sábado, 25 de abril de 2020

Hallan los restos fósiles de una Tortuga en el Pleistoceno de Entre Ríos.





Las tortugas son un grupo muy particular de reptiles, porque poseen la cabeza, patas y cola incluidas en un caparazón dorsal y plastrón ventral. 

Hace poco tiempo atrás, fueron hallados restos de una tortuga terrestre que vivió durante el Pleistoceno, hace unos 30 mil años antes del presente.

La misma fue hallada por César Travieso y Raúl Kemer, en los barrancos que afloran en las márgenes del arroyo Barrenechea, próximo a la localidad entrerriana de Diamante, correspondientes a la Formación Geológica Salto Ander Egg.
El hallazgo se produjo en febrero último, siendo extraída y preparada para su preservación. Aunque aún no fue debidamente estudiada, reguarda muchas semejanzas con Chelonoidis denticulata, actualmente representada por la tortuga de “patas amarillas”, y se lo notifico al reconocido investigador regional Jorge Noriega.
Chelonoidis denticulata es mucho mayor que su pariente, Geochelone carbonaria, y es la mayor tortuga terrestre continental de toda América del Sur. Su caparazón mide de 50 a 65 cm en los machos y entre 65 cm y 75 cm en las hembras.
El posible hábitat  de estas tortugas debido ser muy semejante a las de la actualidad, por lo cual son referentes paleoambientales y paleoclimaticos. Algunos expertos consideran que su hábitat son los pastos y los bosques secos tropicales y subtropicales, y que el hábitat de la selva tropical es marginal.
Esta tortuga se alimentaria de hierbas, hojas y frutas tropicales. Además comerían caracoles, gusanos e insectos.