El Parque GeoPaleontológico
Proyecto Dino, en Neuquén, pertenece a la Universidad Nacional del Comahue y
ofrece la posibilidad de estar en un ambiente con fósiles de hasta 100 millones
de años atrás. Con guías que orientan, el recorrido permite ser testigo de las
excavaciones de los científicos
A 90
kilómetros de la ciudad de Neuquén, en el
suroeste de la Argentina, existe el único parque a cielo abierto de Sudamérica
en el que se puede caminar, disfrutar y remontarse al pasado de hace 100
millones de años, cuando los seres humanos todavía no existían en el planeta.
Es un espacio para desconectarse
de las preocupaciones y del celular, y encontrarse con rocas que fueron parte
del supercontinente que luego se fragmentó, y sorprenderse con las historias de
vida de los dinosaurios, cocodrilos, reptiles voladores y tortugas de otros
tiempos. Además, la recorrida por el Parque
GeoPaleontológico Proyecto Dino permite ser testigo directo del trabajo
de científicos que hoy se encuentran en el lugar para excavar y extraer los
restos de un dinosaurio herbívoro.
"Generalmente, los
resultados de la investigación científica quedan entre colegas. Pero a través
del Parque GeoPaleontológico tenemos la posibilidad de compartir con la
comunidad los resultados de muchos hallazgos de dinosaurios y otras especies
menos conocidas. Yo soy feliz al sentir que puedo volcar mis años de
investigación en este parque y ver que la gente viene, observa, recorre,
pregunta y se saca todas las dudas", contó a Infobae el doctor Jorge
Calvo, a cargo del Parque, investigador en paleontología y profesor de
la Universidad Nacional del Comahue.
Una vista
general del Parque GeoPaleontológico, Proyecto Dino. Está compuesto por
galpones, containers y tráilers, donde se ubican un Centro educativo,
científico y cultural administrado por la Universidad Nacional del Comahue para
el desarrollo de las Ciencias Geológicas y Paleontológicas
El Parque, de 130 hectáreas, se
ubica en el kilómetro 65 de la Ruta
Provincial 51. Es un emprendimiento científico que comenzó en el año
2002 a través de las investigaciones que llevaba a cabo el equipo de Calvo.
Estuvo cerrado por limitaciones de fondos, pero en 2018 volvió a abrirse para
todos los curiosos que quieran acercarse a un ambiente que permaneció casi
inalterado desde hace millones de años, con mesetas de color rojizo y un
imponente lago. Sólo se puede entrar con guías.
Paleontólogos y geólogos han
estudiado el lugar, que está al norte del lago Barreales, y encontrado más de 1.100 piezas fósiles de vertebrados y
alrededor de 300 restos vegetales. También se han recuperado restos de
moluscos de agua dulce. Entre los restos de animales, se han hallado desde
piezas de menos de 1 centímetro hasta otras que superan los 2 metros de
longitud.
Una
réplica de la cabeza del dinosaurio Giganotosaurus, que quiere decir “lagarto
con diente de tiburón”. Fue uno de los dinosaurios carnívoros más grandes del
mundo. Medía 15 metros de largo y 5 metros de altura. Cazaba en manada a gran
velocidad
Se recorre luego la excavación
del sitio Futalognko, un lugar
que aún está en actividad y que es reconocido mundialmente que preservó los
restos del "jefe gigante de los dinosaurios", el Futalognkosaurus
dukei. Su nombre proviene de la lengua mapuche, y fue un titanosaurio de
cuello largo, fuerte y carnoso, que vivió hace 93 millones de años en la
Patagonia. Sus restos fueron descubiertos por el equipo de Calvo en el año
2000. "Es uno de los dinos gigantes más completos que se haya encontrado
hasta hoy", según el libro Dinosaurios del fin del mundo, de
Federico Kukso y Jorge A. González.
También se pueden ver los restos
de otros dinosaurios como Megaraptor namunhuaiquii, que quiere decir
"Ladrón gigante con lanza en el pie", con una garra en la mano de 43
centímetros de largo, que fue una especie de terópodo carnívoro descrita por el
científico Fernando Novas en 1998. O asombrarse con Unenlangia paynemili,
que el equipo de Calvo descubrió en 2004. En el 2017 se descubrió un reptil
volador al que se lo llamó Argentinadraco barrealensis.
Jorge
Calvo y asistente en el Laboratorio de Preparación de fósiles del Parque
GeoPaleontológico. Allí los investigadores separan con un martillo los fósiles
que encuentran de la roca que los rodea. En la foto, están trabajando con
restos de una tortuga de 80 millones de años
Recientemente, se agregó una
nueva especie a la lista de dinosaurios de la zona. Le llamaron Baalsaurus
mansillai, y es otro dinosaurio saurópodo titanosaurio de Neuquén. Su
cráneo habría medido 40 centímetros de largo. Baalsaurus hace referencia al
yacimiento paleontológico Baal, ubicado a 800 metros del Proyecto Dino. Incluye
"mansillai" como un reconocimiento al técnico Juan Mansilla, que encontró muchísimos restos fósiles y es
preparador del Museo de Geología y Paleontología de la Universidad Nacional del
Comahue. "Por su dentición, se demuestra que estos dinosaurios herbívoros
abrían la boca y ya entraba la rama del árbol con sus hojas. La cerraban y las
hojas quedaban adentro. Las ramas, en cambio, peladas. Eso mejoraba la calidad
de los nutrientes que los dinosaurios ingerían, ya que no poseían muelas y no
masticaban la comida".
Más adelante se visita la
excavación Babilonia del Parque,
donde hoy los paleontólogos están haciendo el trabajo de excavación e
identificando un dinosaurio herbívoro desconocido, cuyos restos están en la
ladera de la meseta. Allí también han aparecido raíces de plantas de dos metros
de largo, dientes de carnívoros, invertebrados, como pelecípodos y ostrácodos.
"Los estudios indican que el ambiente era un paleosuelo con mucha agua
hace 90 millones de años", resaltó el doctor Calvo.
Los
restos originales del dinosaurio Futalognkosaurus, con una imagen del paisaje
que lo rodeó. Este dinosaurio es uno de los gigantes más completos que se hayan
encontrado en el mundo. Medía 13 metros de altura, y pesaba 50.000 kilos. Vivió
hace más de 90 millones de años. Se defendía con un cuello con espinas
El asombro también se produce
dentro del Parque cuando se pisa el laboratorio donde se preparan los fósiles y
luego se recorre el Museo de Geología y
Paleontología, que incluye los fósiles originales y las réplicas de
muchos de los hallazgos que se han realizado en la zona.
Consultado por Infobae, el paleontólogo Sebastián
Apesteguía, investigador del Conicet en la Universidad Maimónides y de la
Fundación Azara, opinó: "Toda actividad que represente una acción de toma
de conciencia sobre el trabajo paleontológico real en la Argentina tiene que
ser valorado y apoyado. Siempre consideré que el Parque GeoPaleontológico fue
una idea positiva y un esfuerzo titánico. Sus creadores sacrificaron no solo
sus vidas personales -ya que no es un sitio del que se pueda ir y volver en el
día-, sino parte de su carrera científica. Los visitantes se van felices,
motivados e informados. El Parque debería ser replicado en otras provincias".
Para visitar el Parque
GeoPaleontológico, la entrada de acceso cuesta 250 pesos. Para jubilados, sale
125 pesos y los menores de 12 años pagan 80 pesos. Para extranjeros, la entrada
es de 500 pesos. El Parque se encuentra en tierras de la comunidad mapuche
Paynemil, con la cual los científicos van a trabajar en conjunto para el
desarrollo sustentable del emprendimiento. Fuente Infobae- Viajes- Valeria Román. Imágenes internet.