Es un
mamífero cingulato, representado por los quirquinchos o armadillos que
actualmente viven en gran parte de Sudamérica y constituyen un grupo muy
particular de la fauna neotropical. Se caracterizan por poseer un caparazón
dorsal formado por las placas.
Fue un
armadillo de gran tamaño. Los restos recientemente recuperados, y asociados a
otros vertebrados contemporáneos en el Plioceno de la ciudad de Miramar, constituyen
hasta el momento la primera evidencia directa que vincula a estos grandes
armadillos extintos con paleocuevas o crotovinas halladas en esta edad
geológica.
La masa
corporal ha sido estimada en 40 kg. Si bien no se ha profundizado sobre la
paleobiología de esta especie, el gran desarrollo de las crestas de inserción
muscular observadas en su húmero, junto a la presencia de falanges ungueales
carpales comprimidas y acuminadas, podría correlacionarse con un activo hábito
cavador.
En este
sentido, creemos que el conjunto de información precedente representa un
argumento sustancial para postular a Ringueletia simpsoni como el
constructor de la de grandes galerías subterráneas, las cuales utilizaría para
protegerse y cuidar su descendencia, aunque en algunos casos como el estudiado,
podría haberse convertido en una trampa mortal. De alimentación variada.
En la imagen,
se observan restos varios de Ringueletia en el Museo Municipal de Ciencias
Naturales Punta Hermengo de Miramar. Ilustración, Ringueletia asechado por un Thylacosmilus.