorar un museo. Y a los 22 creó la Fundación Azara, que dos décadas después
es una institución de referencia internacional en la temática de las ciencias
naturales, ambientales y antropológicas.
Desde entonces ha dedicado su vida a las ciencias naturales
y a la conservación de la naturaleza, especialmente desde la gestión
institucional. Se ha especializado en historia de las ciencias naturales en la
Argentina del siglo XX y gestión de instituciones dedicadas a la investigación
en ciencias naturales y a la conservación de la naturaleza. De hecho en opinión
de sus colegas se lo considera en ese último campo uno de los máximo referentes
del país.
La filantropía comúnmente se confunde con caridad aunque no
toda caridad es filantropía. La diferencia es que la caridad alivia los
problemas sociales, mientras que la filantropía intenta resolver esos problemas
de manera definitiva y eso es lo que intenta hacer Giacchino en su tarea diaria
silenciosa. Como decía el sabio Maimónides, es la diferencia entre dar un
pescado a un hombre hambriento y enseñarle a pescar.
Giacchino nació en la Ciudad de Buenos Aires un 24 de
febrero del año 1978 y actualmente con 41 años dirige desde hace dos décadas la
Fundación Azara.
Giachino nació en CABA en 1978
Giacchino inició los Congresos Nacionales de Conservación de
la Biodiversidad y contribuyó con la creación de carreras ambientales en
distintas universidades argentinas. Integró Comisiones Técnicas de los
Ministerios o Secretarías de Ambiente y Desarrollo Sustentable y de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, entre otros organismos
nacionales, provinciales y municipales.
Dirigió distintas colecciones editoriales como “Ciencia para
Todos” de Ediciones Continente y “Miradas de la Argentina”, una serie realizada
con el Plan de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación. Fue asesor de
la colección “Exploradores y viajeros de la Patagonia” publicada por Ediciones
Continente.
Giacchino inició los Congresos Nacionales de Conservación de
la Biodiversidad y contribuyó con la creación de carreras ambientales en
distintas universidades argentinas
Promovió desde la Fundación Azara la creación de áreas
naturales protegidas provinciales, municipales y privadas, especialmente en las
provincias de Misiones, Buenos Aires y Entre Ríos. Junto a Juan Carlos Chebez
promovió la firma del convenio entre la Administración de Parques Nacionales y
el Ministerio de Defensa de la Nación para el establecimiento de los
denominados “Espacios Nacionales de Interés para la Conservación de la
Biodiversidad” en propiedades de las Fuerzas Armadas.
Trabajó en la organización y curaduría de exhibiciones de
divulgación científica presentadas en numerosos países: España, Italia, Rusia,
Singapur, Tailandia, Israel, Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Ecuador,
Bolivia, Uruguay, Colombia y Brasil.
Propició con una gran mirada federal y en conjunto con
distintos organismos y actores la refuncionalización del Centro de Rescate,
Rehabilitación y Recría de Fauna Silvestre Güirá Oga en Puerto Iguazú,
Misiones; la creación del Paisaje Protegido Delta Terra y su pequeño Centro de
Rescate de Fauna Silvestre Rioplatense en la primera sección de islas del delta
del Paraná, Tigre, Buenos Aires; la puesta en valor del sitio arqueológico
incaico El Shincal de Quimivil en Londres, Catamarca; la creación del Centro de
Información de Fauna Marina del Golfo San Matías en Las Grutas, Río Negro; la
restauración de la Casa Jacobacci y su inauguración como Museo de Ciencias Naturales
y Antropológicas de la Costa Patagónica “Ing. Guido Jacobacci” en San Antonio
Oeste, Río Negro; la creación del Museo Folklórico de Londres, Catamarca; la
puesta en valor del Parque Arqueológico La Tunita en Ancasti, Catamarca; la
reinauguración del Museo de Ciencias Naturales y Arqueología “Prof. Manuel
Almeida” en Gualeguaychú, Entre Ríos; la creación del Museo de Ciencias
Naturales de Miramar en General Alvarado, Buenos Aires; la próxima inauguración
del Museo de Historia Natural de San Martín de los Andes, Neuquén; entre muchos
otros proyectos.
Trabajó en la organización y curaduría de exhibiciones de
divulgación científica presentadas en numerosos países: España, Italia, Rusia,
Singapur, Tailandia, Israel, Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Ecuador,
Bolivia, Uruguay, Colombia y Brasil.
Fue co-productor en la serie “Creando bestias prehistóricas”
que contó con apoyo del INCAA. Fue asesor técnico de la serie “Área 23”
producida para Tecnópolis TV, co-productor de la Campaña “Huella Ecológica”
junto al Estudio Gaby Herbstein y co-productor de la serie “Naturalistas
Viajeros” para canal Encuentro. Participó en el documental sonoro “Félix de
Azara, la evolución de un naturalista de frontera” realizado por la Radio
Nacional de España.
Desde la Fundación Azara, promovió junto a un equipo
seleccionado -de investigadores, naturalistas, técnicos y gestores culturales-
el descubrimiento de 75 especies fósiles y vinientes nuevas para la ciencia; el
desarrollo de un centenar de proyectos de investigación y conservación; el
apoyo a proyectos de más de doscientos investigadores y naturalistas
pertenecientes a diversas universidades, centros de investigación y otras
organizaciones no gubernamentales de la Argentina y países limítrofes; el
rescate y atención a más de 4.000 de animales silvestres víctimas
principalmente de accidentes viales y del tráfico ilegal; la creación de más de
una decena de reservas naturales; la creación de seis nuevos museos; la puesta
en valor de sitios arqueológicos en el noroeste argentino; la formación de una
colección científica de más de 200.000 objetos de historia natural que
conforman un patrimonio científico y cultural de relevancia nacional; la
edición de más de trescientos libros de ciencia y naturaleza; el acercamiento
de más de trescientos mil jóvenes a las diferentes actividades educativas; la
visita de más de cinco millones de personas en el mundo a las exhibiciones
itinerantes sobre temas científicos.
Su trayectoria joven hace recordar -aunque desde luego con
una mirada de compromiso social del siglo XXI- a las figuras del botánico
Miguel Lillo o del perito Francisco P. Moreno, esos hombres de exploración y
ciencia que se comprometieron profundamente con el progreso del país, propiciando
instituciones dedicadas al conocimiento y la educación de nuestra sociedad.
En el contexto mundial de preocupación creciente por la
problemática ambiental que atraviesa todo el Planeta, su ardua tarea silenciosa
en este extremo austral del mundo cobra más relevancia y vigencia que nunca.
Fuente A24.