Era un animal más robusto y corpulento que un caballo, de
miembros largos, con tres dedos en cada pie, como los tapires, un cuello largo
como el de una jirafa, cuyo nicho ecológico ocupaba con formas intermedias que recuerdan
al okapi y un cráneo pequeño y provisto, en vida, con una corta trompa parecida
a la de un tapir.
Estos macrauquénidos son una familia extinta de mamíferos
placentarios del orden Litopterna perteneciente al superorden
Meridiungulata. La dentadura de todo el grupo presenta la dotación de los
primeros mamíferos, con 44 dientes.
El nicho ecológico fue posteriormente ocupado por
litopternos de mayor tamaño y en la actualidad en parte por el guanaco.
Imagen, Cráneo de Oxyodontherium zeballosi, exhibido en
el Museo de Cs Naturales y Antropológicas de Mendoza.