jueves, 9 de agosto de 2018

Ceratopetalum edgardoromeroi, un fruto seco del Eoceno de Chubut.


Recientemente acaba de darse a conocer los resultados de un estudio realizado por paleobotánicas de Argentina y Estados Unidos, sobre el fósil de una flor madura (en realidad un fruto seco) que, con sus cinco tépalos leñosos a modo de hélice, habría tenido una estrategia similar para dispersar sus semillas.
Estos fósiles tienen una antigüedad de 50 millones de años, y fueron  hallados en el noroeste de Chubut. El fósil corresponde a la familia de las Cunoniáceas, cuya distribución actual incluye Sudamérica y otras regiones distantes del Hemisferio Sur.
Algunos representantes actuales de esta familia en Patagonia incluyen la Tiaca y el Tineo que crecen en zonas muy húmedas a ambos lados de la Cordillera de los Andes. El estudio reveló que el fósil corresponde a un grupo de Cunoniáceas que actualmente crece solo en Oceanía denominado Ceratopetallum (por tener flores con pétalos en forma de astas de ciervo).
Este nuevo hallazgo corresponde al registro más antiguo para este grupo y al único registro fósil del mismo fuera de Oceanía. A su vez, es un nuevo aporte a la evidencia de la conexión terrestre entre Patagonia y Oceanía, a través de la península Antártica, para ese momento de tiempo.
Del ensamble de toda esta información fue posible deducir que entre 50 a 60 millones de años atrás la Patagonia gozó de climas tropicales y húmedos. Posteriormente tuvo lugar la desconexión terrestre entre Patagonia y Península Antártica lo cual permitió establecer una nueva corriente marina que rodea el continente antártico (incluso hasta nuestros días) y cuyo accionar generó el aislamiento de las temperaturas entre el polo y el ecuador.
Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/eoceno.htm

miércoles, 8 de agosto de 2018

Titanopodus mendozensis, el gigante cretácico que dejo sus huellas en Mendoza.




Es un icnotaxón  (es decir, un animal solo conocido por sus huellas) de dinosaurio del Cretácico Superior encontrado en estratos de la Formación Loncoche, en la Provincia de Mendoza.
Estas huellas fósiles (icnitas) fueron producidas por saurópodos titanosaurios de 10 a 13 metros de longitud, los que se desplazaban en manadas hace 72 millones de años sobre llanuras deltaicas.
Estos ambientes litorales se vinculan con una ingresión marina procedente del Atlántico que cubrió el norte de la Patagonia y llegó hasta el sur de Mendoza, cerca de la actual Cordillera de los Andes. Estas huellas fósiles fueron localizadas por el paleontólogo mendocino Bernardo J. González Riga y publicadas en conjunto con Jorge Calvo en el año 2009.
Estudios posteriores permitieron estimar el tamaño de los dinosaurios productores de estas huellas y la velocidad de desplazamiento, entre 4-7 y 4-9 kilómetros por hora Titanopodus mendozensis constituye un excelente caso para estudiar el estilo de locomoción de los titanosaurios, caracterizados por una rastrillada "ancha", donde las huellas izquierda y derecha se encuentran muy separadas de la línea media.
 

martes, 7 de agosto de 2018

Aondelphis talen, una nueva especie de delfín del Mioceno de Chubut.


 

Es un delfín pequeño, de aproximadamente dos metros. Fue bautizado como Aondelphis talen -que en lengua tehuelche significa delfín del sur pequeño- por haber sido hallado en la provincia de Chubut. “Si bien los restos que analizamos son bastante fragmentarios, los huesos del oído permitieron determinar que se trata de una especie nueva”, asegura la becaria doctoral Mariana Viglino, miembro del Grupo de Paleontología y Paleoambientes del Neógeno Marino Patagónico del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP-CONICET) (Argentina).

El animal estudiado, que habitó los mares patagónicos hace unos 20 millones de años, pertenece a la superfamilia Platanistoidea, un grupo que fue muy diverso en el pasado, según se infiere por la gran cantidad de especies fósiles que se encontraron a lo largo del tiempo y en diferentes lugares del mundo. Sin embargo, en el presente, este grupo se encuentra representado por una sola especie, que es Platanista gangetica: el delfín del río Ganges de la India.

“Este animal nos aporta una nueva pieza para comenzar a responder el interrogante evolutivo de cómo un grupo que hace 20 millones de años era sumamente diverso, actualmente presenta una sola especie y ya no vive en el mar, ni en el hemisferio sur, sino en ríos del hemisferio norte. El registro fósil de este grupo que se fue encontrando en las últimas décadas en Patagonia es muy importante para la ciencia”, señala Viglino.

Las características anatómicas del oído que presentaban los restos óseos de este delfín permiten suponer que Aondelphis talen contaba con la habilidad de la ecolocalización, una característica fundamental que también se observa en los delfines actuales. “Para estos animales, desde el punto de vista adaptativo, la audición es clave. Tienen una vista muy limitada y esta capacidad les permite percibir el entorno a través del eco que se produce en los objetos tras el sonido que emiten los delfines para guiarse”, describe la investigadora asistente del IPGP-CONICET y miembro del grupo, Mónica Buono.

El equipo multidisciplinario de científicos del que Viglino y Buono forman parte busca obtener información adicional no sólo del animal colectado, sino del entorno y el ambiente que habitó. Para esto se están iniciando estudios geológicos.

 “El análisis de los sedimentos en los que se encontraban depositados los restos va a precisar con mayor exactitud su antigüedad y aportará datos sobre el ambiente y la fauna. Asociados a los cetáceos encontramos una gran diversidad de invertebrados, como moluscos, equinodermos, crustáceos, entre otro. Existe una diversidad de fauna que habitaba el mismo ambiente que este delfín y que aporta valiosa información”, explica el geólogo e investigador asistente del IPGP-CONICET y miembro del equipo, José Cuitiño. (Fuente: CONICET/DICYT).

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm 



lunes, 6 de agosto de 2018

Caypullisaurus bonapartei, el reptil marino del Jurásico de Patagonia.



Los últimos Ictiosaurios fueron muy grandes, algunos como ballenas. Uno de ellos fue hallado en la Provincia de Chubut.  Mide más de 8 metros de largo y se encuentra exhibido en la sala del departamento de Paleontología de vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires, aunque también existían formas que no superaban el metro. 
Esta especie en particular fue un reptil marino y guarda cierta semejanza con los delfines, pues a pesar de los millones de años que separan a estas especies, ambas cubrían el mismo nicho ecológico, y es probable que este magnífico animal se halla alimentado de otros reptiles como los Plesiosaurios, peces y dinosaurios que se aventuraban a las playas de marea baja.
Sus aletas traseras eran considerablemente más pequeñas que las delanteras. Los huesos de la mayor parte de la aleta delantera se derivan de los huesos normales de dedos que se han encontrado en todos los vertebrados terrestres, pero en ellos hay muchos más. Mientras normalmente un vertebrado terrestre tiene de 3 a 4 falanges por dedos, algunos Ictiosaurios tenían de 20 a 25 falanges.
Se extinguió al final del Cretácico. Si bien la Patagonia Argentina tiene algo mas de un centenar de sitios donde se han hallado este tipo de reptil marino, recientemente se han descubierto formas nuevas en sedimentos de la Quebrada de Romoredo al sur de la Provincia de Mendoza. Otro ictiosaurio conocido es Mollesaurus periallus, recuperado en la Cuenca Neuquina. Caypullisaurus, este espécimen consta del cráneo y mandíbulas completas, vértebras troncales anteriores y posteriores, y algunas costillas.
El cráneo se encontró articulado con la columna vertebral. Como es muy frecuente en los ictiosaurios, las características estructurales del cráneo contribuyen a que no se preserve en tres dimensiones. Este ejemplar se depositó sobre su cara derecha, por lo que su cara izquierda es la que se ha preservado con todos sus elementos en posición natural y con una deformación mínima.

Esta condición ha permitido la obtención de los coeficientes craneanos cuyos valores son comparables con los del holotipo de Caypuflisaurus bonapartei. Entre los caracteres más conspicuos de este material se destacan la gracilidad del rostro y la amplia reducción de la dentición. La longitud mandibular es de 1,57 m. Cabe destacar que hasta el presente, este ejemplar es el de mayor tamaño referible a esta especie.

domingo, 5 de agosto de 2018

Fósiles de un extraño animal prehistórico cerca de un campo de Golf.




El Museo Municipal de Miramar  ha recuperado restos fósiles de una extraña criatura prehistórica de 3 millones de años en las inmediaciones de la cancha de golf local en 2016. Al parecer se trata de vértebras, costillas, huesos largos y parte de un cráneo de un Promacrauchenia, (también se lo puede nombrar como Promacrauquenia) un gran herbívoro ya extinto, que vivió en la región pampeana hace unos 3 millones de años.
El material, el cual es sumamente frágil, se encontró en sedimentos correspondientes al Plioceno, época que reinaban mamíferos y aves de gran tamaño, con un clima y ambiente similares al monte chaqueño actual, comenta Daniel Boh, encargado del museo. La forma del cuerpo de Promacrauchenia recuerda al de un camello con trompa; alcanzaba los 1,6 metros de altura y 2,5 de largo con un peso de unos 500 kilos.

Su trompa corta le serviría de labio prensil (como el tapir), para permanecer sumergido, acondicionar el aire y como herramienta de uso general.
Comparten muchas adaptaciones morfológicas con los jiráfidos, con los cuales no estaban relacionados, considerada como una convergencia adaptativa o evolución paralela, sostuvo Mariano Magnussen, integrante del citado museo. Promacrauchenia es uno de los muchos grupos de mamíferos “ungulados sudamericanos extintos” que poblaron América y de los cuales no queda ningún descendiente vivo.

Los macrauquénidos evolucionaron en total aislamiento en el continente-isla de Sudamérica, desde animales herbívoros de poca alzada, hasta especies de gran tamaño y peso. El Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, ya había recuperado distintos restos de un representante más moderno, denominado Macrauchenia, el cual, aparece en varias oportunidades en la película La Era de Hielo.
Pero este nuevo espécimen es un género más antiguo, del cual aún no se había hallado evidencias en nuestra ciudad. Este ejemplar  se sumara a la magnífica y variada colección de la institución.

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm