jueves, 9 de abril de 2020

Hallan restos fosiles de un lobezno del Pleistoceno.




El Museo de Ciencias Naturales de Miramar, preserva una interesante rama mandibular, cuya especie aun no fue determinada, pero se trataría de un ejemplar juvenil de un lobo de grandes dimensiones, que vivió durante el Pleistoceno, época donde se han registrado lobos hipercarnivoros .
El ejemplar fue hallado por Daniel Boh en 2007 y fue depositado en el museo de Miramar. Recién a principios de 2019, Mariano Magnussen del mismo Museo, se la mostro en una casual visita  al  investigador Leopoldo Soibelzon, del Museo de La Plata, una de las mayores autoridades del mundo en osos fósiles y que ha trabajado con numerosos carnívoros, y se confirmó la hipótesis principal. Soibelzon sostuvo que sin ninguna dudas, se trata de un juvenil de un Canidae, y por los molares de leche y otras características dentarios, estaría demostrando que este individuo murió antes de los tres meses de vida. Ahora, si es muy difícil encontrar un gran canido extinto en el registro fósil, imagínese un lobezno.

Seguramente su  apariencia era similar al de un lobo moderno, y pertenece a la fauna que emigro desde el hemisferio norte hace unos 2 millones de años. Su alimentación consistía principalmente de pequeños y medianos mamíferos y aves de zonas abiertas. Si bien el  registro es muy escaso y solo se lo reconoce por restos aislados, es probable que viviera en jaurías organizadas, y vínculos sociales complejos como las formas vivientes. En esta zona vivieron varios géneros y especies de considerable tamaño. Algunos de estos canidos fueron registrados en sedimentos más recientes del Holoceno, y sus colmillos o caninos fueron utilizados como collares o ajuares funerarios por grupos humanos.
Imágenes; comparación entre un la mandíbula de un Canido adulto, y abajo junto a este, la rama mandibular de un lobezno, comparados con el tamaño de una moneda. Recreación del Pleistoceno, en donde grandes canidos, como el hallado, competían por el alimento con los tigres dientes de sable (sin fuente de autor). Un lobo actual llevando a un juvenil en su boca, nos hace plantear hipótesis sobre estos individuos en nuestras tierras.