lunes, 30 de abril de 2018

Vegavis iaai, un antecesor de los patos conviviendo con los dinosaurios antárticos.


El equipo de investigadores argentinos encabezado por el doctor Fernando Novas ya lleva cuatro publicaciones en la prestigiosa revista Nature en 2016, en este caso, por presentar el primer registro del mecanismo de comunicación en un ave que llegó a convivir con los dinosaurios.

Luego de la conferencia de prensa realizada en el Centro Cultural de la Ciencia, el paleontólogo Fernando Novas comentó a la Agencia CTyS-UNLaM que “es un descubrimiento muy interesante porque cada huesito descubierto de este ave que vivió en la Antártida hace 70 millones de años es sumamente informativo”.

“Lo novedoso es que quedó conservada parte de su anatomía blanda”, destacó el experto . Y detalló: “Esta ave ya poseía la siringe, que es un aparato de vocalización característico de muchas aves vivientes como los patos y los canarios y que está ubicada entre la tráquea y los bronquios”.

Fernando Novas relató: “Es decir que, hace 70 millones de años atrás, antes de que cayera el aquel meteorito, antes de que se extinguieran los dinosaurios, ya había aves de aspecto moderno, parecidas a un pato, que eran aves buceadoras que vivían en el mar y obtenían de allí su alimento y que seguramente tenían que escapar del ataque de los enormes mosasaurios, que eran reptiles marinos absolutamente extintos que poblaban aquellos mares”. El nombre de esta especie es Vegavis iaai, que la identifica por su sitio de hallazgo (la Isla Vega, ubicada al noreste de la Península Antártica), en tanto que iaai es en reconocimiento al trabajo del Instituto Antártico Argentino.
Su apariencia era semejante a la de los patos vivientes y también tiene un lejano parentesco con otro grupo de aves relacionadas con los gallos, llamados técnicamente galliformes.

“Tiene gran importancia este descubrimiento y me siento muy orgulloso porque mi equipo de trabajo ya ha publicado en lo que va del año cuatro artículos en la prestigiosa revista Nature, lo que habla de que la paleontología está por el buen camino, publicando trabajos de prestigio internacional y discutiendo en la arena de lo que fue el origen de las aves en un ámbito que comúnmente estuvo controlado por científicos ingleses, alemanes, estadounidenses y chinos”, valoró el investigador del Museo Argentino de Ciencia Naturales (MACN).

Esta capacidad de emitir sonidos no solo le habrá permitido a estos lejanos parientes de los patos el poder relacionarse y reconocerse con otros animales de su especie, sea para guiar a las crías, llamar a las hembras, sino que también habrán utilizado esos graznidos para identificar el peligro y escapar de sus posibles predadores.

“Seguramente, esta capacidad de comunicarse habrá tenido un efecto muy importante en el desarrollo del cerebro, de las conexiones neuronales, que es lo que luego fue mantenido por las aves en el curso de su evolución millones de años más tarde”, consideró Novas.

Daniel Martinioni, profesional principal del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), fue quien realizó el descubrimiento de este ejemplar en 1992, recordó: “El descubrimiento fue parte de un trabajo en equipo; encontramos una concreción en la que se asomaban algunos huesos que eran huecos, por lo que presumidos de que podía tratarse de aves”.

El técnico Marcelo Isasi – Profesional adjunto Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) contó a la Agencia CTyS-UNLaM que “se trata de un fósil muy delicado que se encontró en una concreción, en un sedimento muy fino y muy duro, y muy pacientemente y durante meses fuimos sacando granito por granito de esta roca que había rodeado a este animal después de su muerte y, al prepararlo, nos dimos cuenta de que se veían esos anillos de la siringe y, luego, la investigadora Julia Clarke pudo ver en el tomógrafo que estaba completo este aparato sonoro y eso permitió hacer este trabajo fantástico”.
Federico Agnolin, quien forma parte del equipo de Novas en el MACN, indicó: “Participé del estudio de la siringe, de la evolución que tuvo la siringe en las aves y la evolución entre los dinosaurios y las aves, al tiempo que revisamos el registro fósil de los dinosaurios para ver si alguno de ellos tenía la siringe preservada”.

“Como no encontramos dinosaurios con siringe, es de suponer que ellos, al igual que los humanos y la mayoría de los vertebrados, emitieran sonidos desde la laringe, a diferencia de las aves en que los sonidos se producen más abajo, específicamente en la siringe que se ubica en la bifurcación que hay entre la tráquea y los bronquios”.

En la foto; El doctor Fernando Novas junto a Federico Agnolin, Marcelo Isasi y Daniel Martinioni durante la presentación del descubrimiento. Fuente; Agencia CTyS-UNLaM.

Mas info en http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm