Sus restos
fueron encontrados hace más de 100 años cuando se realizó la construcción del
zoológico porteño, pero se perdió el rastro de estos fósiles poco después. Un
grupo del Museo Argentino de Ciencias Naturales volvió a descubrir a este
ejemplar en 2018 y recientemente publicó su estudio.
El
paleontólogo Federico Agnolin del MACN indicó a la Agencia CTyS-UNLaM que “hace
unos 6000 años, un mar bastante cálido llamado querandinense invadía gran parte
del territorio de la provincia de Buenos Aires y es así que este lobo marino había
nadado hasta estos sitios”.
De la investigación también participó la Fundación Azara y el CONICET. “Es interesante cómo fue cambiando el clima, la topografía e incluso la geografía de la Ciudad en el transcurso de los últimos miles de años “, comentó el autor principal del estudio publicado en la revista científica Urbania.
De la investigación también participó la Fundación Azara y el CONICET. “Es interesante cómo fue cambiando el clima, la topografía e incluso la geografía de la Ciudad en el transcurso de los últimos miles de años “, comentó el autor principal del estudio publicado en la revista científica Urbania.
El doctor
Agnolín agregó que “hoy en día, los restos de este mar los podemos ver en
algunas excavaciones que se hacen en edificios del centro, como por ejemplo en
Palermo, e incluso en la reserva ecológica de la Costanera Sur, donde en
ocasiones el río remueve ese mar antiguo y reflota restos de conchillas y otros
elementos”.
El
paleontólogo especificó que “Eduardo Holmberg, quien iba a ser el primer
director del zoológico, recorría las excavaciones en donde se iban a poner las
piletas para cocodrilos y allí vio un huesito que apareció en una capa de arena
a un par de metros de profundidad”.
Holmberg
percibió que era un hallazgo importante y le envió el material a Florentino
Ameghino, quien era el paleontólogo más importante de aquella época y fue clave
en la historia en esta área de investigación para Argentina y América.
“En
reconocimiento a quien había sido su descubridor, Florentino Ameghino nombró a
esta nueva especie como Arctocephalus
holmbergi ”, indicó Agnolin. Y agregó: “Pero, poco después, se perdió
el registro de donde estaban este resto fósil y este pequeño lobo marino pasó perdido más de cien años en el MACN, hasta ahora que lo reencontramos y pudimos reestudiarlo”.