Durante el Jurásico ocurrieron dos de las radiaciones más
importantes de vertebrados pisciformes: la de los Neoselachii y la de los
Teleostei. De hecho, se constituyó en un momento de diversificación y origen de
muchos de los grandes grupos actuales Descubiertos en las proximidades de Cerro
Cóndor en el Rió Chubut, Argentina.
Hubo una gran actividad volcánica durante el Jurásico,
donde se pueden hallar miles de fósiles de peces Teleósteos fosilizados que
vivieron en un antiguo lago, los cuales repentinamente quedaron sepultados por
varias toneladas de cenizas volcánicas que cayeron al agua. Las improntas
perfectamente conservadas de estos animales permiten comprobar las similitudes
que poseen con las formas actuales, a pesar de un intervalo de 150 millones de
años que han transcurrido desde que murieron en estas regiones de Patagonia y
Cuyo.
Aparentemente estas formas de peces fueron tan exitosas
en su poder adaptativo en el medio ambiente que no tuvieron que codificar su
biología a lo largo de varios millones de años hasta la actualidad, manteniendo
la estabilidad de sus genes, preservando formas y tamaños a pesar de las
miles de generaciones que pasaron por este tiempo.
La especie destacada entre otras es Tharrias feruglioi,
incluido entre los peces teleósteos (Teleostei) son una de las tres infraclases
de la clase Actinopterygii de peces óseos. Agrupa a peces de esqueleto óseo con
vértebras completas y bicóncavas, cola homocerca, escamas cicloideas o
ctenoideas, y vejiga natatoria habitualmente presente.