Los icnotaxones son
nombres usados por los icnólogos para identificar y distinguir huellas fósiles
morfológicamente diferentes. Para mantener separada la nomenclatura de los
fósiles corporales de la de las estructuras etológicas, se crearon los
icnotaxones (icnogéneros e icnoespecies) para denominar estas.
Los icnotaxones tienen
un tratamiento particular en la nomenclatura zoológica, es decir, las huellas dejadas
por el género y especie, en este caso una variedad de Trilobites del
Paleozoico, puede provocar la identificación de tres comportamiento, los cuales
se convierten en una actividad icnológica.
También podemos decir
que un solo organismo puede generar más de una icnofosil según su
comportamiento. Un ejemplo clásico y valido es el Trilobite. Así tanto los
icnofósiles denominados Cruziana que aparecen como rastros
bilobulados, como Diplichnites con rastros formados por
impresiones de apéndices fueron realizados durante el desplazamiento de estos
invertebrados por el fondo arenoso, el primero mientras removía el sedimento en
busca de alimento y el segundo mientras se movía sobre él.
De igual modo este
mismo organismo puede producir los rastros llamados Rusophycus al
descansar sobre el lecho marino y Cheiichnus al descansar en el
fondo de galerías excavadas. Es así que una especie de Trilobite como Thysanopyge
taurinu, pueden generar unos cuatro icnogeneros con sus
respectivas icnoespecies.