lunes, 27 de abril de 2020

Proceso de fosilización de un mamífero cenozoico.

Utilizamos como ejemplo, un mamífero marsupial extinto, llamado Thylacosmilys atrox, o marsupial dientes de sable.
Unas de las condiciones imprescindibles  para que el proceso de fosilización pueda tener lugar, es que el organismo muerto sea sepultado con rapidez bajo una cantidad importante de sedimento blando (arena, lodo, limo..), o otra “cavidad”, lo cual lo mantendrá físicamente (pero provisionalmente) a salvo de agentes externos.
Posteriormente, la suerte de fosilizar depende esencialmente de dos disparadores: El biotopo donde se encuentra el organismo y su estructura íntima. Para que el fósil se vaya formando, se tiene que instaurar un equilibrio químico entre las materias orgánicas y el estrato de sedimento que lo aprisiona en el largo transcurso de la diagénesis, proceso muy contado que necesita la conjunción excepcional de múltiples parámetros, porque cuando un organismo muere, lo más habitual, es que las sustancias  que lo componen sean casi inmediatamente reutilizadas en las cadenas alimenticias, devoradas por depredadores, insectos, descompuestas por bacterias, alteradas por el oxígeno …
Las condiciones climáticas participan a la destrucción del cadáver (lluvias, calor, heladas….), sin embargo, ciertas condiciones climáticas pueden conducir a una preservación excepcional del animal o vegetal.
Por último, en el transcurso de la diagénesis, es necesario que los sedimentos que encierran los fósiles no sean sometidos a fenómenos algo brutales orquestados por ejemplo por los movimientos de la corteza terrestre y sean demasiado comprimidos, o plegados… , y que también no sean expuestos a agentes físicos muy erosivos (corrientes, olas, viento… aunque la erosión resulta necesaria para sacar el fósil a la superficie) o temperaturas elevadas, lo que produciría  su alteración o destrucción. Son tantos factores negativos que reducen las posibilidades de fosilizar.
Aunque en algunos biotopos terrestres el volumen de sedimento desplazado puede ser también importante, éste no llega forzosamente a captar y sepultar con “suavidad” cantidad de organismos como ocurre en el fondo marino. Hay  focos de fosilización continentales excepcionales pero son muy puntuales.