sábado, 11 de abril de 2020

Investigadores argentinos participan de la recuperación de restos fósiles de Tyrannosauroidea en Estados Unidos.





Nuevo espécimen de Tyrannosauroidea basal proveniente de la Formación Kirtland (Cretácico Superior), Bisti/de-na-zin Wilderness, New México, Estados Unidos

El técnico Jonatan Kaluza -de la Fundación Azara, el CONICET e investigador asociado a la Red Paleontológica U-Chile- dirigió junto al equipo del Dr. Luis Chiappe -del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, Estasdos Unidos- la extracción de un nuevo espécimen de Tyrannosauroidea basal (dinosauria: Coelurosauria) en rocas pertenecientes a la Formación Kirtland.
La Formación Kirtland es una unidad rocosa del Cretácico Superior (74-65 millones de años) que aflora en diversos estados del oeste de los Estados Unidos y es portadora de una gran diversidad faunística que ha sido estudiada desde inicio del siglo XX. Esta formación se caracteriza por depósitos de fangos aluviales y de bancos de arena de los muchos canales que drenan un llano costero que existió en la costa del Mar Interior de Norteamérica, a finales del Cretácico.
La expedición financiada por el Dinosaur Institute y el Natural History Museum of Los Ángeles County, tuvo como objetivo principal la búsqueda y colecta de material fósil de dinosaurios que permitiesen acrecentar las colecciones de vertebrados del actual museo.

Desde su descubrimiento en julio de 2015 y a lo largo de tres temporadas (2015-2017-2019), un equipo multidisciplinario conformado por profesionales de distintas instituciones, realizó trabajos de prospección y extracción de fósiles en uno de los cerros que forma parte del actual paisaje Cretácico del desierto de Bisti/De-Na-Zin, característico por sus arenas y rocas grises, negras, rojas y moradas. El Hallazgo se efectuó en niveles asignables a antiguos canales fluviales de baja intensidad que junto a paquetes de arcillas intercaladas con material vegetal, han preservado huesos craneales y elementos axiales pertenecientes a un nuevo ejemplar asignable a Tyrannosauroidea.

El ejemplar, hallado por los paleontólogos Pedro Mocho y Dominic D´amore, se ubica dentro de los limites del área protegida de Bisti/De-Na-Zin Wilderness y presenta un gran desafío logístico en la extracción del material fósil debido a la topografía circundante conocida por los científicos mediante el nombre de “Bad Lands” y expone severas restricciones al ingreso de vehículos en el área así como también prohíbe el uso de equipos a gasolina que son esenciales en la apertura de una excavación paleontológica (martillos demoledores, cortadora de roca y generadores).
Debido a estas regulaciones, los paleontólogos realizaron largas caminatas que van desde la entrada al área protegida hasta el yacimiento ubicado (según el GPS unos 4 kilómetros en linea recta) a 7 kilómetros de distancia, bordeando cerros, entre subidas y bajadas abruptas, acarreando sobre sus hombros todo el equipo necesario para montar una excavación paleontológica.

El nivel portador se hallaba en la altura media del cerro, y para poder extraer los fósiles que asomaban en una de las empinadas cuestas, era necesario reducir el exceso de roca superior para luego exponer el nivel con los fósiles In situ. La apertura de la excavación se realizó a punta de pala, pico y barreta con el fin de reducir el exceso de roca friable resultado de la erosión del clima, para un rápido avance en la exposición de los niveles fosilíferos, se utilizaron las gritas naturales en la roca madre como punto de debilidad y se procedió al desbaste de la superficie mediante la utilización de roto martillos a batería en remplazo de los martillos demoledores eléctricos tradicionales. Una vez expuesto el material fósil, los investigadores elaboraron un mapa detallado de cada elemento en la superficie y se procedió a la colecta por medio de bochones (recubrimiento de papel mojado y vendas enyesadas).
La utilización de camillas médicas permitió mover grandes bloques con facilidad entre la compleja topografía de bad lands que abundan en estas latitudes, estas camillas además de estar confeccionas en una tela liviana y resistente, permiten portear hasta 200 kilos de peso (los bloques colectados tienen un peso promedio de entre 5 a 80 kilos cada uno), el más grande colectado en 2017 que alberga varios elementos pertenecientes al cráneo, tiene un peso estimado de unos 180 kilos, se necesitaron 8 personas y un día entero para acarrearlo hasta los vehículos y poder así sacarlo del yacimiento.
El cierre de la excavación fue realizado mediante tareas de mapeo aéreo por medio de un Drone, que permitirá situar la excavación desde el aire generando un mapa aéreo propio y un detallado relevamiento fotográfico con el fin de documentar la evolución del sitio.
Los bloques colectados, fueron transportados al laboratorio ubicado en las instalaciones del NHMLA donde se realizaron tareas de conservación con el objetivo de liberar al fósil de la matriz de roca que lo rodea. El material luego de ser extraído del campo y preparado en detalle por los técnicos conservadores, ya se encuentra disponible para que los investigadores responsables de su estudio puedan iniciar el proceso de descripción anatómica. Fuente; Fundación Azara.