Un nuevo
género y especie de dinosaurio terópodo, denominado
Anteavis crurilongus, fue descrito por
un equipo internacional de paleontólogos de la Universidad Nacional de San Juan,
el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, la Universidad
de Birmingham, el CONICET y el CIGEOBIO.
Anteavis crurilongus habitó la Tierra
durante el Carniano del Triásico Tardío, hace aproximadamente entre 231 y 226
millones de años. Este pequeño depredador medía cerca de 1,2 metros de longitud
y pesaba entre 8 y 9 kilogramos.
La nueva especie corresponde a
un terópodo de divergencia temprana, ubicado fuera del clado Neotheropoda,
aunque presenta de forma inesperada una serie de características que hasta ahora
se consideraban exclusivas de ese grupo.
“Se trata de uno de los
dinosaurios más antiguos y primitivos conocidos hasta el momento”, señaló el Dr.
Ricardo Martínez, de la Universidad Nacional de San Juan, junto a su equipo de
investigación.
“La temprana diversificación
de los dinosaurios produjo profundos cambios ecológicos en los ecosistemas
terrestres, que culminaron con comunidades de tetrápodos dominadas por
dinosaurios hacia el límite Triásico–Jurásico, hace unos 201 millones de años”,
explicaron los especialistas. “Por ello, estudiar estas primeras etapas
evolutivas es fundamental para comprender el establecimiento de los ecosistemas
mesozoicos”.
Sin embargo, los científicos
advierten que la escasez de registros fósiles estratigráficamente continuos en
las unidades geológicas que preservan los dinosaurios más antiguos —de entre 233
y 227 millones de años— dificulta reconstruir con precisión este proceso inicial
de diversificación.
Los restos fósiles de
Anteavis crurilongus, consistentes en
un esqueleto parcial junto con un cráneo relativamente completo, fueron
desenterrados en 2014 en la Formación Ischigualasto, en el noroeste argentino.
“Existen muy pocos lugares en
el mundo que conserven fósiles tan antiguos y bien preservados”, explicó el Dr.
Martínez. “Uno de ellos es la Formación Santa María, en el estado brasileño de
Rio Grande do Sul, y el otro es la Formación Ischigualasto, en Argentina”.
Esta especie vivió en un
ambiente de sabana cálida y árida, aproximadamente dos millones de años después
del denominado Episodio Pluvial Carniano, un intervalo de mayor humedad que
marcó cambios climáticos significativos a escala global.
“El análisis de la fauna de
Ischigualasto demuestra que la diversidad y abundancia de dinosaurios fue mayor
de lo que se había reconocido previamente, especialmente entre los pequeños
herbívoros —de menos de 30 kilogramos— y los depredadores de talla media, con
pesos de entre 30 y 200 kilogramos”, afirmaron los investigadores.
Según el estudio, esta
diversificación ocurrió durante una transición climática hacia condiciones más
semiáridas. Posteriormente, el retorno a ambientes más húmedos produjo una
interrupción en el registro fósil de dinosaurios que comenzó hace unos 229
millones de años.
“Recién unos 15 millones de
años después, durante el Noriano medio, los dinosaurios recuperaron su
diversidad y abundancia en la cuenca de Ischigualasto, aunque ya representados
por especies de mayor tamaño corporal”, añadieron.
Los resultados sugieren que
esta temprana radiación evolutiva de los dinosaurios estuvo probablemente
marcada por procesos de recambio faunístico impulsados por el clima, al menos en
el suroeste del supercontinente Pangea.
El trabajo científico que
documenta este descubrimiento fue publicado esta semana en la revista
Nature Ecology & Evolution.