Utilizamos como ejemplo, un mamífero marsupial extinto,
llamado Thylacosmilys atrox, o marsupial dientes de sable.
Unas de las condiciones imprescindibles para que el
proceso de fosilización pueda tener lugar, es que el organismo muerto sea
sepultado con rapidez bajo una cantidad importante de sedimento blando (arena,
lodo, limo..), o otra “cavidad”, lo cual lo mantendrá físicamente (pero
provisionalmente) a salvo de agentes externos.
Posteriormente, la suerte de fosilizar depende esencialmente
de dos disparadores: El biotopo donde se encuentra el organismo y su estructura
íntima. Para que el fósil se vaya formando, se tiene que instaurar un
equilibrio químico entre las materias orgánicas y el estrato de sedimento que
lo aprisiona en el largo transcurso de la diagénesis, proceso muy contado que
necesita la conjunción excepcional de múltiples parámetros, porque cuando un
organismo muere, lo más habitual, es que las sustancias que lo componen
sean casi inmediatamente reutilizadas en las cadenas alimenticias, devoradas
por depredadores, insectos, descompuestas por bacterias, alteradas por el
oxígeno …
Las condiciones climáticas participan a la destrucción del
cadáver (lluvias, calor, heladas….), sin embargo, ciertas condiciones
climáticas pueden conducir a una preservación excepcional del animal o vegetal.
Por último, en el transcurso de la diagénesis, es necesario
que los sedimentos que encierran los fósiles no sean sometidos a fenómenos algo
brutales orquestados por ejemplo por los movimientos de la corteza terrestre y
sean demasiado comprimidos, o plegados… , y que también no sean expuestos a
agentes físicos muy erosivos (corrientes, olas, viento… aunque la erosión
resulta necesaria para sacar el fósil a la superficie) o temperaturas elevadas,
lo que produciría su alteración o destrucción. Son tantos factores
negativos que reducen las posibilidades de fosilizar.
Aunque en algunos biotopos terrestres el volumen de
sedimento desplazado puede ser también importante, éste no llega forzosamente a
captar y sepultar con “suavidad” cantidad de organismos como ocurre en el fondo
marino. Hay focos de fosilización continentales excepcionales pero son
muy puntuales.