El equipo de
paleontología del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de
Comahue (Unco), realizó este miércoles 12 de junio en Neuquén el rescate de
restos fósiles correspondientes a un dinosaurio saurópodo. Los restos fueron
hallados por un estudiantes de geología de la Facultad de Ingeniería mientras
realizaban salidas de campo con un profesor. Ahora el nuevo grupo que trabaja
para juntarlos está coordinado por los paleontólogos Juan Porfiri y Doménica
Dos Santos, y cuenta con la participación de un grupo de alumnos de la casa de
altos estudios.
Porfiri fue quien comunicó del hallazgo a la dirección de
patrimonio de la provincia de Neuquén y gestionó los permisos necesarios para realizar el
rescate, según consignó el sitio Mejor Informado.
Características.
Los restos pertenecen a un dinosaurio saurópodo. Aún no se sabe la magnitud que
podría tener dicho hallazgo ya que se encuentra en un área que fue erosionada
por el viento y la lluvia, y además se trata de un espacio de continuo paso de
deportistas. Es por esto que se determinó comenzar con el rescate de los mismos
cuanto antes.
El campus de
la universidad donde se produjo el hallazgo,se encuentra emplazado sobre rocas
sedimentarias de la Era Mesozoica, en una zona donde ya se encontraron restos
fósiles en más de una oportunidad y no sólo de dinosaurios sino además restos
de cocodrilos; serpientes; aves y huevos de aves.
Neuquén es
uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo. La variedad de
dinosaurios descubiertos en la provincia abarca tanto especies herbívoras como
carnívoras, pertenecientes a distintos grupos y con distintas características.
Los restos hallados hasta ahora indican que estas tierras, hoy casi desérticas,
de bardas y cañadones, fueron -en alguna época muy lejana- un imperio gobernado
por dinosaurios. El Museo Paleontológico de la Universidad Nacional del Comahue
cuenta con una destacable colección de éstos fósiles.
Otro
hallazgo. En febrero de 2019 hallaron también en Neuquén restos de un
dinosaurio que tenía una peculiaridad: se defendía con sus espinas. Se trata de
una nueva especie de que vivió hace 140 millones de años, dotado de espinas
defensivas en el cuello y espalda, perteneciente a la familia de los
dicreosáuridos y bautizado Bajadasaurus pronuspinax.
"Creemos
que las largas y puntiagudas espinas, extremadamente largas y finas, en el
cuello y la espalda de Bajadasaurus y Amargasaurus cazaui (otro dicreosáurido)
debían servir para disuadir a posibles predadores", aseguró en esa ocasión
Pablo Gallina, investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (Conicet) y la Fundación Félix de Azara de la
Universidad Maimónides. Fuente www.perfil.com