Durante el periodo Mioceno, en lo que hoy es el Cerro
Gualicho en la Provincia Patagonica de Rió Negro, entre 10 y 12 millones de
años atrás, el mar ingreso numerosas veces al continente, depositando sedimentos
con restos fósiles de vertebrados e invertebrados marinos muy llamativos, sobre
todo por sus dimensiones.
Carcharocles megalodon,
fue un Selaceo (Tiburón) del cual solo se han preservado como fósiles sus
enormes dientes, ya que al igual que sus descendientes tenían un esqueleto
cartilaginoso, el cual no se preservo en los sedimentos.
Pero los estudios de anatomía comparada realizados en los
últimos años brindaron muchos datos importantes. Carcharocles pudo
tener unos 20 metros de largo y pesar hasta 50 toneladas. Los paleontólogos
creen que se extinguió hace 2,5 millones de años, durante el inicio del
Pleistoceno.
Otros piensan que podrían vivir en la actualidad en aguas
muy profundas, al igual que las especies de tiburones descriptas recientemente.
Carcharocles megalodon, tenía unos 45 kilogramos de dientes, los
cuales variaban su tamaño desde unos pocos centímetros hasta los 20 centímetros
y cada uno pesaban 300 gramos.
Se alimentaban principalmente de ballenas, lobos marinos
primitivos y grandes peces.