Los últimos Ictiosaurios fueron muy grandes, algunos como
ballenas. Uno de ellos fue hallado en la Provincia de Chubut. Mide más de
8 metros de largo y se encuentra exhibido en la sala del departamento de Paleontología
de vertebrados del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires,
aunque también existían formas que no superaban el metro.
Esta especie en particular fue un reptil marino y guarda
cierta semejanza con los delfines, pues a pesar de los millones de años que
separan a estas especies, ambas cubrían el mismo nicho ecológico, y es probable
que este magnífico animal se halla alimentado de otros reptiles como los
Plesiosaurios, peces y dinosaurios que se aventuraban a las playas de marea
baja.
Sus aletas traseras eran considerablemente más pequeñas
que las delanteras. Los huesos de la mayor parte de la aleta delantera se
derivan de los huesos normales de dedos que se han encontrado en todos los
vertebrados terrestres, pero en ellos hay muchos más. Mientras normalmente un
vertebrado terrestre tiene de 3 a 4 falanges por dedos, algunos Ictiosaurios
tenían de 20 a 25 falanges.
Se extinguió al final del Cretácico. Si bien la Patagonia
Argentina tiene algo mas de un centenar de sitios donde se han hallado este
tipo de reptil marino, recientemente se han descubierto formas nuevas en
sedimentos de la Quebrada de Romoredo al sur de la Provincia de Mendoza. Otro
ictiosaurio conocido es Mollesaurus periallus, recuperado en la
Cuenca Neuquina. Caypullisaurus, este
espécimen consta del cráneo y mandíbulas completas, vértebras troncales
anteriores y posteriores, y algunas costillas.
El cráneo se encontró articulado con la columna
vertebral. Como es muy frecuente en los ictiosaurios, las características
estructurales del cráneo contribuyen a que no se preserve en tres dimensiones.
Este ejemplar se depositó sobre su cara derecha, por lo que su cara izquierda
es la que se ha preservado con todos sus elementos en posición natural y con
una deformación mínima.
Esta condición ha permitido la obtención de los
coeficientes craneanos cuyos valores son comparables con los del holotipo de Caypuflisaurus
bonapartei. Entre los caracteres más conspicuos de este material
se destacan la gracilidad del rostro y la amplia reducción de la dentición. La
longitud mandibular es de 1,57 m. Cabe destacar que hasta el presente, este
ejemplar es el de mayor tamaño referible a esta especie.